Exuberante Strauss de Barenboim
Al frente de la Staatskapelle Berl¨ªn, culmina la 44? temporada de Iberm¨²sica
Con la visita de Daniel Barenboim al frente de la Staatskapelle Berl¨ªn culmina la 44? temporada de Iberm¨²sica, ese milagroso ciclo de conciertos sin ning¨²n tipo de subvenci¨®n p¨²blica, que sit¨²a a Madrid en el mapa de la mejor m¨²sica orquestal que se hace hoy. El primero de los programas ha estado ¨ªntegramente dedicado a Richard Strauss, del que este a?o se celebra el 150? aniversario de su nacimiento. En este mismo a?o ya hab¨ªamos tenido la oportunidad en febrero de escuchar una fant¨¢stica Sinfon¨ªa Alpina, del compositor b¨¢varo, con un Lorin Maazel en estado de gracia al frente de la Filarm¨®nica de Munich. Barenboim propone dos poemas sinf¨®nicos en cierto modo complementarios. Por un lado, Don Quijote, una serie de episodios o variaciones alrededor de la novela de Cervantes, con un violonchelo ¨CClaudius Popp en esta ocasi¨®n- asumiendo musicalmente el papel de Don Quijote y una viola ¨CFelix Schwartz- dando la r¨¦plica como Sancho Panza. En la segunda parte, Una vida de h¨¦roe, visi¨®n autobiogr¨¢fica o reflexi¨®n ir¨®nica sobre los mitos y leyendas cotidianas, seg¨²n se mire, que se alza como una de las obras m¨¢s emblem¨¢ticas e interpretadas del compositor.
Barenboim se encuentra a sus anchas con la m¨²sica de Richard Strauss. Ah¨ª est¨¢ para comprobarlo, por ejemplo, su excelente grabaci¨®n de Elektra, con la orquesta Staatskapelle Berl¨ªn. Al carism¨¢tico director le gusta resaltar la grandilocuencia sonora y el lirismo expansivo de una m¨²sica que envuelve sin posibilidad de resistencia. La lectura de Don Quijote fue contenida, anal¨ªtica, atenta en todo momento a resaltar la riqueza t¨ªmbrica y a subrayar los juegos de contrastes. La naturaleza narrativa se impuso en todo momento y la orquesta berlinesa respondi¨® con tanta seguridad como firmeza. En Una vida de h¨¦roe vimos a un Barenboim m¨¢s efusivo y brillante, m¨¢s extrovertido. (Entre ambos poemas, la selecci¨®n argentina de f¨²tbol ya se hab¨ªa clasificado para las semifinales del Mundial, algo que puede pesar en el estado emocional de un director tan apasionado como Barenboim). Lo cierto es que Una vida de h¨¦roe tuvo otro fuego, otra alegr¨ªa. Y la orquesta se desmelen¨®- sin perder la prudencia, desde luego- con el violinista Wolfram Brandl de ejemplar referencia. Bien es verdad que Don Quijote se presta a una versi¨®n m¨¢s meditativa dadas sus permanentes alusiones literarias. La diferencia de acentos y matices entre los dos poemas sinf¨®nicos contribuy¨® al enriquecimiento de la velada. El concierto fue tan compacto como sugerente. Un buen broche para un cuso orquestal extraordinario. Hoy, lunes 7, Barenboim y los berlineses repiten el mismo programa en Barcelona.
Dos palabrillas m¨¢s para concluir. Con el programa de mano se reparti¨® el avance de la pr¨®xima temporada de Iberm¨²sica: Mariss Jansons, Bernard Haitink, Mark Elder, Jonathan Nott, Vladimir Jurowski, Riccardo Chailly, Andris Nelsons, Vladimir Ashkenazy, Eugeny Kissin¡En fin, sobran comentarios.
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