Ob¨¦lix
Sorprende que los ap¨®stoles del neoliberalismo entiendan el incentivo p¨²blico a capricho, como una loter¨ªa que premia lo que ellos consideran premiable y castiga a los d¨ªscolos
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La sentencia del Tribunal General de la Uni¨®n Europea que obliga al gobierno valenciano a recuperar 274 millones de euros invertidos en atraer rodajes a los estudios de cine de la Ciudad de la Luz puede llevar a la conclusi¨®n malintencionada de que nos sali¨® cara la foto de Francisco Camps abrazado con Ob¨¦lix. Drogota consentido que cay¨® en la marmita de la poci¨®n m¨¢gica de ni?o y el chute a¨²n le dura, Ob¨¦lix transporta menhires en la palma de la mano en una demostraci¨®n de poder¨ªo que los ni?os adoran. Pero al verlo abrazado a Camps muchos ni?os padecieron un cortocircuito que a¨²n est¨¢ costando horas de terapia superar. Si Ruiz Mateos estuvo a punto de acabar con el mito de Superman, la instant¨¢nea del pol¨ªtico valenciano cogidito a Depardieu caracterizado de Ob¨¦lix hizo temblar la Galia a cambio de 4,7 millones de subvenci¨®n a la producci¨®n francesa.
Pero esquivando las malas intenciones, hay que reconocer que la sentencia es una util¨ªsima lecci¨®n de gesti¨®n pol¨ªtica que no deber¨ªamos dejar pasar. El tribunal establece que esa inversi¨®n p¨²blica falseaba la competencia, porque agraviaba a los estudios de cine europeos de capital privado. Algo parecido sucedi¨® cuando las compa?¨ªas a¨¦reas se rebelaron contra los casi 200 millones de euros que la Generalitat catalana inyect¨® en Spanair. Tambi¨¦n hemos sabido que la ahora desenmascarada empresa Gowex recibi¨® m¨¢s de dos millones de euros en subvenciones espa?olas. Es decir, que nunca supimos tan poco de las subvenciones a muchos sectores porque no quer¨ªan que supi¨¦ramos.
Sorprende que los ap¨®stoles del neoliberalismo entiendan el incentivo p¨²blico a capricho, como una loter¨ªa que premia lo que ellos consideran premiable y castiga a los d¨ªscolos. La sentencia europea afina el concepto a ver si lo entienden de una santa vez nuestros pol¨ªticos fariseos. Es aceptable incentivar sectores industriales para su desarrollo y para fomentar un comercio justo a salvo de los monopolios y en favor de la pluralidad y el crecimiento nacional, pero no se puede alimentar la competencia desleal. No te puedes saltar la ley ni satanizar la subvenci¨®n cuando te conviene da?ar a un sector ni soltar millones a calz¨®n quitado cuando te encaprichas de esa foto que a lo mejor te da un pu?ado de votos.
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