Cosmopolitismo castizo
El objetivo final de la m¨²sica popular de hoy es la socializaci¨®n. El arte sale perjudicado.
Hace unos meses, en Madrid, Pete Doherty, anta?o l¨ªder de The Libertines, daba una rueda de prensa en un local de Malasa?a en la que contaba c¨®mo se sent¨ªa traicionado por su pa¨ªs. Su hermana, Amy Jo, que vive en ese mismo barrio desde hace siete a?os, public¨® por esos d¨ªas un peque?o EP con cuatro canciones. Entre ellas, hab¨ªa una peque?a joya pop, dedicada nada menos que a¡ el Museo del Jam¨®n. Humor ingl¨¦s indudablemente. Se trataba de un chapurreado lleno de espontaneidad, a medias en ingl¨¦s, a medias en castellano, digno de ser la pesadilla de cualquier vegetariano. Provocar¨ªa la alegr¨ªa m¨¢s sangu¨ªnea de los poetas solo con ver la manera como Ami Jo rimaba sin ning¨²n rubor ¡°jam¨®n¡± con ¡°come on¡±. Como dijo el gran chef Sacha Hormaechea, sonaba como los B-52s pasados por la plaza de Santa Ana.
Ese desenfado me record¨® c¨®mo, en plena efervescencia de los locos a?os ochenta, so?amos la posibilidad de un rock europeo. Deb¨ªa correr el a?o 1984 o 1985 cuando a alguien, en los despachos de la uni¨®n de radiotelevisi¨®n europea, se le ocurri¨® celebrar la Nochevieja emitiendo ¡ªcada televisi¨®n de nuestro continente en conexi¨®n con las dem¨¢s¡ª a sus grupos locales en concierto. En La 2, escogieron a un grupo de Madrid (Alaska y Dinarama) y a otro de Barcelona (Loquillo y Los Trogloditas, donde yo tocaba la guitarra) como representantes espa?oles. La noche estuvo bien; el elenco internacional era joven, ten¨ªa ganas y hac¨ªa de presentador el c¨®mico Jango Edwards, que hab¨ªa sido subversivo y ramblero hac¨ªa poco. Se vio en directo desde Estocolmo a los suecos Hanoi Rocks, desde Par¨ªs a los franceses Gamine haciendo un viejo tema de Serge Gaingsbourg o, desde cerca del muro de Berl¨ªn, a los alemanes Nena con un pop desenfadado muy parecido al de los grupos espa?oles del momento. Por un instante, modesto y deleitable, pareci¨® que en Europa las diversas zonas pretend¨ªan abolir las fronteras y ser regiones de algo mayor, sin aspirar hiperb¨®licamente a sacar pecho y ser naciones hegem¨®nicas. Cada uno hac¨ªa sus aportaciones con algo muy parecido a ese ox¨ªmoron tan buscado: el cosmopolitismo castizo.
Han pasado treinta a?os y el panorama ha cambiado radicalmente. La m¨²sica popular ya no es aquel objetivo final a trav¨¦s del cual los j¨®venes aprend¨ªamos a socializar entre nosotros. El objetivo final ahora es la socializaci¨®n por s¨ª misma, con lo cual la m¨²sica popular ha pasado a ser el medio, la excusa para socializar. Una vez usada para ese fin, cesa de tener significaci¨®n, de servir de s¨ªmbolo y contrase?a. A efectos sociol¨®gicos, no es una situaci¨®n ni mejor ni peor; a efectos art¨ªsticos, probablemente es el arte el que sale perjudicado. La depuraci¨®n de c¨®digos, de gui?os y contrase?as que se deb¨ªan hacer para socializar exig¨ªa trabajo y nunca hay conocimiento sin esfuerzo.
Actualmente, pasar de ser un fin a un simple medio ha banalizado culturalmente el consumo de m¨²sica popular. Quiz¨¢ ha llegado el momento de dejar de considerar Internet como un ideal comunicativo y empezar a hacer su cr¨ªtica. Y de creer en el jam¨®n, porque la Red quiz¨¢ ser¨¢ hoy el medio que nos trae la canci¨®n de Ami Jo, pero lo que finalmente nos har¨¢ conectar con su disfrute ser¨¢, como siempre, el paladar.
http://www.mondosonoro.com/Noticia/Estrenamos-Shake-It-el-EP-de-Amy-Jo-Doh/224737.aspx
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