El guionista redentor

Los amigos de Peter (Kenneth Branagh, 1992) estableci¨® buena parte de las bases de la comedia dram¨¢tica generacional moderna: una suerte de dramedia donde una serie de personajes de una misma edad establec¨ªan un contacto marcado temporalmente, en el que a partir de un hecho dram¨¢tico concreto se establec¨ªa tal catarsis en sus relaciones (con los dem¨¢s y consigo mismos) que ya nada volver¨ªa a ser igual. Desde entonces hemos tenido decenas de pel¨ªculas del corte, y seguro que Barbacoa de amigos, quinto largometraje de Eric Lavaine, que a¨²na todos los clich¨¦s, aqu¨ª centrados en una pandilla de amigos que ronda la cincuentena de edad, no es la ¨²ltima.

Quiz¨¢ la ¨²nica novedad sea que el arco temporal limitado no se reduce a una ¨²nica reuni¨®n (contradiciendo el t¨ªtulo en singular, pues son varias barbacoas). Por lo dem¨¢s, junto a la sensaci¨®n de ya vista, lo que m¨¢s chirr¨ªa es ese tipo de guion que sigue todos los pasos del manual sin que estos se justifiquen dram¨¢ticamente. Es decir, la redenci¨®n llega porque tiene que llegar, no porque los personajes hayan cambiado realmente. As¨ª, el torrente de sinceridad, tan divertido como cruel, en el que se convierte el personaje de Lambert Wilson con los defectos de cada uno de sus amigos no se interrumpe porque en su interior se haya redimido, sino porque el guionista, en un santiam¨¦n, ha desterrado de un plumazo dichas taras. Para que el espectador se vuelva a casa con una sonrisa de oreja a oreja tan falsa como la liberaci¨®n moral que ha perge?ado el creador para su criatura.