Morrissey se relaja
Tan sard¨®nico como es habitual en ¨¦l, pero m¨¢s liviano, en su d¨¦cimo ¨¢lbum, publicado tras cinco a?os de silencio discogr¨¢fico, el divo brit¨¢nico aparece menos furioso
Steven Patrick Morrissey es un estilo en s¨ª mismo. Lo ha ganado a pulso con su obra ¡ªcon 55 a?os lleva ya 30 de carrera y 14 discos de estudio, cuatro con The Smiths y 10 en solitario¡ª, pero tambi¨¦n con su car¨¢cter. Su personalidad desaforada y excesiva provoca adhesiones inquebrantables y odios mortales. Morrissey lo ha potenciado. Imbuido de una furia incontenible, ha arremetido contra todo lo que se mueve con sentencias que van de lo esnob¡ª¡°el pelo largo es un delito imperdonable que deber¨ªa ser castigado con la muerte¡±¡ª, lo insultante ¡ª¡°la m¨²sica de baile es el refugio para los mentalmente deficientes, est¨¢ hecha por idiotas para idiotas¡±¡ª y lo autoindulgente ¡ª¡°no me hables de la gente agradable, he pasado mi vida entre ruinas por culpa de la gente agradable¡±¡ª a lo hilarante: ¡°Me comer¨ªa mis propios test¨ªculos antes de reunir a los Smiths, y eso es mucho decir siendo vegetariano¡±, afirm¨® en 2006.
En su nuevo trabajo hay algo de todos esos morrisseys y quiz¨¢s uno nuevo. A pesar del t¨ªtulo sarc¨¢stico, La paz mundial no es asunto tuyo, de que este quinquenio sin grabar ha sido especialmente convulso para ¨¦l y de que lleva unos meses en los que se encadenan las desgracias ¡ªesos problemas de salud que le han llevado a suspender varias giras¡ª, Morrissey parece relajado. Su d¨¦cimo disco es liviano, algo que no se puede decir de casi ninguno de sus trabajos anteriores. Es mucho menos rockero que el anterior, Years of refusal de 2009, y menos abigarrado que el octavo, Ringleader of the Tormentors, de 2006, producido en Roma por Tony Visconti.
Grab¨® World peace is none of your business a principios de a?o en Francia bajo la supervisi¨®n del estadounidense Joe Chicarelli, un t¨¦cnico de largu¨ªsima trayectoria que ha ganado tres grammys: dos por distintos trabajos con Jack White y un tercero con Caf¨¦ Tacuba. El disco recuerda lejanamente a You are the quarry, el ¨¢lbum de 2004 con el que volvi¨® tras siete a?os virtualmente desaparecido. Esta pausa ha sido tambi¨¦n larga y parece que le ha ayudado a hacer pi?a con sus colaboradores. Es un trabajo en equipo. Hasta en la foto interior del disco Morrissey parece querer reivindicar a los m¨²sicos que le acompa?an como algo m¨¢s que empleados. No aparece en la misma instant¨¢nea que ellos, una foto en la que visten camisetas de equipos deportivos (aunque no del mismo equipo), pero les da un puesto visible y prominente.
Es pura justicia, todo el disco lo ha escrito con ellos. Principalmente con Martin Boz Boorer, el guitarrista rockabilly que lleva a su lado desde 1991 y es su mano derecha en la composici¨®n desde 2004. Pero tambi¨¦n con Jesse Tobias, el texano que es parte del grupo desde hace una d¨¦cada; y con el estadounidense de origen colombiano Gustavo Manzur. Oficialmente teclista, Manzur es adem¨¢s responsable de la guitarra pretendidamente flamenca que asoma en varias canciones. Quedan fuera de las labores compositivas los hermanos Walker: Solomon, su bajista desde 2007, y Matt, el bater¨ªa.
Casi todo funciona en este disco. Hasta lo que no deber¨ªa. Como la contribuci¨®n flamenca de Manzur, que roza lo kitsch en varios momentos, sobre todo en la melod¨ªa de Earth is the loneliest planet, que podr¨ªa ser con unos leves cambios una canci¨®n de chiringuito playero. Aunque el momento m¨¢s camp del ¨¢lbum son los apenas dos minutos de The bullfigther dies, el tema antitaurino de Morrissey, furibundo militante de los derechos de los animales.
Es parte de las contradicciones del brit¨¢nico. Como letrista ha sido capaz como pocos de explicar sentimientos como la soledad o la alienaci¨®n. Ha ganado millones de fans gracias a describir magistralmente esa sensaci¨®n de estar absolutamente solo en el mundo, de no ser siquiera miembro de la misma especie que el resto de la humanidad, pero cuando se pone militante tiende a la brocha gorda. Aqu¨ª no tanto. El tema que da t¨ªtulo al disco, o la canci¨®n antiesteriotipos machistas, I¡¯m not a man, tienen incluso distintas lecturas. Esta ¨²ltima podr¨ªa pasar por un descarte de los a?orados The Smiths, el cuarteto con el que escribi¨® alguna de las p¨¢ginas m¨¢s gloriosas de la m¨²sica de los ochenta. No es la ¨²nica, Oboe concerto o Istambul tambi¨¦n remiten a su banda original. Y eso, no nos enga?emos, es lo que la mayor¨ªa busca en un disco de Morrissey. Como alguien ya ha escrito, este es uno de los pocos discos de Morrissey que merece la pena escuchar sin prestar atenci¨®n a las letras.
World peace is none of your business. Morrissey (Harvest / Universal).
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