¡°Soy cruel porque la realidad es cruel¡±
'El libro de mi destino' retrata Ir¨¢n desde los tiempos del sah hasta la actualidad Saniee convirti¨® sus estad¨ªsticas en personajes de una novela
Digamos primero lo que no es esta novela: no es una innovaci¨®n de estilo, no juega con tiempos ni personajes, no salta hacia la complejidad narrativa ni esperen de ella que inaugure una vanguardia literaria, no. Leer a Parinoush Saniee es como leer una pl¨¢cida novela brit¨¢nica de hace un siglo ¡ªde toda la vida, en fin¡ª sin adornos, sin recargos, sin trucos ni sobresaltos trepidantes, m¨¢s all¨¢ de las magulladuras que te van contagiando los personajes heridos. Que son grandes.
Eso nos lleva a lo que s¨ª es esta novela: es un retrato rotundo y descarnado de un pa¨ªs, y qu¨¦ pa¨ªs. De la mano de una peque?a que solo aspiraba a estudiar ¡ªy a ver otra vez m¨¢s en el camino al colegio el rostro chispeante del joven Said¡ª, el lector se da de bruces con el Ir¨¢n de los sahs, de la revoluci¨®n y de la guerra, y de paso con un mundo adulto donde quien te ama, te puede matar. El libro de mi destino (Salamandra) recorre un universo de orgullos y tradiciones, de guerras y exilios, de rebeli¨®n y rendici¨®n, de machismo de hombre y de machismo de mujer. Y de supervivencia obligada y dura entre las tragedias de un pueblo que es rico en cultura y en recursos pero, sobre todo, en traumas.
Y hay otra cosa que tambi¨¦n es: es el descubrimiento de una autora iran¨ª que, harta de contar realidades en estudios sociol¨®gicos que nadie le¨ªa, se pas¨® a la novela. Proceso curioso. Saniee, soci¨®loga y psic¨®loga de 64 a?os, obsesa de la estad¨ªstica y de los perfiles humanos, desarroll¨® primero su propio estudio, encuesta a encuesta, para construir una base cient¨ªfica sobre la que luego edificar un mundo. Y para demostrar a los censores que todo era real. Despu¨¦s, cre¨®.
El libro de mi destino logr¨® sortear la censura y convertirse en best seller antes de sucumbir de nuevo, bajo Ahmadineyad
Cuando los censores no autorizaron su publicaci¨®n, les pregunt¨®:
¡ª?Cu¨¢l es el problema? ¡ªrelata a¨²n con rabia.
¡ªQue provocar¨¢ que la gente se haga preguntas ¡ªrespondieron los gu¨ªas del pueblo, seg¨²n su reconstrucci¨®n.
¡ªPero est¨¢ basado en historias reales, no hay nada falso ni equivocado, es resultado de estad¨ªsticas ¡ªreplic¨®.
¡ªCierto.
¡ª?Y entonces qu¨¦ hay de malo?
¡ªQue es amarga. Demasiado amarga.
¡ªEntonces decidme algo dulce y bueno que haya pasado aqu¨ª en los ¨²ltimos 35 a?os y lo escribir¨¦.
La conversaci¨®n termin¨® ah¨ª.
Y es que aqu¨ª hay dos historias: la que cuenta la novela y la del propio libro. Luego volveremos.
Saniee recibe a Babelia en un barrio de clase media alta de Heidelberg, en esta Alemania que ha acogido a sus dos hijos, una inform¨¢tica y un ingeniero electr¨®nico que ponen rostro a las generaciones de j¨®venes que huyeron de Ir¨¢n y que tambi¨¦n pinta en su libro. El d¨²plex blanco, moderno, y el sol radiante nos hacen olvidar el mundo de ah¨ª fuera, donde los adoquinados, los castillos en las colinas cercanas y la universidad m¨¢s antigua de Alemania conservan aromas de viejas guerras de religi¨®n, de filosof¨ªa y hasta de un nazismo fuerte que los aliados no castigaron. Heidelberg no fue bombardeada y ¡ªparadojas del destino¡ª el general Patton muri¨® por accidente en 1945 aqu¨ª.
Pero de esa Alemania aqu¨ª dentro solo queda el aire, y en el piso de la hija de Saniee lo que brillan son las frutas, los dulces (de Mars y Cadbury, no de Ir¨¢n), la cocina americana y las terrazas blancas con las cortinas al viento. Hace calor. Podr¨ªa ser Barcelona, Santorini o Qom. Territorio de j¨®venes inmigrantes con ingresos, sin nostalgias, adaptados.
Se sirven zumos, aguas, caf¨¦s. La traductora de persa es otra iran¨ª occidentalizada ¡ªtodas visten tirantes o manga corta, aqu¨ª no hay rastro de chador o hiyab¡ª simp¨¢tica y eficaz, salvo los sustos que nos da en alguno de esos momentos tipo El gran dictador de Charles Chaplin, ?recuerdan?, cuando Hynkel-Hitler soltaba parrafadas que la mecan¨®grafa resum¨ªa en pocos toques y palabras sueltas que nunca terminaba de teclear. As¨ª ocurre alguna vez en las dos horas y media de conversaci¨®n, pero la mirada de Saniee, que tambi¨¦n entiende ingl¨¦s, es tranquilizadora. Debemos confiar.
PREGUNTA.?Parece que se propuso contar la historia de una familia y cont¨® la historia de un pa¨ªs. ?Qu¨¦ quer¨ªa exactamente?
RESPUESTA.?Yo no soy escritora sino investigadora, toda la vida he trabajado como soci¨®loga, como psic¨®loga y como terapeuta familiar, y me di cuenta de que hay una generaci¨®n de mujeres que no tuvieron oportunidades y que, sin embargo, lo dieron todo, cargaron con demasiadas responsabilidades: mantener a la familia en medio de la revoluci¨®n, trabajar fuera cuando faltaba el hombre, perder a sus hijos en la guerra o el exilio. Dieron tanto de s¨ª mismas, sacrificaron tanto, que se olvidaron de ellas. Y me sent¨ª obligada. La mayor¨ªa se hab¨ªan casado entre los 14 y 18 a?os, sin conocer a los maridos elegidos y cuando su coraz¨®n estaba en alg¨²n otro lugar, en alg¨²n chico del camino al colegio.
P.??Y por qu¨¦ la ¡°no escritora¡± eligi¨® la novela para contarlo?
R.?Durante muchos a?os redact¨¦ papeles, estudios, libros que se imprim¨ªan pero que no se vend¨ªan. Eran investigaciones para el Gobierno y ya sab¨ªas que, si las conclusiones eran positivas, se apoyaban. Si eran negativas, se ignoraban. Y estaba harta de escribir sobre estad¨ªsticas. As¨ª que lo hice por m¨ª: ten¨ªa los datos, se trataba de escribir sobre el desarrollo emocional de todo eso que hab¨ªa estudiado, se trataba de saber qu¨¦ pas¨® con las mujeres y se trataba de llegar a la gran audiencia: por eso eleg¨ª una novela.
Saniee, empe?ada as¨ª en reflejar su ciencia en una ficci¨®n, comenz¨® en 2003 sin decir nada a nadie, casi a escondidas, viviendo un secreto que hoy recuerda risue?a, hasta que un d¨ªa su marido, alerta ante tanta actividad en el teclado, la sorprendi¨®. ¡°?Est¨¢s escribiendo una novela!¡±. Y esa ilusi¨®n ¨ªntima de creadora de inc¨®gnito, a¨²n insegura al abordar una empresa nueva a los 54 a?os, se contagi¨®.
¡°?l se convirti¨® entonces en mi mayor impulsor, fue ¨¦l quien m¨¢s luch¨® contra la censura para lograr la publicaci¨®n¡±, recuerda.
El libro de mi destino logr¨® sortear la censura y convertirse en best seller antes de sucumbir de nuevo, bajo Ahmadineyad. Lo cuenta con un nudo en la garganta porque perdi¨® a su marido de forma repentina hace cinco a?os, pero tambi¨¦n con la satisfacci¨®n de que ¨¦l no se ajustaba a la estad¨ªstica cruel que maneja en su libro: la de los hombres due?os de sus mujeres.
P.?Usted juega en su historia con algo terrible: el que te quiere te puede matar. ?Es la familia en Ir¨¢n un apoyo o una soga al cuello?
R.?En Ir¨¢n la familia te puede matar con su amor. La familia tradicional iran¨ª es dur¨ªsima con las ni?as. Los hermanos son guardianes de tu dignidad. Ahora ya ha cambiado algo. En Teher¨¢n, aparte de la obligaci¨®n de ir cubiertas, las mujeres tienen m¨¢s libertad, no hay tanta imposici¨®n. Las mujeres son ahora mismo la gran fuerza del futuro de Ir¨¢n.
?l se convirti¨® entonces en mi mayor impulsor, fue ¨¦l quien m¨¢s luch¨® contra la censura para lograr la publicaci¨®n Saniee recuerda a su marido
P.?Pero tener que ir cubiertas no es una cosa menor¡
R.?No es una cosa menor, no.
Esta vez, respuesta corta, en persa y en ingl¨¦s. Saniee calla y se le oscurecen los ojos como si la hubieran tapado de repente. No va a omitir respuesta alguna, pero su cautela se mide en la escasa longitud de alguna de ellas. Treinta y cinco a?os de r¨¦gimen isl¨¢mico no le han robado valor, pero cuesta imaginar esa piel morena, el rostro maduro y los ojos maquillados cubiertos con hiyab en Ir¨¢n, donde vive, tras pasearse libre y descubierta por todos los pa¨ªses a los que ha llegado su libro.
P.??Se siente libre?
R.?No me siento completamente libre. Cada vez que tengo una entrevista pienso en ello, alguien la est¨¢ leyendo en Ir¨¢n.
Y vuelve a callar un largo rato. Su tercer y ¨²ltimo libro lleva siete a?os esperando autorizaci¨®n. Muchos le han recomendado publicarlo fuera, pero ella vive en Ir¨¢n y quiere publicar all¨ª.
P.?Un personaje dice en su libro que no basta con el hiyab: ¡°Si una muchacha es mala, puede hacer mil cosas bajo su chador que mancillen el honor de su padre¡±. ?Hay vida debajo del chador?
R.??Hay mucha vida debajo del chador! Siempre que ves a una mujer cubierta te debes preguntar: ¡°?Qu¨¦ individuo est¨¢ ah¨ª?¡±. Esa es la pregunta importante. Un dato: el 67% de las estudiantes de educaci¨®n superior hoy son mujeres.
P.?Su libro recorre el drama de todas las ¨¦pocas. ?No hay buenos tiempos en Ir¨¢n?
R.?Hemos vivido tiempos extremadamente dif¨ªciles, pero hemos crecido con ello y hacemos lo mejor posible. Por eso tantos j¨®venes se van. Los iran¨ªes siempre viajaban, pero regresaban. Ahora el m¨¢ximo objetivo es dejar el pa¨ªs.
En la novela de Saniee, estudiar es el mayor objetivo de la protagonista, Masumeh. Lucha por ello y va logrando avanzar a duras penas a lo largo de muchos a?os. Tener hijos, llevar una casa y la propia revoluci¨®n complican los estudios. Y cuando finalmente puede alcanzar la meta (?lo siguiente es spoiler, pero no es vital!), ella renuncia.
P.??Por qu¨¦ se rinde Masumeh? ?Se ha rendido Saniee?
R.?Quer¨ªa mostrar que la educaci¨®n es lo m¨¢s importante y que muchos han intentado mejorar su vida a trav¨¦s de la educaci¨®n. Pero, despu¨¦s de la revoluci¨®n, los que tomaron el poder eran acomplejados sin estudios que lograron de repente t¨ªtulos sin merecerlo. Masumeh es consciente de ello y por eso pierde el inter¨¦s. Si esa gente es capaz de conseguir tan f¨¢cilmente t¨ªtulos que a ella le cuestan tantos a?os, ya no le importa. Por eso renuncia.
P.?Su libro es un pulso entre rebeli¨®n y rendici¨®n. Se rebela la protagonista contra su familia. Se rebela su marido contra el Gobierno. Se rebelan sus hijos. Y, sin embargo, los mismos hijos por los que ella ha luchado (?segundo y ¨²ltimo spoiler!)tambi¨¦n la someten al final, al impedirle casarse por amor. ?Por qu¨¦ se rinde Masumeh? ?Y por qu¨¦ usted ha sido tan cruel?
R.?Yo quer¨ªa un desenlace feliz, pero mi estad¨ªstica estaba en contra. As¨ª que soy cruel porque la realidad es cruel. Le puedo asegurar que el 70% de las viudas no se casar¨ªan en contra de la opini¨®n de sus hijos. Es decepcionante, s¨ª. Es un problema cultural y el libro ha servido para que algunos empiecen a hacerse preguntas. Despu¨¦s de leerlo, hay lectores que me han contado que les ha servido para tomar la decisi¨®n correcta.
Saniee es firme y pausada al hablar, pero a ratos se ilumina con entusiasmo, por ejemplo al recordar esta an¨¦cdota: un joven estudiante de un pueblo remoto le escribi¨® una carta con el mismo reproche: ?por qu¨¦ eligi¨® este final? ?Por qu¨¦ la mujer se somete a la voluntad de sus hijos y renuncia a su amor? Ella no suele contestar, pero le gust¨® el reto y le respondi¨®: ¡°Me alegro de que me apoyes. Eso significa que si tu madre est¨¢ en esa situaci¨®n t¨² tambi¨¦n la apoyar¨¢s¡±. Pero esta historia no acab¨® bien. El joven encontr¨® el tel¨¦fono del editor y, enfadado, le hizo llegar el mensaje: ¡°?C¨®mo puede atreverse a hablar de mi madre de esta manera?¡±.
Y Saniee r¨ªe.
P.?En su libro todos pueden ser los enemigos, tambi¨¦n los hijos.
R.?Las madres dan tanto que se pierden a s¨ª mismas. Y los hijos son los enemigos m¨¢s queridos. ?se es el drama.
P.??Y cu¨¢l es el mayor enemigo de la mujer en Ir¨¢n? ?La familia, la religi¨®n?
R.?La ley.
P.??No hay esperanza en Ir¨¢n?
R.?Digamos que siempre hay que tener fe, porque si no mueres. Pero el cambio ser¨¢ en el futuro y mi generaci¨®n no lo ver¨¢.
Su libro in¨¦dito, Los que se fueron y los que se quedaron, aborda el exilio, la marcha de todos esos j¨®venes que Ir¨¢n ha visto partir.
P.??Qu¨¦ se pierde Ir¨¢n con ellos?
R.?Gradualmente nos convertimos en extra?os. Los que se fueron han recibido educaci¨®n, son intelectuales que en Ir¨¢n no tienen oportunidades. Cuando un d¨ªa queramos reconstruir el pa¨ªs les necesitaremos porque el poder del intelecto es el mayor capital del pa¨ªs.
P.?Como soci¨®loga, ?cu¨¢l es el mayor problema social del pa¨ªs?
R.?El conflicto entre la gente y el Gobierno. Hay una desconfianza y la gente siente que no es su Gobierno.
Las madres dan tanto que se pierden a s¨ª mismas. Y? los hijos son los enemigos m¨¢s queridos. ?se es el drama
P.?Despu¨¦s de Ahmadineyad, ?han mejorado las cosas con el nuevo presidente, Rohani?
R.?Comparado con Ahmadineyad, s¨ª. Si alguien se est¨¢ ahogando y puede asomarse un momento a respirar disfrutar¨¢ de ese ox¨ªgeno aunque luego vuelva a sumergirse. Y la realidad es que los iran¨ªes est¨¢n deprimidos. Llevamos 35 a?os as¨ª. Cada oportunidad que tengamos de respirar por un momento, la aprovecharemos.
P.??Cu¨¢l es el modelo en el que se miran los iran¨ªes de hoy? ?La Am¨¦rica con la que rompieron o un nuevo Ir¨¢n?
R.?El gran esfuerzo del Gobierno ha sido el islam como modelo, la religi¨®n, pero el modelo de la gente sigue siendo Am¨¦rica, Occidente.
P.??Es el exilio el que ha favorecido esa imagen de Occidente?
R.?No necesitamos que vuelvan los exiliados y nos cuenten lo que han visto para saber. Los iran¨ªes est¨¢n conectados con Occidente por Internet. No necesitamos que nos lo cuenten.
Saniee vivi¨® la revoluci¨®n aplastada de 2009 en su pa¨ªs ¡°asustada¡±. La de Egipto, un a?o despu¨¦s, le record¨® la de Ir¨¢n de 1979 y pens¨®: ¡°?C¨®mo no han aprendido nada de nosotros?¡±.
P.?Masumeh no quiere que sus hijos se involucren en la lucha pol¨ªtica. ?Y usted, cree en la lucha pol¨ªtica?
R.?No hay madre que quiera ver a sus hijos en peligro.
P.??Y cree en ella?
R.?Estoy en una edad de cansancio de la lucha pol¨ªtica. Creo en la negociaci¨®n pac¨ªfica y en el compromiso.
Y cree en la novela. Cuando investigar no basta y a pesar de los censores, tiene razones para seguir creyendo.
El libro de mi destino. Parinoush Saniee. Traducci¨®n del ingl¨¦s de Gemma Rovira Ortega. Salamandra. Barcelona, 2014. 444 p¨¢ginas. 20 euros.
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