La medicina narrativa
El paciente llega a la consulta con un gran relato (su vida) y el final es la enfermedad actual
Desde el principio de la historia han coexistido siempre una medicina muda y otra comunicativa; ya en el di¨¢logo de Plat¨®n, Leyes, se diferencian claramente la medicina para esclavos (simple "veterinaria para hombres", dec¨ªa La¨ªn Entralgo, rudimentaria, artesanal, sin di¨¢logo alguno) y la destinada a ciudadanos libres y ricos (basada en la conversaci¨®n amistosa, el conocimiento personal y familiar, la argumentaci¨®n persuasiva).
Hay textos tan curiosos sobre ello como un pasaje de La Celestina en el que Pleberio le dice a Melibea: ¡°Si t¨² me cuentas tu mal, luego ser¨¢ remediado. Que ni faltar¨¢n medicinas, ni m¨¦dicos, ni sirvientes, para buscar tu salud, agora consista en yerbas, o en piedras, o en palabras, o est¨¦ secreta en cuerpos de animales¡±. La palabra comparada con las sustancias vegetales, minerales o animales de la farmacopea.
Cuando el joven Freud comprob¨® el fracaso de los tratamientos tradicionales para la histeria (masajes, hipnosis, corrientes el¨¦ctricas, ba?os de agua caliente o fr¨ªa¡) fue su propia paciente Emmy von N. la que le sugiri¨® dejar de utilizarlos y sentarse tranquilamente a escuchar todo lo que ella estaba deseando contarle. Durante el resto de su vida no hizo Freud otra cosa que seguir ese l¨²cido consejo.
Desde hace cuarenta a?os proliferan en universidades anglosajonas los cursos de Medicina y Literatura. Analizando textos narrativos buscan un conocimiento m¨¢s profundo de la enfermedad, la profesi¨®n m¨¦dica o las vivencias del paciente: La muerte de Iv¨¢n Illich, por ejemplo, ofrece la posibilidad de profundizar en la experiencia ¨ªntima de un enfermo terminal que, iluminado por el mal que lo est¨¢ matando, cambia radicalmente la forma de entender su trabajo, su familia, sus afectos, su existencia misma. La enfermedad como revelaci¨®n del aut¨¦ntico sentido de las cosas que la enga?osa salud ocultaba. Probablemente hay muchos enfermos que sienten algo parecido a lo que sinti¨® Ivan Illich, pero hac¨ªa falta el genio de Tolst¨®i para narrarlo y hacerlo comprensible a los que no lo hemos vivido (todav¨ªa). Y junto a Tolst¨®i, Camus (La peste), Mann (La monta?a m¨¢gica), Bernhard (El aliento y El fr¨ªo), etc¨¦tera.
La historia cl¨ªnica pasar¨¢ a ser una nueva narraci¨®n, m¨¢s que la simple compilaci¨®n de datos y pruebas a que la suele reducir la medicina muda
En el siglo XXI siguen diferenciadas la medicina muda y la narrativa. Muchos m¨¦dicos, fascinados por la tecnolog¨ªa, piensan que el di¨¢logo con el enfermo es una p¨¦rdida de tiempo sin relevancia para el diagn¨®stico. Lo contrario se observa en cl¨ªnicos conscientes de que el conocimiento personal y biogr¨¢fico de cada paciente es fundamental para una buena pr¨¢ctica profesional.
Pero el triunfo espectacular de la medicina cient¨ªfico-t¨¦cnica (con sus indiscutibles y admirables logros) est¨¢ dando lugar en este momento a un movimiento internacional cada vez m¨¢s potente que se llama Medicina Narrativa. Su objetivo no es cuestionar (ni mucho menos combatir) ninguno de los logros objetivos de la tecnomedicina actual, sino complementarlos mediante el di¨¢logo, la empat¨ªa y la comprensi¨®n narrativa de cada paciente. Para ello, m¨¢s all¨¢ del grato estudio de obras literarias, est¨¢ aplicando directamente la teor¨ªa narrativa a la pr¨¢ctica cl¨ªnica: el paciente llega a la consulta con un gran relato (su propia vida) en la que la ¨²ltima escena es la enfermedad actual (a la que solo el relato entero dar¨¢ su aut¨¦ntico sentido, como solo la pel¨ªcula completa nos permitir¨ªa entender la escena aislada vista en medio de un zapping). Toda la relaci¨®n cl¨ªnica (si los profesionales sanitarios son realmente capaces de escuchar) forma un nuevo relato que se va construyendo en el di¨¢logo consulta tras consulta, examen tras examen, prueba tras prueba. Si las cosas se hacen bien, la historia cl¨ªnica pasar¨¢ a ser una nueva narraci¨®n, fruto y reflejo de las anteriores, m¨¢s que la simple compilaci¨®n de datos y pruebas a que la suele reducir la medicina muda.
Dec¨ªa Jos¨¦ Bergam¨ªn que si ¨¦l fuese un objeto ser¨ªa objetivo, pero al ser un sujeto era subjetivo. Y, por lo tanto, narrativo.
Jos¨¦ L¨¢zaro es profesor de Humanidades M¨¦dicas en la UAM. Es autor de Vidas y muertes de Luis Mart¨ªn-Santos y de La violencia de los fan¨¢ticos. Un ensayo de novela.
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