La c¨¢mara tatuada
Estela de Castro retrata a los fot¨®grafos espa?oles m¨¢s importantes de los ¨²ltimos 50 a?os
Merodear y buscar la luz es lo primero que hace Estela de Castro (Madrid, 1978) al llegar a su rinc¨®n. Cada d¨ªa de trabajo de esta fot¨®grafa transcurre en un lugar diferente. El proyecto que est¨¢ desarrollando la lleva a los estudios, las casas, los espacios particulares de sus compa?eros de profesi¨®n. Ah¨ª los retrata, rodeados de su intimidad, de sus objetos, observa la relaci¨®n que tienen con su entorno y los coloca delante de la c¨¢mara. Ella se queda detr¨¢s y dirige sus movimientos.
Su lugar es su c¨¢mara Hasselblad 503, cuando no la ten¨ªa la deseaba ¡ªla lleva tatuada en un brazo¡ª. El d¨ªa que por fin la compr¨® fue uno de los m¨¢s felices de su vida. Traslada pocos bultos adem¨¢s de su preciada m¨¢quina, tan solo el tr¨ªpode, los carretes y el lux¨®metro. No necesita m¨¢s que el alma, la personalidad del retratado, al que sienta para que est¨¦ en una actitud relajada. Abre el tr¨ªpode con calma, con la misma que coloca los carretes. Su trabajo se caracteriza por crear un ambiente de confianza, sin prisas, fotograf¨ªa entre conversaciones con los protagonistas a los que admira desde la adolescencia, cuando decidi¨® ser fot¨®grafa.
De Castro dispara "a traici¨®n" para captar el momento, el gesto, la composici¨®n y la luz que le dar¨¢ la instant¨¢nea definitiva. Mira con detenimiento todos los rincones de la imagen, tiene que estar perfecta, luego no las retoca. Tres carretes por cada fot¨®grafo, 36 fotos que revelar¨¢ en el peque?o estudio que tiene en casa. Solo una de ellas ver¨¢ la luz. Un proceso, el de revelado, tambi¨¦n pausado como todo este trabajo al que le quedan dos a?os. Quiere llegar a los cien fot¨®grafos. El trabajo de organizaci¨®n es muy lento: convencerlos, fijar una fecha, quedar con ellos. Reconoce que acceder a algunos le ha costado mucho y, si no es por mediaci¨®n de otros ¡ªcomo hizo Eugeni Forcano con Joan Colom¡ª, hubiera sido muy dif¨ªcil. "Cuando ven la c¨¢mara y la pel¨ªcula es m¨¢s f¨¢cil. Se identifican conmigo, todos empezaron con c¨¢mara anal¨®gica", a?ade.
Casi todo su tiempo lo dedica a la fotograf¨ªa: ver pel¨ªculas, leer, observar una revista. Es todo lo que Estela de Castro es: c¨®mo se comporta, c¨®mo se expresa. Su vida gira en torno a las im¨¢genes y entre todos los que le han podido inspirar se queda con Irving Penn (1917-2009), un fot¨®grafo estadounidense que se centr¨® como ella en el retrato.
Esta mujer apasionada recibe una inyecci¨®n de fuerza de cada colega que retrata. Algunos llevan m¨¢s de 50 a?os en la profesi¨®n, como Leopoldo Pomes, y ¡°siguen sorprendi¨¦ndose constantemente¡±. De Castro continuar¨¢ con este y con otros proyectos que no quiere desvelar. En julio acab¨® su exposici¨®n Fot¨®grafos en el marco de PhotoEspa?a y busca nueva sede. Mientras, seguir¨¢ observando la esencia de las personas desde su rinc¨®n: el visor de su Hasselblad 503.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.