Estudiando el sexo; jugando con el amor
Masters of Sex no lo ten¨ªa f¨¢cil pero lo consigui¨®. No solo eso: con su primera temporada, se convirti¨® en una de las mejores series del a?o pasado. Con una historia real como base del relato y dos grandes actores al frente (apoyados por maravillosos secundarios), los primeros pasos de Masters y Johnson en el estudio del sexo a finales de los a?os 60 y principios de los 70 consegu¨ªa cautivar e incluso enamorar. El regreso con la segunda temporada de la serie de Showtime no ha decepcionado. En realidad, no cont¨¢bamos con que fuera a bajar el list¨®n, pero reconforta ver que se cumplen las expectativas.
La segunda temporada (en Espa?a, en Canal Plus Series) arranca retomando la historia en el punto donde termin¨® la primera a base de flashbacks y mostrando las consecuencias de lo que sucedi¨® aquella noche. Tambi¨¦n recupera las hsitorias de algunos secundarios. Especialmente dolorosa es la de Barton Scully (Beau Bridges) y su obsesi¨®n por poner "remedio" a su homosexualidad cueste lo que cueste. Una historia m¨¢s dolorosa todav¨ªa cuando piensas que eso est¨¢ basado en la realidad.
Pero si la serie regresa manteniendo el nivel, el tercer episodio nos lleva casi a la gloria con un cap¨ªtulo botella en el que la acci¨®n se paraliza para centrarnos en lo que ocurre en una habitaci¨®n de hotel. En ella, Virginia y Bill luchan mano a mano, cara a cara, round va, round viene, en un combate paralelo al que presencian en la televisi¨®n del hotel y que, en el caso de nuestros protagonistas, vuelven a perder los dos.
A trav¨¦s de ficciones y papeles inventados, ambos se desnudan, literal y literariamente, para dejar al descubierto cosas que insisten en mantener ocultas del resto de la humanidad. Michael Sheen y Lizzy Caplan, con su gran trabajo, ayudan a dar a sus personajes una profundidad y una complejidad que alimenta la ya de por s¨ª interesante trama de una serie que naci¨® un poco a la sombra de Mad Men por estar situada en una ¨¦poca parecida pero que alcanz¨® muy pronto una identidad propia.
La historia ir¨¢ evolucionando. El estudio sobre la sexualidad que empezaron Masters y Johnson tiene cuerda para rato. Nuevos hospitales, nuevos retos. Y mientras vemos c¨®mo evolucionan sus investigaciones, los personajes que pueblan Masters of Sex siguen jugando, entre mentiras, medias verdades y autoenga?os, con eso tan complicado que son los sentimientos y para lo que no hay estudio que valga.
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