¡°Si la televisi¨®n fuera una industria seria, yo estar¨ªa trabajando¡±

Cuando Pepe Navarro va por la calle y le paran los fans, sus hijos alucinan. Ninguno, ni siquiera la mayor, con 19 a?os, vivi¨® aquel periodo en el que era el dios de la televisi¨®n espa?ola. Sin embargo, el rey de las audiencias nocturnas y conductor de programas como Esta noche cruzamos el Mississippi o La sonrisa del pel¨ªcano desapareci¨® del mapa de una d¨ªa para otro. Casi 20 a?os despu¨¦s, cuenta en su libro La leyenda del Mississippi(Akal, 2014) su extra?a ca¨ªda en desgracia.

Pregunta. ?Qu¨¦ fue de Pepe Navarro?

Respuesta. Eso quisiera saber yo. Son las circunstancias de este pa¨ªs y de la televisi¨®n, que no es una industria establecida. Es el negocio de unos cuantos y lo montan como les da la gana. Si fuera una industria seria, yo estar¨ªa trabajando.

P. ?C¨®mo se pasa de ser un dios de la televisi¨®n a desaparecer del mapa?

R. Los dioses no existen, est¨¢ comprobado. Es como ir a 200 kil¨®metros por hora en una autopista y frenar de golpe. Hay siempre un golpetazo que te hace plantearte muchas cosas. Pero si tu finalidad no es solo el trabajo, es menos dram¨¢tico.

P. ?Est¨¢ vetado?

R. No lo s¨¦. Pero no puedo ejercer mi profesi¨®n, cosa que hac¨ªa desde los 18 a?os, hace ya 40. Habr¨ªa que pregunt¨¢rselo a los que lo deciden. En una industria normal, yo tendr¨ªa un precio en el mercado, como cualquier otro.

P. S¨¦ que lo cuenta en su libro, es una historia larga, ?qu¨¦ pas¨®?

R. No lo s¨¦. Me echaron por la venganza de un se?or que se llama Pedro J. Ram¨ªrez. ?l ten¨ªa poder y la ejecut¨®.

P. ?Por qu¨¦ quer¨ªa vengarse?

R. Bueno, mejor que lean el libro. Pero, desde luego, no tiene que ver con su famoso v¨ªdeo. Jam¨¢s lo vi, ni me interesa. Pero todo fue a ra¨ªz de que hablamos de algo que a ¨¦l no le interesaba.

P. ?Es consciente de que toda esta historia que cuenta puede sonar a teor¨ªa de la conspiraci¨®n?

R. Ese ha sido mi mundo.

P. Pero es un poco alucinante¡­

R. ?A ti te lo parece? Fue mi vida y estaba metido en esa historia. Y hay cosas de las que no tengo pruebas que he obviado. Esta profesi¨®n forma parte de un universo muy distinto. Pero lo que cuento es lo que pas¨®.

P. ?Pudo tambi¨¦n tener que ver con la manera en la que trataron el tema de Alc¨¤sser y la deriva escabrosa que gener¨®?

R. No, yo creo que fue una buena informaci¨®n. Muy dura, pero fundamentada en datos muy concretos. Cuando empez¨® a irse de las manos el tema lo zanjamos para reconducirlo. Tanto a Fernando como a Ignacio [dos de los padres de las ni?as asesinadas] dejamos de sacarlos en el programa.

P. Pero se dijeron animaladas importantes y todo cogi¨® un car¨¢cter muy sensacionalista.

R. Como se han dicho sobre el 11-M. El planteamiento fue serio y riguroso.

P. Este caso tambi¨¦n se llev¨® por delante a Nieves Herrero.

R. No lo s¨¦, adem¨¢s, en el libro no hablo de ese asunto.

P. Despu¨¦s de este libro s¨ª que se podr¨¢ despedir definitivamente de la tele.

R. Yo no acuso a nadie. Cuento lo que pas¨®. He contactado con todos los personajes que aparecen, aunque algunos no han querido hablar. No es un libro revanchista.

P. Si lo que cuenta es verdad, yo tendr¨ªa ganas de revancha.

R. La vida es as¨ª, a nadie le ponen una alfombra roja. Pero al tener connotaciones p¨²blicas y bordeando el poder, parece que tenga mayor iluminaci¨®n.

P. Usted tambi¨¦n era poderoso.

R. Nunca utilic¨¦ mi trabajo para manejar el poder, sino para divertir y divertirme. Pero es que vend¨ªamos todo lo que sac¨¢bamos, y ten¨ªamos un programa de m¨¢xima audiencia.

P. Desde el sof¨¢ de casa parec¨ªa que estaban como una cabra.

R. Ese era el esp¨ªritu. El disparate, el absurdo, todos los espectros del humor y una forma de ver la vida distinta. Una perspectiva un tanto tuneada, un caos controlado.

P. Todos ten¨ªan mucha calle.

R. Algunos m¨¢s que otros. Pero la calle era fundamental. De ah¨ª sali¨® La Veneno. O Flo, que no hab¨ªa trabajado nunca y era vigilante de seguridad.

P. ?Qu¨¦ fue de La Veneno?

R. Ni idea. Era muy buena persona, pero a veces la vida te lleva a sitios que no deseas. Es alguien muy sincera, muy de verdad. Por eso funcionaba tan bien. Cuando sal¨ªa aquel monumento andante el p¨²blico recib¨ªa verdad. La encontr¨® un reportero en el parque del Oeste haciendo lo que todo el mundo sabe que hac¨ªa.

P. Deb¨ªa de ser incontrolable.

R. S¨ª, era parte de la gracia. No hablaba con ella antes de salir al plat¨®, siempre la quer¨ªa fresca.

P. ?Se le fue de las manos el programa?

R. No, estuvo siempre controlado. Hab¨ªa un excelente equipo.

P. ?Cr¨®nicas marcianas fue el heredero del Mississippi?

R. No. Cr¨®nicas es un programa que hizo un amigo. Entr¨® en una din¨¢mica con lo de Gran Hermano¡­ Pero cada uno se salva como cree conveniente. Un programa que dura ocho a?os debe tenerse en cuenta y respetarse.

P. ?Con usted empez¨® la telebasura?

R. No s¨¦ qu¨¦ es la telebasura. Eso se usa para descalificar a un enemigo. Pero invito a ver el programa y comprobar qu¨¦ hay. A la televisi¨®n, como dec¨ªa MacLuhan, se la juzga desde la escritura y siempre saldr¨¢ mal parada. La escritura es reflexi¨®n, y la televisi¨®n es intuitiva y atiende m¨¢s a las emociones que al cerebro. Yo tambi¨¦n podr¨ªa decir que en la prensa hay mucha basura.

P. ?Le ofende?

R. No, es que la televisi¨®n obedece a otros patrones, m¨¢s bien opuestos.

P. ?Le gusta la televisi¨®n de hoy?

R. Se ha degradado a monotem¨¢tica. En una industria solvente ser¨ªa polifac¨¦tica. Pero, aqu¨ª, toda la programaci¨®n se ha hecho con el mismo estilo de un programa que ha triunfado.

P. ?Y en qu¨¦ anda ahora?

R. Sobreviviendo, no hay una sola cosa. Pero me busco la vida desde los 14 a?os. He hecho de todo: mec¨¢nico, en una farmacia, en El Corte Ingl¨¦s, he sido disc jockey, futbolista¡­ He batallado. La vida, al final, es siempre lo mismo. Ahora tengo cuatro hijos, que para m¨ª es un aliento sensacional.

P. ?Echa de menos esa ¨¦poca?

R. Bueno, la ¨¦poca no¡­ Esta profesi¨®n es una forma de vida, no es un trabajo. Una forma de vida muy rica porque tienes la posibilidad de estar en todo. Se a?ora esa din¨¢mica, no los tiempos pasados.

P. ?Volver¨ªa a la tele?

R. Es lo que s¨¦ hacer y lo que he hecho siempre. Si no lo estoy haciendo no es porque no quiera.

P. Al menos se le habr¨¢ quitado el complejo de cabez¨®n, ahora que ya no sale por la tele¡­

R. Ja, ja, ja. Yo no era el m¨¢s cabez¨®n del programa. Lo hac¨ªamos porque nos gustaba jugar con eso. Lo primero es re¨ªrse de uno mismo. Complejos he tenido muy pocos o ninguno. Eso viene con el miedo, y yo no tengo ning¨²n miedo.