El futuro es ¡°puntillista¡±
El di¨¢logo digital de Zygmunt Bauman y Gustavo Dessal arroja luces sobre el mundo contempor¨¢neo
Ni lineal, ni c¨ªclico, ni como un haz de luz que cae¡ El tiempo futuro es ¡°puntillista¡±, como esos cuadros de Seurat o Sisley donde cada punto reclama su atenci¨®n porque es un mundo pero a la vez est¨¢ rodeado de otros que piden lo mismo hasta formar el cuadro completo, donde todos se saben indispensables para ofrecer la imagen correcta. ¡°Pero cualquiera de ellos¡±, advierte Zygmunt Bauman (Poznan, Polonia, 1925), ¡°puede convertirse de un momento a otro en un Big Bang, no obstante, a diferencia de las obras legadas por los maestros pret¨¦ritos de la escuela puntillista, resulta absolutamente imposible predecir qu¨¦ momento experimentar¨¢ tal transformaci¨®n¡¡±. Se avecinan varias: ?una de ellas podr¨ªa ser el retorno del p¨¦ndulo? ?De la solidificaci¨®n a la fuerza de lo que el soci¨®logo polaco llama mundo l¨ªquido debido al duelo irresoluble entre libertad y seguridad?
La alarma, o advertencia, la hace sonar Bauman en un di¨¢logo epistolar-digital con el psicoanalista?Gustavo Dessal. El prestigioso soci¨®logo polaco y Pr¨ªncipe de Asturias de Humanidades plantea estas reflexiones e inquietudes en el libro?El retorno del p¨¦ndulo. Sobre psicoan¨¢lisis y el futuro del mundo l¨ªquido (Fondo de Cultura Econ¨®mica). Un volumen que recoge parte de esos correos electr¨®nicos que escenifican dos cuestiones: Bauman, reconoce, salda la deuda con el psicoan¨¢lisis y Freud; y se produce el encuentro e intersecci¨®n entre las disciplinas de los dos expertos: sociolog¨ªa y psicoan¨¢lisis.
Una sesi¨®n interdisciplinar donde los dos expertos ponen al mundo contempor¨¢neo en el div¨¢n. Y a su alrededor, como espectros, el deseo, el capitalismo, el Yo e Internet.
Una clave est¨¢ en la resoluci¨®n del duelo entre libertad y seguridad
Las preguntas y dudas de Bauman tienen como eje que aquello que ¨¦l llamaba mundo l¨ªquido parece solidificarse a la fuerza, porque esa fragilidad del ser humano inoculada de incertidumbres no empieza a mejorar por s¨ª misma sino a trav¨¦s de restricciones y del aumento de espejismos facilitados por el mundo digital. En la correspondencia digital entre el soci¨®logo y el psicoanalista se analiza c¨®mo la humanidad experimenta una vuelta a valores menos maleables, mientras se espolean viejos fantasmas con la promesa de un mundo m¨¢s estable en detrimento de, por ejemplo, libertades individuales y colectivas.
Un trueque entre sue?os y realidades y miedos, naturales e infundados.
Aunque Bauman, autor de obras como La globalizaci¨®n. Consecuencias humanas y Modernidad l¨ªquida, no responde claramente, Dessal interpreta que es ¡°la vuelta a los valores de la derecha y el inicio de restricciones sobre liberalidades ganadas en un siglo que se manifiestan en nuevas subjetividades y en valores menos pl¨¢sticos, maleables¡±. El especialista argentino asegura que esto surge, en parte, porque la gente ha perdido referencias en la vida y el mundo personal y colectivo se han hecho m¨¢s vol¨¢tiles.
Y, detr¨¢s de todo est¨¢ la b¨²squeda de felicidad.
Una clave del futuro, afirma Bauman, est¨¢ en la resoluci¨®n y administraci¨®n del duelo eterno entre Libertad y Seguridad. Condenados a lo irresoluble, al desequilibrio. Para empezar, el soci¨®logo recuerda que son tres las causas que el ser humano combate para eliminar el sufrimiento, es decir, los obst¨¢culos generales a la felicidad: ¡°la supremac¨ªa de la naturaleza, la fragilidad de nuestro cuerpo y la insuficiencia de las normas que regulan los v¨ªnculos rec¨ªprocos entre las personas en la familia, el Estado y la sociedad¡±. Mientras en los dos primeros se han logrado ¡°numerosas victorias¡± y no hay grandes conflictos, sobre la tercera causa se?ala que aunque la sociedad ¡°debe imponer restricciones a sus miembros, los hombres y mujeres necesitan rebelarse contra esas restricciones para seguir avanzando en pos de la felicidad¡±. Exhorta al equilibrio, porque si ¡°hace cien a?os, la historia humana sol¨ªa representarse como un relato sobre el progreso de la libertad¡±, y ese d¨¦ficit ¡°era la cuita m¨¢s com¨²n¡±, y la gente estaba dispuesta a ceder porciones de seguridad a favor de ella; hoy parece todo lo contrario.
El capitalismo ha triunfado, aseguran, porque ha sabido explotar el deseo
Es un escenario condenado al desencuentro y al conflicto. Por eso la presencia de Freud es constante con afirmaciones como que ¡°la civilizaci¨®n es una transacci¨®n¡±. Consciente de complacer las necesidades humanas de la libertad y la seguridad, Bauman asegura que ¡°una seguridad sin libertad equivaldr¨ªa a esclavitud, mientras que una libertad sin seguridad desatar¨ªa el caos¡±.
En el origen de todo, en la ra¨ªz de cada pregunta y duda est¨¢ la b¨²squeda de la felicidad, y en la cofia de cada ra¨ªz la b¨²squeda del deseo, y en la punta de la cofia la necesidad de llenar una oquedad existencial en cada individuo que en estos tiempos adquiere dimensiones in¨¦ditas, que hace que lo l¨ªquido solo se solidifique por fuera.
Un mundo nuevo y parad¨®jico con una trinidad: deseo-capitalismo-Internet. Esto delinea el destino de la humanidad porque ese circuito triangular se retroalimenta sin cesar y sus piezas se necesitan unas a otras, y se potencian. El resultado es que la satisfacci¨®n plena nunca se alcanza. Aletea sin descanso la sensaci¨®n de que hay algo mejor ah¨ª fuera, de que cualquier decisi¨®n no es la mejor sino que se est¨¢n dejando muchas fuera.
El capitalismo ha triunfado, aseguran Bauman y Dessal, porque ha sabido explotar el fetichismo de la mercanc¨ªa. Ha encontrado, explica Dessal, ¡°el resorte de la subjetividad del deseo siempre insatisfecho del ser humano, fabricando objetos que se convierten en met¨¢foras de nuestros deseos y la promesa de satisfacci¨®n¡±. Concediendo deseos reales e inventando otras necesidades.
Una estrategia que ahora Internet aumenta a la en¨¦sima potencia al sembrar la duda de que siempre hay algo mejor a lo elegido y, por ende, expande la sombra del error, de una decisi¨®n equivocada ante la sobreoferta. Espolea esa b¨²squeda de satisfacci¨®n que nunca ser¨¢ colmada definitivamente. ¡°La insatisfacci¨®n es lo que nos mueve, lo que nunca acaba de llegar. Lo que no sabemos¡±, seg¨²n Dessal, ¡°es hasta cu¨¢ndo le durar¨¢ al capitalismo esta estrategia¡±.
La alianza deseo-capitalismo-internet parece no tener fin¡ El individualismo y el yo¨ªsmo ampl¨ªan su reino¡ La identidad del individuo es m¨¢s que nunca colectiva¡ El espejismo es potenciado y tal vez en ese posible retorno del p¨¦ndulo, explica Dessal, est¨¢ tambi¨¦n en que la gente cede porciones de libertades, a cambio de seguridad, porque cree ver que con Internet reemplaza o suple otras cuestiones del mundo anal¨®gico que lo exponen menos a la realidad real y sus amenazas.
Un mundo donde la percepci¨®n del Tiempo es otra, ni lineal, ni c¨ªclica, ni de atr¨¢s hacia delante, ni dimensiones paralelas, ni como un haz de luz que cae a lo borgeano¡ es puntillista.
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