Una pasi¨®n de alta fidelidad
Jos¨¦ Roberto Alves Freitas tiene el mayor acervo de discos de vinilo del mundo Posee m¨¢s de cinco millones de ejemplares
Jos¨¦ Roberto Alves Freitas tiene el mayor acervo de discos de vinilo del mundo. Pero no lo admite. ¡°Puede que alguien descubra una colecci¨®n mayor que la m¨ªa, no puedo hacer este tipo de afirmaci¨®n¡±, asegura este brasile?o de 62 a?os, conocido como Zero Freitas. Lo cierto es que es dif¨ªcil que alguien posea m¨¢s de cinco millones de vinilos. ¡°Si se calcula de forma m¨¢s precisa, puede que sean seis o siete millones¡±, baraja.
La pasi¨®n de Freitas por la m¨²sica le viene de ni?o, por influencia de su madre. A los cinco a?os, sus padres le regalaron un tocadiscos y un piano. ¡°Me fascina hallar nuevos discos, como unos evang¨¦licos que acabo de recibir. Son de peque?as iglesias, cantantes desconocidas e incluso misas¡±, comenta. ¡°El mes pasado recib¨ª un vinilo en el que estaba escrito Dios salve el Am¨¦rica, campe¨®n de la ciudad en 1960. Creo que ni los hinchas m¨¢s fan¨¢ticos de este equipo de f¨²tbol carioca lo conocen¡±, a?ade. Eso es lo que impulsa su proyecto personal: la voluntad de conocer m¨¢s la historia brasile?a a trav¨¦s de los discos.
El empresario tiene repartidas las obras en distintos lugares: por ejemplo, 100.000 ejemplares, sus preferidos, se encuentran en su casa; otros 500.000, en un gran almac¨¦n de la zona oeste de S?o Paulo, donde tambi¨¦n tiene un estudio. La mitad ya est¨¢ catalogada. EBay, la web estadounidense de compras online, fue una de las herramientas que propici¨® que creciera su colecci¨®n. La mitad proviene de donaciones de todas las partes del mundo, sobre todo de Estados Unidos. Su objetivo es terminar de catalogar los discos para luego dejarlos disponibles a todos los ciudadanos. ¡°As¨ª podr¨¢n contactarnos en caso de que busquen algo que no encuentran¡±, explica Freitas. No se trata de crear una biblioteca de pr¨¦stamos, sino de que los que necesiten determinadas obras puedan tenerlas en formato digital. Considera que puede ser ¨²til para quienes est¨¦n buscando una canci¨®n; a los artistas que no tienen su propio material o tambi¨¦n a estudiantes de la cultura brasile?a. Todo ello est¨¢ disponible gratis. El interesado verifica si la canci¨®n o el disco est¨¢ disponible y contacta para lograr una copia digital.
Lo que impulsa su proyecto personal es la voluntad de conocer m¨¢s la historia brasile?a a trav¨¦s de los discos
El proceso requiere tambi¨¦n obtener los derechos de autor. ¡°Solo podemos liberar el audio digitalizado con el consentimiento del artista¡±, aclara. Freitas asegura que si alg¨²n artista o grupo no quiere que sus obras est¨¦n abiertas al p¨²blico, podr¨¢n retirarlas. ¡°Los discos seguir¨¢n guardados aqu¨ª¡±, matiza.
Para profundizar en la preservaci¨®n de la m¨²sica brasile?a, un grupo de estudiantes de Historia trabaja en la catalogaci¨®n de los discos, unos 1.000 a diario: ¡°En dos turnos, con ocho becarios cada uno¡±, explica Freitas. A pesar del ritmo, el dep¨®sito de discos no deja de crecer. ¡°La catalogaci¨®n es muy sencilla: solo el nombre del disco, artista y grabadora, adem¨¢s de notas de detalles, dedicatorias o alguna peculiaridad¡±, cuenta. El problema es cuando no consiguen entender qui¨¦n es el artista o c¨®mo se llama el disco, sobre todo cuando est¨¢n escritos en ruso, japon¨¦s o alem¨¢n. En casos extremos, cuando no encuentran la informaci¨®n sobre el disco en Internet, es Freitas quien decide c¨®mo catalogarlo.
Pese a su vasta colecci¨®n, Freitas pocas veces viaja para comprar vinilos. Cuando se desplaza, dice, busca quedarse lejos de las tiendas de discos. Si acaso, se lleva algunos discos compactos. Tambi¨¦n los colecciona: tiene unos 100.000.
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