Brillante pero no cautivadora
'El ni?o', de Daniel Monz¨®n, es una pel¨ªcula muy pensada, con una brillante factura visual
Entiendes que las televisiones que producen cine se vuelquen en su promoci¨®n publicitaria intentando crear en el p¨²blico el deseo, la necesidad e incluso la obligatoriedad de ver ese producto. Y, por supuesto, para que funcionen esas extenuantes y abusivas campa?as conviene tener muy clara la solidez y el magnetismo de la oferta, saber que el espectador al que has machacado sin prisas y sin pausas desde la televisi¨®n vendi¨¦ndole el irresistible encanto de la criatura no se sienta estafado al conocerla despu¨¦s de pagar la entrada.
El ni?o
Direcci¨®n: Daniel Monz¨®n.
Int¨¦rpretes: Luis Tosar, Jes¨²s Castro, Eduard Fern¨¢ndez, Sergi L¨®pez, B¨¢rbara Lennie, Ian McShane.
G¨¦nero: drama. Espa?a, 2014.
Duraci¨®n: 130 minutos.
A Telecinco le ha funcionado la f¨®rmula en muchas ocasiones y con resultados espectaculares en el caso de Lo imposible y Ocho apellidos vascos. Desde hace varios meses, cada vez que me topaba con esa cadena sufr¨ªa el martilleo sobre las infinitas bondades de El ni?o, algo que no pones en duda pero que acaba saturando. Las expectativas eran altas al recordar la ¨²ltima pel¨ªcula del director Daniel Monz¨®n, la desgarrada, violenta, compleja y muy atractiva Celda 211. Y, efectivamente, los cinco a?os que han pasado entre aquella y El ni?o no han sido una p¨¦rdida de tiempo. Le han servido a Monz¨®n para engendrar una pel¨ªcula muy pensada, con una brillante factura visual, rodada con personalidad y pulso, con vocaci¨®n de realismo y notable sutileza al describir las relaciones entre los personajes, con sentido del cine de acci¨®n y suspense, sin descuidar la profundidad ni la credibilidad de situaciones y de conductas en el muy trabajado guion que han escrito Jorge Guerricaechevarr¨ªa y Daniel Monz¨®n.
La trama es s¨®lida, funciona. Sin estereotipos ni mitificaciones, entre gente, di¨¢logos y gestos que respiran autenticidad, empe?ados en encontrar el tono y la naturalidad de la vida real. Hay polic¨ªas obsesionados (el McNulty de The wire no anda lejos, aunque el protagonista de esta no sea un profesional compulsivo del trasiego alcoh¨®lico y del adulterio) con cazar a los grandes narcos que operan entre Gibraltar, Andaluc¨ªa y Marruecos a trav¨¦s de costas y puertos y en posesi¨®n de la certidumbre de que si estos siempre se escapan es por la corrupci¨®n instalada en polic¨ªas curtidos y que andan muy cerca de ¨¦l. Si estos polic¨ªas desprenden verosimilitud, tambi¨¦n esta aparece en el retrato de los personajes j¨®venes, desde un chaval con determinaci¨®n y audacia legendaria, a un castizo tan entra?able como desastroso que intentan montar su propia empresa en el tr¨¢fico de hach¨ªs.
El ni?o es irreprochable en muchos sentidos, su est¨¦tica es poderosa, las persecuciones entre helic¨®pteros y lanchas r¨¢pidas llevan la firma de un virtuoso de la imagen y del montaje, las interpretaciones son eficientes (comprendo la turbaci¨®n y el alboroto de la mayor¨ªa de las mujeres y de algunos hombres ante la belleza de Jes¨²s Castro, pero la interpretaci¨®n que prefiero es la del desbordante Jes¨²s Carroza dando vida a un perdedor tan simp¨¢tico como desastroso) y su notable metraje no se hace pesado. Aclarada mi admiraci¨®n hacia sus muchas virtudes, no es una pel¨ªcula que me deje poso, con la que me involucre sentimentalmente. Sin embargo, sigo acord¨¢ndome despu¨¦s de los a?os de aquella fiera con tanto estilo apodada Malamadre.
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