The king of flamenco reina otra vez
Un festival recuerda en Pamplona a Sabicas, el guitarrista que internacionaliz¨® el arte gitano
El n¨²mero siete de la calle Ma?ueta, en pleno coraz¨®n de Pamplona, es una antigua casa de tres pisos a escasos 20 metros del Mercado de Santo Domingo. All¨ª naci¨® Agust¨ªn Castell¨®n Campos y ese es el escenario en el que uno de los m¨¢s geniales e internacionales de los guitarristas flamencos se gan¨® su peculiar sobrenombre. Cuentan que el peque?o Agust¨ªn era un vicioso de las habas y de camino al mercado met¨ªa mano en la cesta de la compra para com¨¦rselas crudas, con cascara. Le llamaron el ni?o de las habas. El ni?o de las habicas¡ Corr¨ªa el a?o 1917 y ya el Ni?o Sabicas con cinco a?os aprend¨ªa a tocar la guitarra. ¡°Nunca tuve maestro¡±, dijo en una entrevista el artista, que estos d¨ªas recibe un homenaje en su ciudad en forma de festival. ¡°Cog¨ª la guitarra, me puse a tocar y ah¨ª segu¨ª¡±. Cuando en 1990 falleci¨® en Nueva York a los 78 a?os, este gitano de Pamplona se hab¨ªa convertido en The king of flamenco, el m¨¢s conocido guitarrista jondo de EE UU, y ten¨ªa una vida de pel¨ªcula: comparti¨® escenario con las estrellas flamencas de los a?os veinte y en 1936, al comienzo de la Guerra Civil, se march¨® de Espa?a ¡ªdonde nunca m¨¢s vivi¨®¡ª; triunf¨® en Argentina, M¨¦xico y en EE UU donde residi¨® y grab¨® sus discos m¨¢s importantes. Llen¨® teatros de Broadway, toc¨® para Chaplin, Marlon Brando y Gary Cooper e invent¨® involuntariamente la fusi¨®n entre el rock y el flamenco. Pese a que hasta mediados de los setenta fue casi un desconocido en su pa¨ªs de origen, se convirti¨® en maestro ¡°por correspondencia, a trav¨¦s de sus discos¡±, como dec¨ªa Morente, de multitud de flamencos. Sobre todo de Paco de Luc¨ªa. ¡°Nosotros somos los transmisores de Sabicas y de su genio. El sonido de esa guitarra es exagerao. Todos le debemos mucho¡±, dijo el ya desaparecido guitarrista, nombrado por nuestro hombre como ¡°aut¨¦ntico disc¨ªpulo¡±.
Pamplona ajusta estos d¨ªas cuentas con Sabicas. Desde el martes y hasta ma?ana la capital navarra rinde homenaje a su embajador en el festival Flamenco On Fire, que ha contado con las actuaciones de Sara Baras, Tomatito, Arc¨¢ngel, Ni?a Pastori y Jos¨¦ Merc¨¦. Hoy act¨²an Estrella Morente ¡ªque siendo ni?a cant¨® para Sabicas¡ª, Josemi Carmona y Pepe Habichuela. Ma?ana, Kiko Veneno, Tomasito y Los Evangelistas cerrar¨¢n este nuevo festival que pretende consolidarse en la ciudad y que curiosamente est¨¢ organizado por los hermanos Mor¨¢n (Miguel y Jos¨¦), creadores del m¨¢s representativo certamen de pop-rock de los ¨²ltimos 20 a?os en Espa?a: el Festival Internacional de Benic¨¤ssim (FIB). ¡°Aprend¨ª a valorar el flamenco cuando trabaj¨¦ de camarero en Casa Patas en los ochenta¡±, cuenta Miguel Mor¨¢n, hasta ahora m¨¢s acostumbrado a lidiar con artistas de rock independiente que con flamencos. ¡°La figura de Sabicas y su vida servir¨¢ como hilo conductor de las pr¨®ximas ediciones que pretendemos celebrar¡±.
Llen¨® teatros de Broadway, toc¨® para Chaplin, Brando y Gary Cooper
Y con raz¨®n. Porque la biograf¨ªa del maestro da para mucho. Sabicas fue de aquellos pioneros flamencos que tocaban a pulm¨®n, sin micr¨®fono, porque no hab¨ªa; que con 10 a?os alegraba las juergas de los se?oritos en el tablao Villa Rosa de Madrid, adonde fue a buscarse la vida. All¨ª se hizo con un nombre y acompa?¨® por toda Espa?a a las figuras del momento: la Ni?a de la Puebla, Imperio Argentina, Estrellita Castro... Hasta 1936. Al comienzo de la Guerra Civil espa?ola, Sabicas prefiri¨® poner tierra de por medio antes de ser llamado a filas. ¡°No me fui a Am¨¦rica como exiliado¡±, explic¨® en una entrevista posterior. ¡°Me fui porque me contrataron. Yo nunca he sabido nada de pol¨ªtica, ?ni quiero saber!¡±.
Desembarca en Argentina para actuar con la bailarora Carmen Amaya, con la que forma pareja art¨ªstica y sentimental durante unos a?os. Triunfan en M¨¦xico, donde el guitarrista tiene dos hijos y se casa con una mexicana (¡°Me cost¨® dinero y sali¨® por peteneras¡±, confes¨®). De 1940 a 1945 viaja por primera vez a trabajar a EE UU con Carmen Amaya. Vuelven en 1956 y Sabicas se queda a vivir en Nueva York. All¨ª se le conoce como The King of Flamenco y arranca su rica y abundante carrera discogr¨¢fica (55 discos). Sabicas se hace entonces grande en EE UU mientras que en Espa?a pocos recuerdan su nombre.
Pamplona-NY
Agust¨ªn Castell¨®n Campos (Pamplona, 1912), Sabicas, se dio prisa en coger la guitarra: a los cinco a?os ya la tocaba, y a los 10 animaba las fiestas de los tablaos madrile?os.
En 1936 se marcha a Argentina, donde conoce a Carmen Amaya, que ser¨¢ su pareja durante a?os. En 1956 se afinca en EE UU. All¨ª se le conoce como The king of flamenco y graba algunos de sus discos m¨¢s relevantes: Rock encounter (con el rockero Joe Beck) o el recopilatorio Flamenco on fire, entre otros.
Reivindicado como padre del flamenco fusi¨®n por Smash o Triana, Morente graba con ¨¦l Nueva York Granada. Ser¨¢ su ¨²ltimo disco, editado tras su muerte en 1990.
Sus discos estaban dirigidos al mercado estadounidense (incluido Flamenco on fire, de donde coge el nombre el festival que ahora le homenajea). Entre ellos, Rock encounter, editado en 1970 y que, aunque al propio Sabicas le desagradaba especialmente, fue pionero de lo que ahora se llama fusi¨®n. Fue el primer experimento donde la guitarra flamenca de Sabicas se fusiona con el rock del m¨²sico Joe Beck. Una revoluci¨®n, luego seguida por grupos como Smash, Triana o Pata Negra. El disco lo redescubri¨® en Francia el productor Ricardo Pach¨®n, responsable del tambi¨¦n revolucionario La leyenda del tiempo, de Camar¨®n. A?os despu¨¦s, Pach¨®n coincidi¨® con Sabicas en Nueva York durante un concierto de Pata Negra. ¡°Ricardo, mira, yo no entiendo nada de esto¡±, apunt¨®. ¡°Pues esto lo invent¨® usted, maestro¡±, replic¨® el productor. Sabicas, seg¨²n cuenta Carlos Lancero en su libro sobre Camar¨®n, levant¨® las manos al cielo y dijo: ¡°Eso fue cosa de mis productores que eran unos peseteros. ?Esos discos m¨ªos no valen un duro!¡±.
Las razones por las que Sabicas no volvi¨® a vivir en Espa?a tampoco hay que buscarlas en la pol¨ªtica. ¡°La principal fue que ten¨ªa un miedo terrible a volar¡±, explica la periodista neoyorquina Estela Zatania, que con 15 a?os visit¨® a Sabicas en su casa de Manhattan. ¡°All¨ª en EE UU gan¨® mucho dinero y viv¨ªa muy bien¡±. Solo con su guitarra, porque Sabicas nunca aprendi¨® ingl¨¦s: ¡°S¨®lo s¨¦ tres palabras y no entiendo ninguna¡±, dej¨® dicho.
En 1967 por fin supera el miedo a volar y reaparece en Espa?a, que ya visit¨® frecuentemente. En los ochenta le organizan festivales, visita Pamplona y se relaciona con flamencos del momento como Morente, Paco de Luc¨ªa o el guitarrista Pepe Habichuela, que el jueves en una mesa redonda record¨® su encuentro con el pamplonica: ¡°Era un gitano antiguo. Ten¨ªa no s¨®lo una imponente presencia tocando sino tambi¨¦n andando por la calle. Le gustaba recordar los viejos tiempos¡±. Jos¨¦ Merc¨¦, tras su concierto del mi¨¦rcoles, tambi¨¦n rememor¨® el momento en que se conocieron: ¡°Yo ten¨ªa 13 a?os y estuvimos tocando en el Caf¨¦ de Chinitas. Era un gitano de post¨ªn. Todav¨ªa recuerdo el garbanzo de diamante que llevaba en la corbata. Su forma de tocar ten¨ªa una fuerza incre¨ªble¡±.
Su fusi¨®n con el rock influy¨® en Morente, Smash, Triana o Pata Negra
En los noventa, Enrique Morente consigui¨® el sue?o por el que luchaba durante a?os: reivindicar en Espa?a a Sabicas y grabar un disco con ¨¦l. En 1990 se publica una genialidad donde el cantaor de Granada improvisaba sobre la guitarra del ya enfermo gitano de Pamplona. En su exhaustivo libro La correspondencia de Sabicas (editorial El flamenco vive), el periodista Jos¨¦ Manuel Gamboa cuenta que en esas sesiones de grabaci¨®n, ¡°entre helados y churros¡±, la peque?a Estrella Morente, con siete a?os, se puso a cantar una taranta. ¡°Qu¨¦ maravilla. Ni?a, c¨¢ntala otra vez¡¯, dijo Sabicas, que alucin¨® al escucharla¡±.
Sabicas no vio publicado aquel disco junto a Morente. El 14 de abril de 1990 muri¨® en Nueva York y fue enterrado en Pamplona, muy cerca de ese lugar donde el genio le robaba las habicas a su madre de la cesta de la compra. El mismo al que Joaqu¨ªn Sabina le dedic¨® un soneto: ¡°Ese que va por la Quinta Avenida / con el orgullo de los desterrados / con la mirada del que nada olvida / esas seis cuerdas que tanto han llorado¡±.
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