El Gobierno decide que El Bosco y Van der Weyden sigan en El Prado

Todo apunta a que El Bosco, Van der Weyden y Tintoretto se quedar¨¢n en el Museo del Prado, su lugar de residencia desde 1936. La petici¨®n de devoluci¨®n cursada por Patrimonio Nacional a la pinacoteca que dirige Miguel Zugaza para que varias pinturas de estos maestros pasen a engrosar la colecci¨®n del Museo de Colecciones Reales que ser¨¢ inaugurado en 2016 est¨¢ a punto de recibir una respuesta negativa por parte del Gobierno.

¡°La decisi¨®n est¨¢ tomada a falta de cerrar dos flecos jur¨ªdicos, los cuadros no saldr¨¢n del Prado¡±. ¡°El Gobierno no tiene previsto de ning¨²n modo tocar la colecci¨®n del Prado, esos cuadros se quedar¨¢n en el museo¡±. Son declaraciones tajantes efectuadas a este diario por dos altos representantes del Gobierno de Mariano Rajoy, que ultima estos d¨ªas un documento legal con el fin de sellar el dep¨®sito definitivo de varias obras de estos artistas en El Prado. Parece que los deseos manifestados por Jos¨¦ Rodr¨ªguez-Spiteri, presidente de Patrimonio Nacional, caer¨¢n en saco roto. Esos deseos, compartidos por la persona que dirigir¨¢ el Museo de Colecciones Reales, Jos¨¦ Luis D¨ªez, apuntaban en concreto a cuatro obras: El jard¨ªn de las delicias y La mesa de los siete pecados capitales, de El Bosco; El descendimiento de la cruz, de Van der Weyden; y El lavatorio, de Tintoretto.

El pasado mes de julio, seg¨²n una informaci¨®n publicada en El Confidencial, Jos¨¦ Rodr¨ªguez-Spiteri dirigi¨® una carta a Zugaza record¨¢ndole que esas pinturas ¡ªconsideradas obras capitales de la colecci¨®n por parte de los responsables del Prado¡ª eran propiedad de Patrimonio Nacional y que su intenci¨®n era recuperarlas. ?Destino? Un lugar de honor en el futuro Museo de Colecciones Reales. Las obras viven en el Museo del Prado desde 1936, despu¨¦s de que la Junta de Incautaci¨®n y Protecci¨®n del Tesoro Art¨ªstico del Gobierno de la Rep¨²blica las trasladara a la pinacoteca madrile?a para protegerlas durante la Guerra Civil. Un decreto franquista de 1943 certific¨® la permanencia de los cuadros en El Prado mediante la figura jur¨ªdica de un dep¨®sito temporal, dep¨®sito que fue renovado por ¨²ltima vez en un nuevo documento sellado por ambas partes en 1998.

La situaci¨®n en julio en torno a la supuesta carta de reclamaci¨®n fue la siguiente: Patrimonio Nacional sostuvo que la carta hab¨ªa sido enviada. En El Prado aseguraron que no se ten¨ªa constancia de ella. Duda resuelta: ¡°S¨ª que existe esa intenci¨®n de reclamar por parte de Patrimonio, desde luego¡±, explicaba un alto cargo del Ministerio de Cultura.

La direcci¨®n del Museo del Prado ha mantenido durante todo este tiempo una relativa calma ante este espinoso asunto, en el que mucho han tenido que ver las no demasiado buenas relaciones entre ambas instituciones. De hecho, los responsables de Patrimonio Nacional ya han hecho saber a Zugaza que no ofrecer¨¢n su colaboraci¨®n en forma de cesi¨®n de obras en pr¨®ximas exposiciones del Prado como las que se dedicar¨¢n a Bernini o al propio Van der Weyden. En cuanto al que ser¨¢ m¨¢ximo responsable del Museo de Colecciones Reales actualmente en construcci¨®n junto a la Catedral de la Almudena de Madrid, Jos¨¦ Luis D¨ªez, lo menos que puede decirse es que se trata de una persona que conoce bien los resortes y la vida interior del Museo del Prado: no en vano fue hasta hace poco su conservador de pintura del siglo XIX.

El Patronato del Museo del Prado que preside Jos¨¦ Pedro P¨¦rez Llorca se ha topado con una aut¨¦ntica paradoja: a la reclamaci¨®n fracasada por parte de la pinacoteca del Guernica de Picasso en manos del Museo Reina Sof¨ªa ha venido a sucederle la petici¨®n igualmente fracasada de varias pinturas de tres de sus m¨¢s grandes maestros.

Tanto El jard¨ªn de las delicias como La mesa de los siete pecados capitales, ambas de El Bosco, y El descendimiento de la cruz, la obra m¨¢s importante de Rogier van der Weyden, figuran bajo el ep¨ªgrafe ¡°Obras maestras¡± en la p¨¢gina web de las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional. Ah¨ª seguir¨¢n. Pero tambi¨¦n en las salas del Museo del Prado.