El canon de las bibliotecas no convence
La norma que regula el pago del gravamen por pr¨¦stamo en centros p¨²blicos provoca un fuerte rechazo tanto de bibliotecarios como de la entidad que gestiona los derechos de autor del libro
El Real Decreto que regula el pago de un canon para los autores por el pr¨¦stamo de sus obras en las bibliotecas p¨²blicas trata de solucionar el caos que reina en este terreno, pero por ahora solo ha desatado el rechazo general del sector, tanto de los que est¨¢n a favor de esta tasa como de los que est¨¢n en contra. Cedro (Centro Espa?ol de Derechos Reprogr¨¢ficos), la entidad que gestiona los derechos de autor de los escritores, que defiende el canon, considera que es ampliamente insuficiente y est¨¢ estudiando presentar un recurso ante la justicia europea. Por otro lado, las asociaciones profesionales de bibliotecarios, que rechazan el pago del canon, aseguran que la ley representa un nuevo problema para las bibliotecas p¨²blicas, cuya situaci¨®n califican de cr¨ªtica.
¡°Se trata de intereses contrapuestos que son dif¨ªciles de aunar, pero creo que es una legislaci¨®n razonable¡±, asegura Jes¨²s Prieto, director general de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas ante las cr¨ªticas que ha suscitado el proyecto.
Publicado en el BOE el 1 de agosto, el Real Decreto llega con siete a?os de retraso, ya que Espa?a paga el canon desde 2007, cuando entr¨® a formar parte de la Ley del Libro despu¨¦s de que una sentencia del Tribunal de Luxemburgo le obligase bajo la amenaza de una multa de 300.000 euros diarios. El canon forma parte de la legislaci¨®n europea desde 1992 y algunos pa¨ªses lo pagan desde finales de los a?os cuarenta. Entonces, el Gobierno pag¨® el monto total que corresponde a todas las administraciones ¨C1,3 millones de euros¨C y se comprometi¨® a buscar una f¨®rmula para regular la compensaci¨®n a los autores por el pr¨¦stamo de sus obras, pero ha sido necesario esperar siete a?os, hasta este verano.
El canon no lo pagan ni los usuarios ni las propias bibliotecas, sino que lo sufragan las Administraciones titulares de los centros. En Espa?a, existen 4.771 bibliotecas p¨²blicas y 79 bibliobuses. El Estado es titular de 53 bibliotecas (aunque solo gestiona una, la Biblioteca Nacional) y las Comunidades Aut¨®nomas de 70. La inmensa mayor¨ªa son municipales, aunque la ley solo afecta a las que est¨¢n situadas en localidades de m¨¢s de 5.000 habitantes (unas 1.300). El Real Decreto tambi¨¦n excluye del pago a todas las bibliotecas dependientes del sistema educativo.
El problema, seg¨²n Cedro, es que durante estos a?os el Estado y la Comunidad de Madrid han pagado su parte; pero pr¨¢cticamente nadie m¨¢s, en una clara violaci¨®n de las exigencias legales de Bruselas. En 2009, la entidad de gesti¨®n de derechos autor recaud¨® por este concepto 280.000 euros; en 2010, 110.000 euros; en 2011, 80.000 euros y en 2012, 107 euros (porque el Estado aplaz¨® el pago hasta 2013). Esta bajada se explica en parte porque el canon, ahora, se paga por ejemplares adquiridos por las bibliotecas, que desde la crisis se compran muchos menos libros. Pero tambi¨¦n, en parte, porque casi nadie pagaba.
La nueva norma establece que el sistema de pago por compra de ejemplares se prolongar¨¢ hasta diciembre de 2015 (16 c¨¦ntimos por cada obra comprada para ser destinada al pr¨¦stamo, ya sea un libro, un cd o un dvd), pero a partir de entonces cambia por completo el sistema: se pagar¨¢n 4 c¨¦ntimos por cada obra que se preste y 5 c¨¦ntimos por cada usuario inscrito en una biblioteca que haga uso del servicio. El cambio es radical: se pasa de cobrar por obra comprada, independientemente de que se preste o no a cobrar por pr¨¦stamo.?Seg¨²n datos de 2012 (los ¨²ltimos disponibles), hay 11,57 millones de personas inscritas en bibliotecas p¨²blicas, que recibieron 85,55 millones de visitas, aunque se produjeron 42,2 millones de pr¨¦stamos.
Dado que existen numerosas variables ¨Cmuchas obras est¨¢n libres de derechos autor, s¨®lo cuentan para los c¨¢lculos los usuarios que tomen vol¨²menes prestados para leerlos fuera del recinto, no los que tengan un carnet o frecuenten la sala de lectura¨C, los c¨¢lculos de lo que esto podr¨ªa representar son enormemente diferentes entre Cedro y la asociaci¨®n que agrupa a los bibliotecarios, Anabad (Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Archiveros, Bibliotecarios, Arque¨®logos, Muse¨®logos y Documentalistas).
La entidad que gestiona los derechos de autor calcula que ser¨¢n entre 214.840 y 426.303 (depende si se cuentan las obras prestadas o los ejemplares prestados), mientras que para Anabad ser¨¢ mucho m¨¢s, en torno a 1.238.000 euros. El dinero que se ingrese ser¨¢ gestionado por las entidades de derechos de autor y repartido entre los autores cuyos libros hayan sido prestados ¨Cmuchos escritores espa?oles ya reciben fondos por este concepto provenientes de Reino Unido, Francia, Alemania e Irlanda¨C.
¡°No ponemos en duda el derecho de los autores¡±, explica Jos¨¦ Mar¨ªa Nogales, vicepresidente de Anabad. ¡°Nuestro temor es que las bibliotecas dejen de ser bibliotecas, que se conviertan en salas en las que los j¨®venes vayan a estudiar¡±, agrega este representante de la principal asociaci¨®n de bibliotecarios, que ha promovido un manifiesto que rechaza este canon ¡°no solo por lo que supone econ¨®micamente para la maltrecha situaci¨®n de las bibliotecas, si no por cuanto obliga a las bibliotecas a pagar por el mero hecho de prestar aquellos servicios b¨¢sicos que las leyes les confiere, poniendo as¨ª en peligro la propia esencia de la biblioteca y su supervivencia como servicio p¨²blico¡±.
Entre 2008 y 2012 la reducci¨®n presupuestaria en las bibliotecas p¨²blicas de Espa?a fue del 35,9% y tuvieron una disminuci¨®n del 43,6% en las adquisiciones de las colecciones, seg¨²n el Observatorio de la Cultura. El presupuesto para comprar nuevos t¨ªtulos en las 53 bibliotecas que dependen directamente del Estado ha ca¨ªdo en m¨¢s del 60%.
Cedro, en cambio, considera que se trata ¡°de cantidades insignificantes¡±, seg¨²n explicaron fuentes de la organizaci¨®n, que cuenta con 22.235 socios. Las mismas fuentes aseguraron que est¨¢n estudiando un recurso ante el Tribunal de Luxemburgo. ¡°Los pa¨ªses que tienen las mejores bibliotecas del mundo aplican el canon, no creo que sean dos cosas que tengan que ver¡±, explicaron en Cedro. Actualmente, seg¨²n el Public Lending Rights Network, 33 pa¨ªses mantienen diferentes sistemas de retribuci¨®n a los autores. El primero fue Noruega, en 1947, el ¨²ltimo, Hungr¨ªa, en 2008.
La pol¨¦mica en torno al pago de un canon a los autores nunca ha cesado. El escritor franc¨¦s de origen espa?ol Michel del Castillo, autor de Tanguy, public¨® ya en el a?o 2000 un l¨²cido ensayo sobre el asunto, Droit d¡¯auteur, en el que reivindicaba la remuneraci¨®n de los creadores e intu¨ªa las turbulencias que se avecinaban sobre el mercado del libro. En 2007, tras la sentencia de Luxemburgo, surgi¨® una iniciativa de escritores contra el canon.
Del Castillo escribi¨® entonces, cuando los cambios impulsados por Internet comenzaban a acelerarse, una frase que cobra relevancia cada d¨ªa: ¡°La pol¨¦mica en torno al derecho de autor no es m¨¢s que un aspecto, menor, de las mutaciones que se est¨¢n produciendo. En realidad, nadie sabe a qu¨¦ se parecer¨¢ el mundo del libro dentro de un cuarto de siglo¡±.
Han pasado 14 a?os y ese gigantesco interrogante sigue siendo v¨¢lido. Ahora mismo el ¨²ltimo desaf¨ªo al que se enfrentan las tambaleantes bibliotecas p¨²blicas es el impulso y la regulaci¨®n del pr¨¦stamo de libros electr¨®nicos, un aspecto que no est¨¢ incluido en la norma aprobada en agosto ya que, seg¨²n la legislaci¨®n espa?ola, el pr¨¦stamo requiere que exista un libro f¨ªsico. Nogales, representante de los bibliotecarios, asegura: ¡°El aut¨¦ntico problema es la nube y todo lo que ello conlleva. Cualquier soluci¨®n tiene que hacerse pensando en el futuro¡±. ¡°Las nuevas tecnolog¨ªas borran las fronteras, transforman el espacio, encogen el tiempo. Hay menos espacio para la diferencia y la singularidad. Defender al creador, reivindicar sus derechos, es rechazar este nivelamiento¡±, escribi¨® entonces el autor de Tanguy.
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