El Internet de las cosas y la sociedad colaborativa
Jeremy Rifkin, economista y soci¨®logo, analiza en su libro el ¡°procom¨²n colaborativo¡±
En la escena mundial est¨¢ apareciendo un sistema econ¨®mico nuevo: el procom¨²n colaborativo. Es el primer paradigma econ¨®mico que ha arraigado desde la llegada del capitalismo y el socialismo en el siglo XIX. El procom¨²n colaborativo prospera junto al mercado convencional y transforma nuestra manera de organizar la vida econ¨®mica ofreciendo la posibilidad de reducir radicalmente las diferencias en ingresos, de democratizar la econom¨ªa mundial y de crear una sociedad m¨¢s sostenible desde el punto de vista ecol¨®gico en la primera mitad del siglo XXI.
El desencadenante de esta gran transformaci¨®n econ¨®mica es el llamado coste marginal cero, el coste de producir unidades adicionales de un producto o servicio sin tener en cuenta los costes fijos. Las empresas siempre han buscado tecnolog¨ªas nuevas que les permitan aumentar la productividad y reducir el coste marginal de producir y distribuir bienes y servicios con el fin de bajar precios, atraer consumidores, ganar cuota de mercado y garantizar beneficios suficientes para sus inversores. Pero nunca previeron una revoluci¨®n tecnol¨®gica que pudiera dar lugar a una productividad extrema y redujera los costes marginales casi a cero, consiguiendo as¨ª que la informaci¨®n, la energ¨ªa y muchos bienes y servicios f¨ªsicos dejaran de estar sometidos a las fuerzas del mercado y fueran abundantes y casi gratuitos. Y eso es lo que est¨¢ empezando a suceder.
El fen¨®meno del coste marginal casi nulo ha causado estragos en los sectores dedicados a los bienes de informaci¨®n, porque millones de consumidores se han convertido en prosumidores y han empezado a producir y compartir su propia m¨²sica mediante servicios para intercambiar archivos, sus propios v¨ªdeos en YouTube, su propio saber en Wikipedia, sus propias noticias en redes sociales e incluso sus propios libros electr¨®nicos gratuitos en Internet. El coste marginal cero ha llevado el sector discogr¨¢fico al borde del desastre, ha hecho que las industrias del cine y la televisi¨®n se tambalearan, ha provocado el cierre de peri¨®dicos y revistas y ha paralizado el mercado editorial.
Los economistas reconocen el fuerte impacto que ha tenido el coste marginal cero en los sectores de la informaci¨®n, pero hasta hace poco no cre¨ªan que se llegara a cruzar la frontera entre el mundo virtual y la econom¨ªa de la energ¨ªa y los bienes y servicios f¨ªsicos. Esa frontera ya se ha cruzado.
El Internet de las cosas permitir¨¢ supervisar el consumo de electricidad , optimizar la eficiencia energ¨¦tica y compartir la electricidad verde sobrante
Se est¨¢ produciendo una revoluci¨®n tecnol¨®gica nueva y vigorosa ¡ªel Internet de las cosas¡ª que permitir¨¢ a centenares de millones de prosumidores producir y compartir su propia energ¨ªa renovable y una variedad cada vez mayor de servicios y productos f¨ªsicos con un coste marginal casi nulo. La convergencia del Internet de las comunicaciones con un Internet de la energ¨ªa y un Internet del transporte y la log¨ªstica incipientes est¨¢ creando una nueva infraestructura tecnol¨®gica para la sociedad que cambiar¨¢ de una manera radical la econom¨ªa global en los pr¨®ximos decenios. Se est¨¢n conectando miles de millones de sensores a flujos de recursos, almacenes, sistemas viarios, cadenas de producci¨®n, redes de distribuci¨®n el¨¦ctrica, oficinas, hogares, tiendas y veh¨ªculos que supervisan continuamente su estado y su funcionamiento y env¨ªan estos datos al Internet de las comunicaciones, al Internet de la energ¨ªa y al Internet del transporte y la log¨ªstica. Los prosumidores se podr¨¢n conectar al Internet de las cosas y analizar esos grandes datos (en ingl¨¦s, big data) para crear algoritmos predictivos con los que acelerar la eficiencia, aumentar de una manera dr¨¢stica la productividad y reducir a casi cero el coste marginal de producir y distribuir objetos f¨ªsicos, igual que hacen hoy los prosumidores con bienes de informaci¨®n.
Por ejemplo, en los pr¨®ximos decenios la mayor parte de la energ¨ªa destinada a calefacci¨®n, electrodom¨¦sticos, oficinas, veh¨ªculos y a todos los componentes de la econom¨ªa mundial, tambi¨¦n se generar¨¢ con un coste marginal cercano a cero y ser¨¢ pr¨¢cticamente gratuita. Ya antes de que se recuperen los costes fijos de la instalaci¨®n solar o e¨®lica ¡ªun per¨ªodo que oscila entre dos y ocho a?os¡ª el coste marginal de la energ¨ªa obtenida es pr¨¢cticamente nulo. A diferencia de los combustibles f¨®siles y del uranio de las centrales nucleares, donde la materia prima siempre tiene un coste, el sol que calienta los tejados y el viento que sopla contra las casas son pr¨¢cticamente gratuitos. El Internet de las cosas permitir¨¢ a los prosumidores supervisar el consumo de electricidad de sus edificios, optimizar su eficiencia energ¨¦tica y compartir la electricidad verde sobrante en el Internet de la energ¨ªa.
Del mismo modo, empresas y particulares imprimen en 3D sus propios productos mediante el uso de software gratuito y reciclando pl¨¢stico, papel y otros materiales de origen local con un coste marginal cercano a cero. En 2020, los prosumidores podr¨¢n compartir sus productos impresos en 3D en el procom¨²n colaborativo transport¨¢ndolos en veh¨ªculos sin conductor el¨¦ctricos o con pilas de combustible y alimentados con energ¨ªa renovable de coste marginal casi nulo, todo ello facilitado por la automatizaci¨®n del Internet del transporte y la log¨ªstica.
Un 40% de la poblaci¨®n estadounidense participa activamente en la econom¨ªa colaborativa basada en compartir. Por ejemplo, varios millones de estadounidenses utilizan servicios de compartir autom¨®viles. Por cada veh¨ªculo compartido dejan de circular 15 veh¨ªculos particulares. Del mismo modo, en todo el mundo hay m¨¢s de un mill¨®n de propietarios que comparten sus viviendas con viajeros con un coste marginal cercano a cero mediante servicios en la red como Airbnb o Couchsurfing. Solo en la ciudad de Nueva York, las 416.000 personas que se alojaron en casas o pisos entre 2012 y 2013 por medio de Airbnb supusieron para el sector hotelero neoyorquino unas p¨¦rdidas equivalentes a un mill¨®n de pernoctaciones. El resultado es que el ¡°valor de intercambio¡± en el mercado convencional est¨¢ siendo reemplazado cada vez m¨¢s por el ¡°valor de compartici¨®n¡± en el procom¨²n colaborativo.
Es probable que muchas grandes empresas de hoy sigan desempe?ando un papel importante aunque cada vez m¨¢s especializado, principalmente como agregadoras de servicios y soluciones en red, un papel que, en la era que se avecina, les permitir¨¢ prosperar junto al procom¨²n colaborativo. Pero estamos entrando en un mundo que, en parte, se encuentra m¨¢s all¨¢ de los mercados, un mundo en el que aprendemos a convivir en un procom¨²n colaborativo mundial cada vez m¨¢s interdependiente.
La sociedad de coste marginal cero: el Internet de las cosas, el procom¨²n colaborativo y el eclipse del capitalismo (Paid¨®s), de Jeremy Rifkin, se publica el martes 9 de septiembre. 461 p¨¢ginas. 28 euros
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