La ¨²ltima ma?ana de Allende

El Sal¨®n Blanco de La Moneda estaba el pasado s¨¢bado lleno de humo y efectos especiales de fuego. El director chileno Miguel Litt¨ªn (Palmilla, 1942) terminaba el rodaje de su pel¨ªcula Allende en su laberinto y quer¨ªa que las escenas reflejaran lo que sucedi¨® justamente hoy hace 41 a?os en el Palacio presidencial, que fue atacado por las Fuerzas Armadas alrededor del mediod¨ªa y termin¨® en parte destruido por las llamas. El filme retratar¨¢ las ¨²ltimas siete horas del mandatario socialista, su ¨²ltima ma?ana con vida, desde que se levant¨® hasta su muerte en medio del golpe de Estado de 1973. Y contempla detalles sutiles, como que en dos ocasiones, en su coche y oficina, cant¨® alg¨²n trozo de Tu nombre me sabe a hierba, la canci¨®n de Joan Manuel Serrat con versos de Antonio Machado.

La informaci¨®n se la entreg¨® en vida Miria Contreras, La Payita, secretaria y estrecha colaboradora de Allende, que comparti¨® con ¨¦l las ¨²ltimas horas en el Palacio. Porque Litt¨ªn, uno de los directores m¨¢s reconocidos de Chile, colaborador de Allende en sus campa?as y en el Gobierno en materia de imagen y televisi¨®n, convers¨® durante cuatro d¨¦cadas con decenas de personas de su c¨ªrculo ¨ªntimo y que acompa?aron al mandatario esa ma?ana. Despu¨¦s de la revisi¨®n bibliogr¨¢fica ¡ª¡°me he le¨ªdo todos los libros y no he dejado de escuchar a ninguna voz¡±, dice-, consigui¨® una mirada personal de lo que sucedi¨® en La Moneda antes del bombardeo. ¡°No es un documental, sino m¨¢s bien una reconstrucci¨®n ficcionada de lo que ocurri¨®, con una interpretaci¨®n, lo que hace m¨¢s complejo el filme¡±, se?ala.

Litt¨ªn piensa que no es claro que el presidente se suicidase?

La pel¨ªcula se ha rodado en Venezuela y Chile en 2014 y su relato central, adelanta Litt¨ªn, es la decisi¨®n de Allende de luchar y morir ¡°defendiendo el honor de los chilenos y los dem¨®cratas¡±. Y justamente sobre este punto, el director tiene una mirada distinta a la historia y a lo que recientemente han determinado los tribunales: piensa que no es claro que Allende se suicidase. No es el n¨²cleo de su pel¨ªcula. ¡°Pondr¨¦ todos los elementos para que el espectador deduzca lo que ocurri¨®¡±, dice, pero duda de la sentencia de la Justicia, que en enero pasado ratific¨® que el m¨¦dico socialista se suicid¨®. ¡°Lo digo con mucha responsabilidad: el juez Mario Carroza no investig¨® exhaustivamente los hechos. En la redacci¨®n del fallo, dice que Allende entr¨® al Sal¨®n Independencia, cerr¨® la puerta y luego el magistrado comienza a contar, como si fuera Dios, lo que ocurri¨®. ?C¨®mo supo si nadie entr¨® nunca?¡±, se pregunta Litt¨ªn. ¡°Es imposible que una persona se suicide dos veces, porque el cuerpo fue encontrado con disparos diferentes¡±.

No es la primera vez que Litt¨ªn realiza una cinta relativa a Allende. En 1970, el a?o en que se iniciaron los mil d¨ªas de la Unidad Popular, estren¨® el documental Compa?ero, presidente. Luego, en 1986, ya exiliado en Espa?a, realiz¨® para la Televisi¨®n Espa?ola un nuevo documental, Allende, el tiempo de la historia, que contemplaba im¨¢genes de su viaje como clandestino a Chile. El cineasta tuvo que convertirse en un hombre de negocios uruguayo para lograr ingresar al pa¨ªs en la dictadura y poder filmar. Pero el gui¨®n definitivo de Allende en su laberinto, que se estrenar¨¢ en noviembre y cuenta con la actuaci¨®n de importantes int¨¦rpretes locales, se tard¨® d¨¦cadas en materializarse. A mediados de los setenta, despu¨¦s del Golpe, de la detenci¨®n y en medio del exilio, Litt¨ªn hizo un texto que finalmente desech¨® ¡°porque la visi¨®n era desgarrada e inmediata¡±.

Pero, ?qu¨¦ hizo Allende su ¨²ltima ma?ana? ¡°Brome¨®, tom¨® decisiones, se despidi¨®, record¨® pasajes de su historia y dej¨® el legado de su discurso desde La Moneda¡±, dice Litt¨ªn. A trav¨¦s de la reconstrucci¨®n de esas siete horas, explica, se puede explorar su vida entera. Y a 41 a?os del Golpe de Estado, asegura que su figura sigue siendo muy vigente: ¡°Chile ser¨ªa otro pa¨ªs sin Allende, derrotado y con la cabeza agachada. La utop¨ªa y el romanticismo se llaman Allende en Chile y eso lo reconoce la calle, la gente. Es su legado¡±.