El cine, ese enfermo
Creo que fue Berlanga quien dijo que cuando se empez¨® a hablar ¡°del audiovisual¡± comenz¨® la decadencia del cine. O quiz¨¢s fuera Jos¨¦ Luis Garci, no lo recuerdo bien. En cualquier caso, la frase es brillante.
Ahora, el director Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez relata con buen humor que cuando el cine espa?ol estaba mal del pecho se convocaron las famosas y ¨²tiles conversaciones de Salamanca (1955), y que cuando tuvo gripe se organiz¨® un congreso (1978) que dio muy buen resultado. Sin embargo, cuando se le ha diagnosticado c¨¢ncer ni siquiera su familia se preocupa por ¨¦l. No se refiere s¨®lo a las autoridades pertinentes sino incluso a los propios cineastas.
De modo que Garc¨ªa S¨¢nchez y Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n han decidido organizar una movida entre los profesionales del gremio bajo el lema provisional Hay que verse, es decir, juntarse y debatir en serio las causas de la enfermedad del cine espa?ol para evitar que se convierta en mortal. Han escrito un texto (tambi¨¦n provisional) para sensibilizar a los numerosos y muy diversos profesionales del cine, ya que ¡°los que m¨¢s deben trabajar para arreglar los grav¨ªsimos problemas del mundo del espect¨¢culo son los profesionales del mismo¡±. Y en eso est¨¢n ambos, esperando respuestas de sus colegas para seguramente organizar otro congreso del cine espa?ol que ponga los puntos sobre las ¨ªes y encuentre soluciones a la crisis. Pero, ?ay!, quiz¨¢ se topen con el escepticismo y la desesperanza que se ha contagiado no s¨®lo entre los cineastas de este pa¨ªs.
Con lo que ya ha llegado el momento de verse, de reunirse, de hablar y de tomar decisiones tajantes, porque los c¨¢nceres pueden tener cura, especialmente detectados a tiempo. Si los cineastas tiran la toalla ante la grave situaci¨®n que se est¨¢ padeciendo, habr¨¢n ganado la batalla quienes con leyes, impuestos y desprecio por la cultura han programado su total desaparici¨®n. Quedar¨ªa entonces el llorar y crujir de dientes. Y todos a hacer pu?etas.
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