Tr¨ªo caliente con 20 a?os de recorrido

Entre la historia y la nostalgia parece que siguen los tiros en la ficci¨®n televisiva espa?ola. Telecinco estrenaba la noche del martes tras el f¨²tbol de las competidoras Hermanos, un tenso drama a tres bandas que arranca enmarcado en los a?os de la movida, en este caso y, por ahora, perif¨¦rica, para desembocar 20 a?os m¨¢s tarde.

Dos muchachos de barrio enamorados de una vecina dan mucho de s¨ª. Si uno es un empoll¨®n con cara de ¨¢ngel y ambiciones de rey de la selva y otro es una potencia f¨ªsica, aspirante a boxeador, que va regando testosterona y no le importa llevarse los golpes, tenemos la f¨®rmula de un posible ¨¦xito con ra¨ªces reconocibles.

Hermanos resulta un trasunto hisp¨¢nico directamente emparentado con Hombre rico, hombre pobre, la serie que en los a?os setenta mantuvo a este pa¨ªs en vilo junto a Nick Nolte y Peter Strauss. Es la eterna trama de Ca¨ªn y Abel con aromas de extrarradio madrile?o y vajilla de duralex.

L¨¢stima que al padre, ese aluvi¨®n de verdad constante en pantalla y sobre los escenarios que es Carlos Hip¨®lito, nos lo hayan matado al final del primer cap¨ªtulo en una pelea fortuita, ahogado en deudas y atascado entre los efluvios de la triste tintorer¨ªa que no sabe c¨®mo adaptar a los tiempos, acosado por los bancos y la falta de confianza de los clientes m¨¢s solventes.

Heredan los espasmos de su fr¨ªo pasado acunado por sillones de skay, los tres protagonistas restantes. Antonio Vel¨¢zquez (Juan) lleva las de perder aunque parezca arrastrado por un descaro carnal que puede llevarle al abismo. ?lvaro Cervantes (Alberto), con su aparente timidez y plagado de matices, es quien parece m¨¢s decidido a jugar sus cartas a lo grande entrando en una universidad de ¨¦lite, rodeado de v¨ªboras que le miran por encima del hombro y acosadores que le ofrecen protecci¨®n a cambio de favores que le ser¨¢n convenientemente facturados. En medio, Mar¨ªa Valverde, (Virginia), sale de la guarida del barrio empe?ada en zamparse el mundo a trav¨¦s del periodismo y las performances, con su chispa sensual permanentemente encendida retando los corazones rotos de sus dos vecinos en plan os qued¨¢is con las ganas.

Factura solvente, banda sonora con vocaci¨®n de revival ¡ªaunque para iniciados¡ª, tramas que juegan con los crescendos bien medidos y actores m¨¢s que correctos prometen hacer de Hermanos uno de los ¨¦xitos de la temporada.

La serie resulta perfectamente reconocible en su tensi¨®n dram¨¢tica sin huecos para la comedia. Apuesta por un tejido de papeles cre¨ªbles e identificables, abusa de efectismos un tanto rid¨ªculos que no aportan ¡ªcaso de los combates de boxeo¡ª, mide con eficacia los gui?os a la nostalgia colectiva y no decae.

Resulta atrevida en sus propuestas sexuales, no es en absoluto puritana ni previsible. Retrata con eficacia ¨¦pocas y ambientes sociales en una apuesta por la horizontalidad muy real. Funciona con di¨¢logos nada forzados, corre en su l¨ªnea de intriga con una velocidad m¨¢s que adecuada. A ver c¨®mo sigue...