'Gomorra': mafia sin glamur en la peque?a pantalla
La mafia mata. Asesina, despedaza, quema, derrite en ¨¢cido y dem¨¢s amabilidades. No hay espacio para el glamur del cine, al menos en la realidad italiana. No hay mafiosos de honor y l¨ªderes de atractivo irresistible sino capos sin piedad ni, a veces, alfabetizaci¨®n. Tipos como el siciliano Tot¨® Riina, cuyas manos quitaron la vida a m¨¢s de 40 personas, o como Francesco Sandokan Schiavone, capaz de matarte solo por mirarle de reojo. De este ¨²ltimo y del c¨¢ncer llamado camorra escribi¨® Roberto Saviano en un libro que dio la vuelta al mundo, le regal¨® la fama y le cost¨® una vida rodeado de guardaespaldas: Gomorra. De esa obra nacieron una pel¨ªcula, de Matteo Garrone, que obtuvo el premio del Jurado en Cannes en 2008, y un espect¨¢culo de teatro. Ahora, Gomorra tambi¨¦n es una serie, producida por Sky y que se emite en Espa?a cada lunes en laSexta y est¨¢ disponible en Wuaki.tv.
Bastan los t¨ªtulos de cr¨¦ditos para entender Gomorra. La serie. No contienen melod¨ªas intrigantes o montajes seductivos, tan solo unos pocos segundos en los que aparece el t¨ªtulo de la obra. Nada m¨¢s, puro y duro como la vida misma. Y como la camorra, una organizaci¨®n tan salvaje que Antonio Iovine, excapo ahora supuestamente arrepentido, declar¨® hace poco que hab¨ªa llevado a cabo ¡°tantos homicidios¡± que le resultaba imposible recordarlos todos.
Y as¨ª lo narra Gomorra, que cuenta con el propio Saviano entre los creadores y guionistas. Sin embargo, la serie recoge del libro solo la atm¨®sfera y algunos episodios concretos ¨Cpor ejemplo, la repugnante prueba del pis y la confianza- y acu?a una nueva historia con personajes ficticios que bien podr¨ªan ser cualquiera de los sicarios que pueblan ciertas zonas del sur de Italia. Todo rueda en torno al clan de Pietro Savastano, jefe sin escr¨²pulos que sus s¨²bditos reverencian como un Dios. Ya en el primer episodio conocemos tambi¨¦n a su mujer, la inmutable do?a Imma, a su hijo, el inmaduro Genny, y a su mano derecha y quiz¨¢s aut¨¦ntico protagonista de la serie: Ciro, el inmortal, cuyo apodo da fe de su capacidad de supervivencia.
Alrededor de estos pilares se mueve una masa humana donde sobran los tipos despreciables y escasean los h¨¦roes. Narcotraficantes, asesinos a sueldo, topos y traidores pueblan las secuencias de Gomorra, que tambi¨¦n habla de hombres de negocios del norte de Italia, en apariencia respetables pero podridamente corruptos. Quiz¨¢s sea un gui?o a uno de los caballos de batalla de Saviano, que enfurece a la Liga Norte: la mafia no es cosa de cuatro regiones del sur, sino un problema de todo el pa¨ªs, incluso del mundo.
Dif¨ªcil es tambi¨¦n no quedarse atrapado por el ritmo fren¨¦tico y las impecables secuencias de Sollima. El director ha vuelto a escoger actores pr¨¢cticamente desconocidos y ha conseguido emular el ¨¦xito de Roma Criminal: Gomorra ha sido la serie m¨¢s vista de la historia de la televisi¨®n de pago en Italia, ya tiene confirmada una segunda temporada y el lunes 22 llega incluso a las salas de cine italianas. Vendida a m¨¢s de 50 pa¨ªses, la obra ya ha superado con creces la prueba del estreno en Reino Unido, a la espera de medirse pronto con el p¨²blico de EE UU. De hecho, muchos italianos, tan dados a la autocr¨ªtica como los espa?oles, se han ¡°sorprendido¡± de que una serie as¨ª pudiera salir de su pa¨ªs.
Sin embargo, y pese a que algunas secuencias fueron rodadas en Espa?a, Gomorra. La serie es italian¨ªsima. Y cualquiera que entienda el idioma que se habla en la bota est¨¢ calurosamente invitado a disfrutarla en lengua original. Eso s¨ª, son imprescindibles los subt¨ªtulos, incluso para los aut¨®ctonos. De hecho, as¨ª se emiti¨® en Italia, en una elecci¨®n que caus¨® cierta pol¨¦mica. Pero el director quiso mantener el dialecto napolitano, a veces terriblemente cerrado, para que la obra resultara m¨¢s veros¨ªmil.
Aparte del idioma, Gomorra. La serie ha sufrido m¨¢s ataques. El presidente de la municipalidad de Scampia, uno de los nidos m¨¢s c¨¦lebres de camorristas, se neg¨® a conceder el permiso para rodar all¨ª. En los d¨ªas previos al estreno, aparecieron por N¨¢poles y alrededores carteles en contra de la serie. Y, hace dos meses, una investigaci¨®n de la polic¨ªa concluy¨® con tres detenciones en el clan Gallo-Pisielli: supuestamente, le habr¨ªan cobrado a la productora de la serie el pizzo [el impuesto mafioso] por dejarle filmar en la villa de un capo. Ser¨ªa, desde luego, una terrible paradoja y una mancha sobre una historia de ¨¦xito y calidad. Pero hablamos de mafia: el final feliz es una excepci¨®n.
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