¡®The Blacklist¡¯ se vuelve m¨¢s oscura

James Spader es un perfeccionista, muy meticuloso. Hasta tal punto lo tiene asumido su equipo, que antes de llegar a la sala comprueban varias veces que la temperatura est¨¦ a 20 grados. Los trajes que luce en The Blacklist son de sastre. Como comenta el reparto en el plat¨® en los estudios de Chelsea Piers, en Nueva York, est¨¢ pendiente de todo. No se le escapa un detalle. As¨ª no es de extra?ar que tras la primera temporada acabara ¡°exprimido¡±.

La segunda arranca esta noche en Canal + Series (en versi¨®n original subtitulada). ¡°Estoy regenerado¡±, comenta. Es dif¨ªcil imaginar que The Blacklist pudiera tener el mismo ¨¦xito con otro actor interpretando el papel Raymond Reddington. El ex agente federal que durante d¨¦cadas estuvo en la lista de los criminales m¨¢s buscados por el FBI trata de ayudar ahora a las autoridades a detener a pol¨ªticos, mafiosos, esp¨ªas y terroristas internacionales m¨¢s peligrosos.

Red contin¨²a teniendo a su lado a la joven agente Elizabeth Keen, que interpreta Megan Boone. Le ensa?a a pensar como ellos, para que as¨ª pueda tener una idea lo m¨¢s amplia posible de c¨®mo operan y poder anticiparse a sus movimientos. Pero surge otra mujer que le puede hacer la competencia en la unidad t¨¢ctica, como antagonista de Raymond Reddington. Mozhan Marn¨® interpreta a Tamar Katzman, exagente del Mossad, muy intuitiva.

La primera temporada acab¨® ca¨®tica, con Liz desconfiando de todo el mundo tras descubrir la verdad sobre la muerte de su padre. La segunda pretende, sin embargo, abrir el prisma y centrar al p¨²blico con algunas revelaciones interesantes ya desde el principio. Pero la pregunta m¨¢s evidente es saber cu¨¢l es la relaci¨®n entre Red y Liz. Es una inc¨®gnita, o una curiosidad, que los productores van a intentar mantener viva todo lo que puedan.

¡°Lo ¨²nico que va a encontrar la audiencia en la nueva temporada es que se acerca m¨¢s y m¨¢s a ellos, con nuevos elementos para que pueda ir procesando el avance hacia un final inevitable¡±, explica Spader, ¡°todo conectar¨¢ de repente¡±. Es como un puzzle, pero en lugar de salir todas las piezas a la vez de la caja, las van dando poco a poco. ¡°La intenci¨®n es conseguir que haya un motivo para todo, nada ser¨¢ arbitrario¡±, explica el actor.

El encuentro con el reparto de The Blacklist tuvo lugar cuando se filmaba el cuatro episodio. La segunda temporada se dividir¨¢ en dos. Reddington es un personaje muy enigm¨¢tico, ¨²nico y provocador. Pero para que la serie aguante, los productores tambi¨¦n deben hacer que la audiencia se sienta c¨®moda con ¨¦l, mostrando m¨¢s cosas. Es un equilibrio muy complicado, porque se debe evitar a la vez que el espectador d¨¦ por hecho que lo conoce.

La relaci¨®n entre Red y Liz es una inc¨®gnita que seguir¨¢ viva

Boone explica que la relaci¨®n entre Liz y Red va evolucionando hacia una m¨¢s profesional, de compa?eros de trabajo que se hacen chistes. Eso, se?ala, permite a la vez que emerjan chispas de comedia en un personaje que se va tornando m¨¢s oscuro. En la pasada temporada era ambigua e inexperta. De ah¨ª se ir¨¢ desgajando su vida poco a poco, para que a mitad de temporada se entienda el origen de su comportamiento y sus reacciones.

Las relaciones entre los personajes dan giros continuamente a lo largo de la serie. La introducci¨®n de Katzman, como explica la actriz, da una nueva dimensi¨®n a este aspecto y lo complica. En el caso de Liz con Red, trata de centrarse en la parte m¨¢s dulce y humana del criminal reconvertido. Boone explica que su personaje es el que sirve para guiar a la audiencia, para que se haga preguntas, mientras que Reddington es el icono.

Spader es consciente de que la NBC Universal, due?a de la serie, aprovecha su perfil como actor para promocionarla al m¨¢ximo. Aunque insiste que se est¨¢ explotando la dicotom¨ªa del personaje y su imagen de antih¨¦roe. ¡°La audiencia responde muy bien a esto¡±, comenta, ¡°a no saber si es una persona realmente mala que hace cosas buenas o muy buena que hace cosas malvadas¡±.

El negocio de actor, explica, se ha revertido. Al comienzo televisi¨®n, se trabajaba en cine, teatro y en series. ¡°Esos tres mundos de golpe se convirtieron en tres negocios separados, porque eran muy exitosos por si mismos. Las relaciones se confinaban a cada negocio, ah¨ª es donde te mov¨ªas. Eso ha cambiando, creo que por cuestiones econ¨®micas¡±, explica. Sin embargo, los procesos y la experiencia siguen siendo muy diferentes.

Es imposible trazar una hoja de ruta para una serie. Debe ser fluida para sorprender a la audiencia. Tras acabar Boston Legal, el actor reconoce que fue aprensivo a firmar un contrato para otra serie que se emitiera en una cadena generalista (The Blacklist se emite en Estados Unidos en la cadena NBC). Pens¨® m¨¢s en una de cable, porque las temporadas suelen ser m¨¢s cortas. Pero vio que en Reddington hab¨ªa algo a lo que pod¨ªa aferrarse, que reconoc¨ªa y que pod¨ªa explotar para poder sostener al personaje.

The Blacklist pretende diferenciarse as¨ª de la series policiacas o de acci¨®n que renuevan la ecuaci¨®n cada semana. Como explica el actor Harry Lennix, de lo que se trata en la segunda temporada es de resolver cuestiones pendientes. El tono, adelanta el int¨¦rprete de Harry Cooper, ser¨¢ m¨¢s siniestro. Al mismo tiempo, apunta, parece que la Justicia vuelve a funcionar y que hay un cierto sentido de seguridad que en realidad no es real. ¡°Pero nadie est¨¢ a salvo¡±.