Onetti entrevisto
Aquellas entrevistas-r¨ªo que reflejan la vida entera y las opiniones de los autores m¨¢s importantes de la ¨¦poca ya no son posibles
Entre las leyendas que circulan sobre Juan Carlos Onetti la m¨¢s falsa es que era un hombre triste. La verdad es que era un hombre que se burlaba hasta de su sombra. Adem¨¢s se burlaba de los solemnes y de los burlones. En este peri¨®dico dispar¨® muy certeramente contra algunos desconsiderados que usaban el poder y la barba del poder para ningunear a otros. Est¨¢ entre los escritores m¨¢s interesantes del siglo XX.
Otra leyenda falsa que circula sobre ¨¦l es que se meti¨® en la cama durante a?os porque ten¨ªa miedo de la realidad; aparte de que no quer¨ªa levantarse porque su perra, la Biche, persegu¨ªa sus canillas, Onetti estuvo en cama simplemente porque en el lecho es donde le¨ªa como dios, y as¨ª le¨ªa cada d¨ªa un libro, por lo menos. Esas condiciones de hombre sarc¨¢stico y profundo lo convirtieron en un entrevistado memorable, cuya memoria divertida resultaba tan atractiva y tan enciclop¨¦dica como la de su colega Jorge Luis Borges. No dejaba t¨ªtere con cabeza, y muchas cabezas rodaron a costa de su lengua.
Esa calidad de entrevistado se deja ver en la exposici¨®n que el Centro de Arte Moderno acaba de abrir en la Casa de Am¨¦rica de Madrid con todos los objetos que guard¨® su viuda, Dolly Onetti. Ah¨ª est¨¢ la que le hizo Ram¨®n Chao para la radiotelevisi¨®n francesa; entre las memorables conversaciones period¨ªsticas de Onetti est¨¢ la que tuvo con Joaqu¨ªn Soler Serrano para Televisi¨®n Espa?ola, que en los tiempos del cupl¨¦ ten¨ªa tiempo y ganas de dedicar horas y horas a la cultura literaria. Ahora ya eso no es posible. Puede suceder un d¨ªa que en una exposici¨®n de estas caracter¨ªsticas de escritores m¨¢s recientes no habr¨ªa sino totales de respuestas convencionales sobre sus libros. Hay programas que tratan de libros (como P¨¢gina 2, de La 2, o las entrevistas de I?aki en el Plus, el programa de libros de Canal Sur...), pero aquellas entrevistas-r¨ªo que reflejan la vida entera y las opiniones de los autores m¨¢s importantes de la ¨¦poca ya no son posibles. Los tres minutos en la tele son como los 140 caracteres del tuit; poco a poco las videotecas se han ido desnutriendo, as¨ª que recordar entrevistas como las que se le hac¨ªan a Onetti despiertan la nostalgia, que es un apetito frustrado y casi atrofiado.
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