La potencia de los relatos

En un pa¨ªs en el que no existe una tradici¨®n de mecenazgo y en el que no se suele identificar lo p¨²blico con lo de todos, sino con lo de los dem¨¢s, la cesi¨®n de la colecci¨®n de Soledad Lorenzo a favor del Reina Sof¨ªa es, sin duda, mod¨¦lica. Sobria como es, y a pesar de que su estrecho trabajo con Louise Bourgeois, Palazuelo, T¨¤pies y tantos otros nos ha dejado un abundant¨ªsimo n¨²mero de exposiciones dignas de ser recordadas, la galerista c¨¢ntabra nunca ha querido alardear de contactos. Sin embargo, en diversas ocasiones ha manifestado poseer una gran inteligencia vital. Es esa sabidur¨ªa la que le ha permitido afrontar con intuici¨®n el oto?o de su ya larga trayectoria profesional. Supo cerrar su espacio en la calle Orfila cuando entendi¨® que era preferible que sus artistas trabajasen con otros galeristas que les garantizasen una continuidad que ella ya no pod¨ªa asegurar. Esa generosidad le ha llevado a considerar que el mejor destino para su colecci¨®n era el Reina Sof¨ªa, un museo p¨²blico que ella considera suyo, de sus artistas y de los que frecuentaban su galer¨ªa.

El dep¨®sito de Soledad Lorenzo es de suma importancia. Su incorporaci¨®n har¨¢ que algunos autores representados de un modo insuficiente en el Museo dejen de estarlo y completar¨¢ la presencia de otros que s¨ª lo est¨¢n. Pero sabemos que la? relevancia p¨²blica de una colecci¨®n no se mide tanto por la riqueza contable de sus fondos como por el potencial de los mismos a la hora de generar relatos. Sabemos adem¨¢s que la historia se construye a partir de los peque?os enunciados y la especificidad de los casos de estudio m¨¢s que desde el ¨¢mbito de las grandes narraciones. Soledad ha ido construyendo su colecci¨®n poco a poco y casi involuntariamente. Este conjunto de pinturas, fotograf¨ªas y esculturas responde a los avatares de la propia galer¨ªa, a la vez que refleja la sensibilidad de una ¨¦poca. Y no s¨®lo ha de contribuir sustancialmente al relato general del arte de nuestro tiempo que se propone desde el Reina Sof¨ªa, sino que nos ha de servir para entender mejor una de esas ¡°peque?as historias¡± que constituyen el n¨²cleo de la memoria de un pa¨ªs. Ese es el verdadero legado de una galerista ejemplar.

Manuel Borja-Villel es director del Museo Reina Sof¨ªa.