El genio en la botella del sarcasmo
Kurt Vonnegut volc¨® su rabia en el humor. Ahora se publican sus discursos a la juventud
Pudo haber muerto en el s¨®tano de un desolladero bajo la lluvia de bombas que asolaron Dresde en 1945, pero falleci¨® en 2007, despu¨¦s de haber dejado algunas de las mejores novelas en lengua inglesa del siglo XX, como Matadero Cinco (1969), que se tradujo enseguida en Espa?a en Grijalbo, o El desayuno de los campeones (1973). Vonnegut alcanz¨® una extra?a simbiosis de prestigio art¨ªstico y de protagonismo social, acorde seguramente con la extra?a paradoja de la que en buena medida parte su obra, a saber: un humor burlesco y un talante festivo fraguados en una vida marcada a fuego por el horror de su testimonio de prisionero de guerra del Ej¨¦rcito alem¨¢n y de su invectiva contra la bomba lanzada por el Enola Gay.
Otros se hubiesen amedrentado o refugiado en antidepresivos; Vonnegut, como Cassavetes, Kerouac o Mailer, se crecieron gritando consignas contra el sistema y su insuperable hipocres¨ªa (?por qu¨¦ el Gobierno te disuade de fumar porque es malo para tu salud, pero te proporciona armas para pegarle un tiro al vecino?), soliviantando ingenuas conciencias y dedic¨¢ndose al noble arte de desmitificar en el pa¨ªs de los mitos modernos¡
Blasfemias como ¡°s¨¦ que no existe la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de que Am¨¦rica se convierta en humanista y razonable¡±, humor incendiario ¡ª¡°mis tecnolog¨ªas favoritas son el buz¨®n de la esquina, mi agenda y la Enciclopedia Brit¨¢nica¡±¡ª y sabios consejos para corromper efectivamente a la juventud, pol¨ªticamente incorrectos, como est¨¢ de Dios, adornan los nueve discursos in¨¦ditos en espa?ol que Malpaso publica en este volumen breve, pero en modo alguno balad¨ª, pues en ¨¦l se esconde la quintaesencia del autor de Indian¨¢polis: experiencia de la vida y mucha y buena mala baba.
El volumen, un h¨¢bitat ir¨®nico y adrenal¨ªnico en el que conviven abor¨ªgenes australianos con Jes¨²s de Nazaret entre el c¨®digo de Hammurabi y E=mc2, resulta hilarante. Un cl¨¢sico de la narrativa contempor¨¢nea monologando como si estuviera, cigarrillo en mano, en un plat¨® de televisi¨®n. Los estudiantes debieron de aplaudirle a rabiar. Aqu¨ª va un buen arranque: ¡°Tengo malas noticias, los marcianos han aterrizado en Nueva York y se alojan en el Waldorf Astoria¡±. Y aqu¨ª un buen final: ¡°Ahora me ir¨¦ mientras suena por megafon¨ªa El Danubio azul. Hacedme el favor de salir bailando¡±. Su iron¨ªa es fulminante: ¡°?Cre¨¦is que los ¨¢rabes son tontos? Pues intentad hacer divisiones largas con n¨²meros romanos¡±. Los dibujos (pi, el infinito, una hamburguesa de Oldenburg, una manzana ¡ªde Newton o de la discordia¡ª, un bal¨®n de rugby y otros admin¨ªculos universitarios) corrigen con su na?vet¨¦ la contundencia de las arengas y su valent¨ªa: el bueno de Vonnegut tuvo dedos para todas las llagas, l¨¦ase homosexualidad, drogas (sobre la suya favorita dice que ¡°en un extremo de cada pitillo hay un fuego, y en el otro, un imb¨¦cil¡±), corrupci¨®n pol¨ªtica, sida o Al Qaeda.
Los lectores de Vonnegut disfrutar¨¢n tambi¨¦n con sus cartas, publicadas recientemente en ingl¨¦s. A Jack Nicholson implor¨¢ndole de rodillas que interprete el papel protagonista de El desayuno de los campeones, a Mailer criticando el sistema o a Jos¨¦ Donoso aplaudiendo el Nobel de Gabo y reivindicando el de Borges, y tambi¨¦n haciendo de cr¨ªtico de Las vidas de Dubin, de Malamud, comentando el canon obsolescente, bromeando a costa de sus amigos Roth y Updike, pregunt¨¢ndose por qu¨¦ no le dieron el Nobel si ¨¦l vendi¨® m¨¢s veh¨ªculos Saab que nadie en el mundo, y discurriendo acerca de los derechos civiles (vueltos del rev¨¦s¡) o los veteranos de guerra. Estas cartas constituyen toda una autobiograf¨ªa, fragmentada, pero m¨¢s seria que la que se invent¨® en Payasadas (1976), que Pomaire public¨® en 1977 y ahora ha sido felizmente recuperada.
Siempre imprescindible el esperp¨¦ntico Vonnegut, m¨¢s a¨²n ahora que saldr¨¢ la esperp¨¦ntica nueva novela de Pynchon, Al l¨ªmite. Un mago de la escritura (re)creativa, un genio macer¨¢ndose en la botella del sarcasmo. Un showman en sus discursos, muy juicioso en sus cartas y muy vanguardista a la vez que muy pop en sus novelas, que siempre est¨¢n a caballo entre las de humor negro y contestatario de su alter ego el novelista Philboyd Studge, las de ciencia-ficci¨®n estrafalaria de su alter ego el marginado novelista pulp Kilgore Trout, y su propia autobiograf¨ªa deformada hasta un jugoso absurdo por espejos c¨®ncavos. Y siempre un indignado precoz, un provocador nato que sufri¨® lo indecible para ganarse la potestad moral desde la que escrib¨ªa y hablaba. ¡°Se?ores, stop joking and keep on thinking¡±, nos espet¨® a la cara Mr. Vonnegut, el guas¨®n engag¨¦. ?Se?or, s¨ª, se?or!
Que levante mi mano quien crea en la telequinesis y otros mandamientos para corromper a la juventud. Kurt Vonnegut. Traducci¨®n de Ram¨®n de Espa?a. Malpaso. Barcelona, 2014. 118 p¨¢ginas. 17,50 euros. Payasadas o ?nunca m¨¢s solos! Traducci¨®n de Carlos Gardini. La Bestia Equil¨¢tera. Buenos Aires, 2014. 224 p¨¢ginas. 25 euros. Matadero Cinco. La cruzada de los ni?os. Traducci¨®n de Margarita Garc¨ªa de Mir¨®. Anagrama. Barcelona, 2014. 192 p¨¢ginas. 7,90 euros. Letters. Edici¨®n de Dan Wakefield. Vintage. Londres, 2013. 464 p¨¢ginas.
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