La soledad escogida

Una canci¨®n sobre la soledad no elegida que da pie a una pel¨ªcula sobre la soledad escogida. La paradoja parece enquistada en La desaparici¨®n de Eleanor Rigby. Primero, por su testimonial nacimiento a partir del tema de The Beatles: la protagonista se llama as¨ª porque es hija del se?or Rigby, fan del grupo, sin m¨¢s parecidos con la letra de McCartney salvo la soledad, y por motivos contradictorios. Segundo, porque esta pel¨ªcula es la fusi¨®n de un proyecto del debutante Ned Benson que abarca un d¨ªptico de largometrajes con la misma historia, contados desde sendos puntos de vista: el de Ella y el de ?l. As¨ª se estren¨® en Toronto 2013, pero la llegada de los Weinstein como distribuidores culmin¨® con este filme-fusi¨®n.

El resultado es una obra de tem¨¢tica interesante y tratamiento irregular, que arranca con un primer tercio excelente, a la que despu¨¦s se le notan demasiado los vaivenes dram¨¢ticos del puzle de versiones, y que se diluye en una relamida parte final, tanto en los di¨¢logos como en los aditamentos formales. Hasta entonces, eso s¨ª, la pel¨ªcula, con inmensas presencias e int¨¦rpretes, reflexiona con profundidad acerca de las motivaciones que llevan, en los primeros minutos, al intento de suicidio de la mujer; abarca la angustia de vivir y las dificultades del legado familiar, y aporta ideas interesantes en torno a la complejidad de llevar a la pr¨¢ctica las teor¨ªas del comportamiento de los expertos psicol¨®gicos y filos¨®ficos. Paradoja tan irresoluble como buena parte de esta Eleanor Rigby.