¡®Homeland¡¯, borr¨®n y cuenta nueva
La serie afronta su cuarta temporada con el reto de reinventarse a s¨ª misma
Si alguien lee el argumento de Homeland y empieza a ver la cuarta temporada comprobar¨¢ que aquella serie que arranc¨® en 2011 poco o nada tiene que ver con la que ahora regresa. En la primera entrega, aplaudida por p¨²blico y cr¨ªtica, el sargento Brody volv¨ªa a casa tras haber permanecido preso en Irak durante ocho a?os. Mientras que es aclamado como h¨¦roe de guerra por muchos, la agente de la CIA Carrie Mathison insiste en sospechar de sus verdaderas lealtades. Un juego de ambig¨¹edades que situ¨® a Homeland en la c¨²spide seri¨¦fila al ganar tanto el Emmy como el Globo de Oro al mejor drama con su primera temporada.
La segunda mantuvo el favor de buena parte de sus seguidores gracias al desarrollo de lo que sus responsables entendieron como uno de los puntos fuertes de la serie: la relaci¨®n entre los dos protagonistas. Los giros de guion al m¨¢s puro estilo 24 ¡ªen la que los responsables de Homeland, Alex Gansa y Howard Gordon, ejercieron como productores¡ª granjearon a la serie nuevas alabanzas pero tambi¨¦n comentarios negativos por su inverosimilitud.
Pero lleg¨® la tercera temporada y las cr¨ªticas brotaron por doquier. La serie desapareci¨® de la lista de dramas candidatos a los principales premios televisivos. El final, que ten¨ªa m¨¢s sabor a despedida definitiva que a final de temporada, ha forzado a Homeland a reinventarse para su regreso. Borr¨®n y cuenta nueva con el objetivo de reenganchar a los espectadores que terminaron desencantados con la que fuera una de sus series favoritas, aquella por la que hasta el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mostr¨® predilecci¨®n y que ahora parece haber ca¨ªdo en desgracia.
Los responsables de Homeland han reconocido la presi¨®n con la que han afrontado la nueva temporada, que llega a Espa?a el jueves 9 en Fox (22.20). Son conscientes de que el vuelco que supone prescindir de uno de sus protagonistas es un salto sin red que puede resultar mortal para la ficci¨®n o ayudarle a tener una segunda vida. Ya antes del estreno de la tercera entrega, uno de los responsables de Showtime, cadena que emite Homeland en Estados Unidos, ve¨ªa posible que la serie sobreviviera sin alguno de sus protagonistas. En una era de la televisi¨®n en la que ning¨²n personaje, por muy relevante que parezca en la historia, puede dar por segura su continuidad, ahora le toca a Homeland demostrar que sus cimientos son suficientemente s¨®lidos como para mantenerse en pie.
Nuevo enfoque y muchos cambios que ya est¨¢n siendo puestos bajo la lupa de cr¨ªtica y p¨²blico tras su estreno en Estados Unidos con divisi¨®n de opiniones: desde quienes ven en esta reinvenci¨®n un nuevo futuro a Homeland hasta quienes siguen defendiendo que la serie ya ha durado demasiado.
La nueva temporada da un salto de seis meses y traslada a los protagonistas lejos de Estados Unidos. Carrie Mathison (interpretada por Claire Danes) lidera las operaciones en Kabul, donde tendr¨¢ que hacer frente a las tensiones que surgen en torno a la embajada estadounidense en Islamabad (Pakist¨¢n). Temas como los drones, la seguridad de las embajadas o el terrorismo centrar¨¢n una historia que, seg¨²n ha asegurado Alex Gansa, uno de los creadores y guionista de la serie, guarda paralelismos con la realidad que se vive en la zona. Con Brody (Damian Lewis) fuera del cuadro, su familia tambi¨¦n dejar¨¢ de estar presente en una temporada que aparca a un lado el drama familiar. Sin embargo, s¨ª tendr¨¢ relevancia la reciente maternidad de Carrie, a cuyos problemas mentales ya conocidos se unir¨¢ la depresi¨®n posparto.
En cuanto al resto de personajes, la cuarta temporada dar¨¢ m¨¢s relevancia a Saul Berenson (Mandy Patinkin), que tras abandonar la CIA, ha empezado a trabajar en una agencia de seguridad privada. Tambi¨¦n repiten el agente Peter Quinn (Rupert Friend) y la analista Fara Sherazi (Nazanin Boniadi), que tras su incorporaci¨®n en la tercera entrega, pasa a ser uno de los personajes habituales.
Los nuevos cap¨ªtulos tambi¨¦n contar¨¢n con rostros nuevos para reforzar el reparto. Corey Stoll (House of Cards, The Strain) da vida al jefe de la base de la CIA en Pakist¨¢n. Suraj Sharma, protagonista de La vida de Pi, interpreta a un estudiante de medicina en Islamabad, mientras que Raza Jaffrey (Smash) da vida a un teniente coronel de la CIA en Pakist¨¢n. Laila Robins, como la embajadora estadounidense en el pa¨ªs, y Michael O¡¯Keefe, que da vida al jefe de la CIA en Agfanist¨¢n, completan la lista de nuevas caras de la serie.
Ahora solo queda descubrir si los seguidores de la serie se encontrar¨¢n con una Homeland que resurja de sus cenizas cual ave F¨¦nix o si aquellos fans que prometieron no dar otra oportunidad a la que fuera su serie favorita cumplen su palabra. En cualquier caso, y fiel a su costumbre, seguro que dar¨¢ que hablar.
Rodaje en Ciudad del Cabo
Aunque la grabaci¨®n de sus temporadas anteriores tuvieron como sede central, Charlotte, en Carolina del Norte, para la cuarta entrega el equipo de Homeland ha elegido Ciudad del Cabo, en Sud¨¢frica, como centro de operaciones. No fue la primera opci¨®n que tuvieron. Su intenci¨®n era rodar en Israel, pero la actualidad oblig¨® a replantearse la idea. Otra opci¨®n fue grabar en Turqu¨ªa, pero, como cuenta Claire Danes en The New York Times, el gobierno turco insist¨ªa en vetar cualquier guion que contuviera una descripci¨®n "poco halagadora" del pa¨ªs.
Finalmente, Ciudad del Cabo fue la elegida para acoger un rodaje que se prolongar¨¢ hasta el mes de noviembre. All¨ª se recrean localizaciones de Washington, Kabul e Islamabad. Para recrear la capital de Pakist¨¢n se gastaron hasta 100.000 d¨®lares solo en coches, adem¨¢s de supervisar el vestuario y complementos de todos los participantes en la grabaci¨®n.
No es la primera vez que el rodaje de Homeland tiene que realizarse en un lugar diferente al planeado inicialmente. En el caso de los ¨²ltimos cap¨ªtulos de la tercera temporada se hab¨ªa pensado en Israel como ubicaci¨®n, pero finalmente se tuvo que trasladar a Marruecos por el temor a sufrir alg¨²n tipo de ataque.
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