Tarde de domingo lluvioso
'?Qui¨¦n manda aqu¨ª?' es un programa familiar con pocas pretensiones. Demasiado pocas
![Javier Estrada, presentador de '¿Quién manda aquí?'](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DIC475A5NN53HP77KGWKEUFYIY.jpg?auth=d6f7620911951386852f367cadb947ce76cd42ac7f10d87e88c091ecc9c988fd&width=414)
En otro tiempo no hab¨ªa en las casas m¨¢s televisiones que habitantes, ni estaban la tableta ni la Play, ni tampoco echaban f¨²tbol a todas horas del fin de semana, as¨ª que algunas familias pasaban tardes de domingo juntas, jugando al parch¨ªs o a las cartas, en vez de cada uno con su pantallita como ahora. En una tarde de domingo oto?al y lluviosa en la meseta, aprovechando que no hab¨ªa f¨²tbol de Liga y que luego jugaba la Selecci¨®n en el mismo canal, La 1 estren¨® ?Qui¨¦n manda aqu¨ª?, su nuevo programa dedicado a que las familias jueguen juntas a algo, aunque ese algo no sea nada muy interesante, en competencia con otras. Entretenimiento familiar con mucho protagonismo de los ni?os a la sensata hora de las siete de la tarde, y no en el extravagante prime time espa?ol, que hace terminar de madrugada otros programas hechos por y para kids.
?Qui¨¦n manda aqu¨ª? trata de cubrir un hueco necesario con buenas intenciones pero poca ambici¨®n. Se nota. El formato viene precedido de gran ¨¦xito en un pa¨ªs tan diferente al nuestro como Turqu¨ªa, y de una torpe pol¨¦mica en Espa?a, despu¨¦s de que alguien dejara por escrito en las bases que no aceptar¨ªan a familias de homosexuales o monoparentales, lo que tuvieron que rectificar. El problema con las familias alternativas puede residir en que aqu¨ª manda un formato r¨ªgido en equipos de tres, padre-madre-hijo de 8 a 12 a?os, y en la primera entrega se mantuvo ese orden de toda la vida al gusto episcopal. Nadie acudi¨® con su pareja y un hijo de una relaci¨®n anterior, por ejemplo, aunque sea de lo m¨¢s habitual en la calle; ya hemos dicho que nada de dos madres o dos padres. Queremos suponer que futuras entregas recoger¨¢n mejor la realidad social, pero en el debut domin¨® tanto lo tradicional que uno de los maridos dijo de su esposa, como lo que mejor la define, que es buena cocinera y se ocupa de todas las cosas de la casa (la ni?a enmend¨® que guisa mejor la abuela).
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El concurso en s¨ª agradar¨¢ mucho a los turcos, pero dista de ser apasionante para el espectador nacional, que solo le dio un 7,5% de la audiencia, bien por debajo de la media de la cadena. Aqu¨ª cada miembro de la familia participa en una competici¨®n de las que se podr¨ªan improvisar en casa en el m¨¢s plomizo de los domingos. A saber: lanzamiento de calcetines a una lavadora, traslado de una copa sujetada solo por una pajita, colocaci¨®n de pelotas de ping-pong sobre otras pajitas (estar¨ªan de oferta) en una maceta; lanzamiento de vasos hasta el borde de una mesa sin que se caigan. Para pr¨®ximos cap¨ªtulos no se anuncia nada m¨¢s impactante que un solitario de futbol¨ªn o una degustaci¨®n de guindillas. Soportaremos la espera.
Un ritmo lento y una conducci¨®n nada m¨¢s que correcta del presentador Javier Estrada no ayudan a enganchar a la audiencia aunque las ocurrencias de los ni?os arranquen m¨¢s de una sonrisa. Al final, una familia muy competitiva y habilidosa gan¨® todas las pruebas y se llev¨® el prometido viaje familiar, en su caso a Italia. Lo disfrutar¨¢n, claro, pero hoy ese premio no es tan extraordinario como cuando tocaba a los ganadores del 1,2,3...
Ya casi nadie juega al parch¨ªs, aunque siga haciendo falta un entretenimiento familiar de calidad para soportar las tardes grises de domingo. No teman asustar a los ni?os: conocen el mundo que pisan; hace tiempo que siguen Modern Family, serie bien actual, o espacios m¨¢s ¨¢giles, gamberros e ingeniosos como El hormiguero. ?Qui¨¦n manda aqu¨ª? promet¨ªa un programa blanco que result¨® tambi¨¦n blando, ins¨ªpido. Perfectamente olvidable.
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