Hermanos de sangre, lluvia de talento
Roberto ?lamo y Sergio Peris-Mencheta ofrecen dos interpretaciones poderos¨ªsimas y memorables en 'Lluvia constante', un 'thriller' negro de Keith Huff
A Steady Rain, de Keith Huff, estrenada en Chicago, salt¨® a Broadway en 2009 con Daniel Craig y Hugh Jackman y obtuvo un gran ¨¦xito. En 2010 se estren¨® en la Villarroel barcelonesa (Pluja constant), con Joel Joan y Pere Ponce, dirigida por Pau Mir¨®, y ahora est¨¢ en Teatros del Canal (Lluvia constante)protagonizada por Roberto ?lamo y Sergio Peris-Mencheta, en versi¨®n y direcci¨®n, ambas estupendas, de David Serrano. La acci¨®n transcurre ahora en una gran ciudad espa?ola, y los personajes se llaman Dani y Rodo. Dos polis que nunca llegar¨¢n a inspectores, relegados por sus jefes a los trabajos m¨¢s duros, con las manos hundidas en lo peor de la noche. Dani (?lamo) es brutal, corrupto y desp¨®tico, pero pose¨ªdo por un ardiente anhelo de justicia, y obsesionado por proteger: a su familia, a las putas de su zona, y a Rodo (Peris-Mencheta), su compa?ero, un alcoh¨®lico solitario, depresivo, condenado a ser su hermano peque?o, aunque a ratos sea su guardi¨¢n, su freno. Me quedo corto con los perfiles, pero es que no quiero contar m¨¢s. Y aunque a primera vista parezcan rozar el clich¨¦ (sobre todo en el original: uno era italoamericano, el otro irland¨¦s), y aunque esa historia de abismos, lealtades y traiciones nos haga pensar que estamos ante un material muy frecuentado, advertiremos la complejidad de ambos a medida que avance la funci¨®n.
Dec¨ªa antes que la versi¨®n, sobre traducci¨®n de Fernando Masllorens y Federico Gonz¨¢lez del Pino, me parece fenomenal: Serrano ha podado y condensado el texto de Huff, y el lenguaje, que los actores han hecho suyo, suena natural, veros¨ªmil, poderoso. Elisa Sanz ha creado una escenograf¨ªa muy clara, muy desnuda, para que brille mejor la palabra, y crea, con ayuda de las luces de G¨®mez Cornejo, los m¨²ltiples espacios: domicilios, callejones, una sala de interrogatorios e incluso un viaducto.
La clave de thriller negro y los anteriores trabajos de Huff como productor y guionista de series (Mad Men, House of Cards) tambi¨¦n puede hacernos pensar en ¡°escritura cinematogr¨¢fica¡±, y de nuevo correremos el riesgo de quedarnos cortos, de reducir, de etiquetar, porque Lluvia constante rebosa teatralidad. Desde el principio, los personajes se dirigen al p¨²blico y le interpelan, rivalizando para imponer sus respectivas verdades. Alternan di¨¢logos y mon¨®logos desnudos, declaraciones ante un invisible comit¨¦ de asuntos internos, entran y salen de flashbacks, pero lo fundamental, para m¨ª, es que el texto y los actores nos hacen imaginar lo sucedido y sentir, por su cercan¨ªa, por su talento, la violencia de sus emociones, tan constante como la lluvia del t¨ªtulo. Violencia emocional y violencia f¨ªsica: hay que destacar asimismo la esencialidad de las peleas, admirablemente sugeridas y coreografiadas.
Hay violencia emocional y f¨ªsica. Destaca la esencialidad de las peleas, admirablemente sugeridas y coreografiadas
Roberto ?lamo y Sergio Peris-Mencheta deben de quedar agotados tras esta funci¨®n, porque es una aut¨¦ntica monta?a rusa. Cuando, al principio, se dirigen al p¨²blico, el aire de improvisaci¨®n comunica de modo instant¨¢neo. No sabemos nada de ellos, solo que quieren contarnos su historia, y vamos a escucharles porque han conquistado nuestra atenci¨®n: teatro puro. Tampoco es f¨¢cil delimitar d¨®nde comienza la improvisaci¨®n ¡°real¡± y la que ha sido minuciosamente pautada, pero el efecto es el mismo: verdad, proximidad. Est¨¢n en ebullici¨®n, y t¨² con ellos, y van a tenerte en vilo durante hora y media, sin un segundo de descanso. En cierto modo interpretan a contratipo. Peris-Mencheta ha de contener su exuberancia, su notable poder¨ªo corporal, para levantar un personaje reflexivo, melanc¨®lico, que sabe escuchar: casi un raisonneur. Como en este pa¨ªs parece que solo se puede hacer una cosa, SPM es m¨¢s conocido como director, pero su perfil actoral crece a cada nuevo trabajo, aunque ese talento ven¨ªa de lejos: quienes tuvieron la suerte de ver Love Ranch, la pel¨ªcula de Taylor Hackford, ya pudieron advertir all¨ª, rotunda, su calidad, su fuerza y su gama de matices como int¨¦rprete.
Y es cierto que ?lamo hab¨ªa encarnado a caballos salvajes con tanto trastorno como Urtain, Stanley Kowalski o el conmovedor Lennie del relato de Steinbeck, aunque nunca le hab¨ªa visto exhalar tanto peligro: aqu¨ª recuerda (y no solo por su testa rapada) al Vic Mackey de The Shield, dispuesto a cruzar todas las l¨ªneas rojas, con la marca del h¨¦roe tr¨¢gico grabada a fuego en su frente. Es apasionante ver c¨®mo la fuerza va pasando de ?lamo a Peris y de Dani a Rodo, y viceversa, como si fueran hermanos de sangre conectados el¨¦ctricamente. Suele utilizarse el t¨¦rmino ¡°qu¨ªmica¡± para tratar de explicar el v¨ªnculo entre dos int¨¦rpretes, pero aqu¨ª hay que hablar de voltaje, un voltaje que no baja nunca de intensidad: intensidad del primero, loco de ira, de anhelo de venganza, de dolor, luchando contra un destino adverso que en gran medida ha provocado; intensidad del segundo tratando de frenarle y luchando por dejar de ser, de una vez, el segundo de a bordo, en dos viajes que se cruzan y que (ah¨ª radica, creo yo, la potencia del texto) acaban muy lejos de donde comenzaron. Es muy dif¨ªcil ce?ir ese fen¨®meno (porque es un fen¨®meno casi meteorol¨®gico): hay que verles. Talento de los dos, y talento de David Serrano, que en muy poco tiempo se ha confirmado como un director de primera fila.
La ¨²nica pega que le pongo a Lluvia constante es textual: hay, en mi opini¨®n, una cierta sobredosis de acontecimientos en su tercio final, como si Huff hubiera condensado (y aqu¨ª s¨ª viene a pelo el s¨ªmil) una completa temporada televisiva en un ¨²nico episodio. Hay una parte imprescindible, claramente inspirada en el terrible caso de Jeffrey Dahmer (b¨²squenlo en la red, pero solo despu¨¦s de haber visto la funci¨®n), pero yo creo que luego hay excesivas similitudes entre el episodio del rumano y la fuga de Lucho (y tampoco puedo decir m¨¢s). El pasado s¨¢bado, la sala verde del Canal estaba felic¨ªsimamente llena, con el p¨²blico puesto en pie, y me incluyo. Impresionante y memorable trabajo: reserven entradas ya.
Lo mismo les digo acerca de La calma m¨¢gica, la esperada nueva obra de Alfredo Sanzol en el Valle-Incl¨¢n, nueva muestra de su sabidur¨ªa a la hora de combinar humor, dolor, imaginaci¨®n y sorpresa. Una comedia divertida y enigm¨¢tica, con uno de los finales m¨¢s conmovedores que he visto, y en la que he descubierto a dos actores formidables: Mireia Gabilondo e I?aki Rikarte. En breve se lo cuento: vayan reservando tambi¨¦n.
Lluvia constante. De Keith Huff. Versi¨®n y direcci¨®n de David Serrano. Int¨¦rpretes: Roberto ?lamo y Sergio Peris-Mencheta. Teatros del Canal. Cea Berm¨²dez, 1. Madrid. Hasta el 26 de octubre.
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