Lo oscuro
Es este racismo latente el que nos ha de preocupar, para que cuando haya un m¨ªnimo motivo para la sospecha no caigamos en la trampa de la histeria inducida
Hace poco denunci¨¢bamos la incongruencia de los medios de comunicaci¨®n en el tratamiento de la detenci¨®n del pederasta que atacaba a ni?as indefensas en Ciudad Lineal y San Blas y reconven¨ªamos sobre la est¨²pida man¨ªa de asociar con el crimen rasgos de inteligencia, sofisticaci¨®n o audacia. Pero dej¨¢bamos pasar otro s¨ªntoma tambi¨¦n digno de denuncia. Si ustedes recuerdan, entre los primeros rasgos que se destacaron del delincuente, cuando todav¨ªa era una sombra buscada entre la prioridad policial y el pavor vecinal, trascendi¨® a los medios que se trataba de una persona extranjera o que, al menos, hablaba con acento. Termin¨® por ser un espa?ol afincado en Madrid, anabolizado en los mejores gimnasios locales. Lejos de ser un error puntual, esa sospecha de extranjeridad es todo un s¨ªntoma de nuestra psicosis colectiva.
La escritora Imma Mons¨® llamaba la atenci¨®n sobre otro suceso que acongoj¨® a los espa?oles. El ataque irracional en Lleida contra cinco personas acuchilladas en plena calle por un trastornado. En los primeros d¨ªas, los medios dejaron caer que se trataba de alguien ¡°moreno¡±. No tardaron en afirmar, rid¨ªculamente, que era alguien ¡°moreno, de piel oscura, pero no bronceada¡±. El criminal se entreg¨® pocos d¨ªas despu¨¦s y ces¨® la angustia. Descubrimos que era natural de Logro?o y recuperamos la calma. Si no fuera una tendencia habitual esta de la sospecha contra el extranjero, que por razones obvias tambi¨¦n puede delinquir, podr¨ªamos tomarlo a broma, pero la reincidencia es lo preocupante.
Ante el silencio de voces autorizadas en lo moral y religioso, Espa?a expuls¨® del sistema sanitario a los inmigrantes sin papeles, sin importar que a d¨ªa de hoy las enfermedades infecciosas que proceden de pa¨ªses degradados sean una preocupaci¨®n. Tambi¨¦n los CIE son aceptados por la sociedad sin alarma, pese a sus condiciones infrahumanas y la vejaci¨®n de derechos de quien no ha cometido ning¨²n delito contra las personas, sino tan solo se ha saltado un tr¨¢mite administrativo. Es este racismo latente el que nos ha de preocupar, para que cuando haya un m¨ªnimo motivo para la sospecha y la prevenci¨®n contra el extranjero no caigamos en la trampa de la histeria inducida. La manipulaci¨®n viene de antes; est¨¢ cada d¨ªa posada sobre nosotros como una sombra.
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