Un museo llamado Louis Vuitton
La fundaci¨®n de la marca francesa, situada en un espectacular edificio de Gehry, sella el triunfo de la poderosa alianza entre el arte y el sector del lujo
La cartograf¨ªa mundial del arte contempor¨¢neo cuenta desde ayer con otro centro neur¨¢lgico m¨¢s. La Fundaci¨®n Louis Vuitton abri¨® sus puertas por primera vez en Par¨ªs, tras 12 a?os de preparativos y dos de construcci¨®n intensiva junto a la frontera oeste de Par¨ªs. El centro, mastodonte de cristal de 11.000 metros cuadrados firmado por Frank Gehry, abre con la vocaci¨®n de convertirse en catalizador primordial de la creaci¨®n contempor¨¢nea y de reafirmar el compromiso de la marca con el mecenazgo art¨ªstico.
La fundaci¨®n es un viejo sue?o de Bernard Arnault, propietario del conglomerado del lujo LVMH y segundo hombre m¨¢s rico de Francia (tras Liliane Bettencourt, heredera de L¡¯Or¨¦al). En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, Arnault ha financiado decenas de exposiciones, invertido en la obra de numerosos artistas contempor¨¢neos y sufragado la restauraci¨®n de la Fontana di Trevi y del ala norte de Versalles. ¡°Pero esto va todav¨ªa m¨¢s all¨¢¡±, sostuvo ayer su consejero Jean-Paul Claverie, a cargo de las actividades de mecenazgo de LVMH desde 1991.
Se ha disertado m¨¢s sobre este nuevo ejercicio deconstructivo de Gehry que del arte que contendr¨¢ este caparaz¨®n de lujo. El programa de exposiciones, mantenido en secreto hasta hace pocas horas, iniciar¨¢ en diciembre con una muestra del ultracotizado Olafur Eliasson, que triunf¨® con su Weather Project en la Tate Modern hace una d¨¦cada. Adem¨¢s, la fundaci¨®n destapar¨¢ entonces una muestra tem¨¢tica que incluir¨¢ parte de la excelsa colecci¨®n de su propietario, con nombres como Sigmar Polke, Nam June Paik, Giuseppe Penone, Maurizio Cattelan, Tacita Dean, Mona Hatoum y Wolfgang Tillmans, algunos raras veces expuestos en Par¨ªs.
Entre los artistas figuran Eliasson, Polke, Tacita Dean, Cattelan o Penone
De hecho, la fundaci¨®n aspira a ocupar una peque?a brecha por conquistar en la saturada oferta cultural de la capital francesa. Esa que queda vac¨ªa entre el Centro Pompidou, especializado en los grandes nombres de la modernidad pero menos en los fen¨®menos recientes, y el Palais de Tokyo, escaparate de la ¨²ltima creaci¨®n contempor¨¢nea, pero a veces acusado de elitismo e inaccesibilidad. La fundaci¨®n, todav¨ªa semivac¨ªa, ofreci¨® ayer un primer aperitivo que demuestra su voluntad de encontrar una tercera v¨ªa. El equipo de Arnault ha hecho encargos a artistas de renombre como Elsworth Kelly, Taryn Simon, Dominique Gonz¨¢lez-Foerster o el propio Eliasson, autor de una columnata exterior que conduce al visitante hacia su arte sensorial. Esa categor¨ªa abarca otros nombres escogidos, como Cerith Wyn Evans y Oliver Beer, que trabajan a partir del sonido y abren la puerta a vivir una experiencia a trav¨¦s del arte, otro concepto muy de moda en los museos internacionales.
Claverie ha insinuado que la fundaci¨®n tender¨¢ puentes, con voluntad did¨¢ctica, entre lo ¨²ltimo en arte contempor¨¢neo y el arte de la posguerra europea y estadounidense. Fran?ois Pinault, n¨¦mesis de Bernard Arnault, lleva a?os exponiendo su colecci¨®n siguiendo esa misma orientaci¨®n.
El edificio, que cost¨® cien millones de euros, abrir¨¢ la pr¨®xima semana
Ante quienes se preguntan qu¨¦ gana Arnault con todo esto, el millonario tiene a punto su respuesta: alejarse de ¡°los n¨²meros y el crecimiento¡± para abrazar la creaci¨®n. ¡°Queremos crear un sentimiento de pertenencia al grupo a trav¨¦s de algo que no sea solo productividad y eficiencia, algo mayor y m¨¢s susceptible de generar un entusiasmo global¡±, afirm¨® hace unos d¨ªas. Para comandar su fundaci¨®n, el empresario ha escogido a Suzanne Pag¨¦, reputada exdirectora del Museo de Arte de Par¨ªs. Dicen que su primer reto consisti¨® en convencer a Gehry, poco amante del ¨¢ngulo recto, de que los artistas prefer¨ªan paredes no inclinadas para colgar sus obras. De momento, ese ha sido su primer triunfo.
¡°Este es un lugar po¨¦tico, l¨ªrico, espectacular e in¨¦dito, que estar¨¢ al servicio de la creaci¨®n art¨ªstica y de la reflexi¨®n intelectual¡±, dijo sobre este edificio, que ha costado 100 millones de euros.
Con esta inauguraci¨®n, a la que suceder¨¢ su apertura al p¨²blico dentro de una semana, se parec¨ªa sellar ayer una alianza definitiva entre el arte y el sector del lujo, que han establecido sinergias crecientes en estos tiempos de liquidez menguante. ¡°La moda no es arte, pero dise?adores y artistas hablan lenguajes parecidos¡±, justific¨® Arnault, ausente ayer de la inauguraci¨®n, hace unas semanas en el Financial Times. Para el propietario de Louis Vuitton, ser¨ªa una l¨¢stima que la cultura fuera coto reservado del Estado. ¡°Est¨¢ bien tener un ministro de Cultura, pero tambi¨¦n necesitamos lo que tienen en Estados Unidos: empresas privadas que participan en la vida art¨ªstica¡±. El edificio pasar¨¢ a tener titularidad municipal dentro de 50 a?os. ¡°Se trata de un regalo a la ciudad¡±, dijo ayer Claverie.
Fue el mismo Arnault quien escogi¨® a Frank Gehry, jefe de filas de los starquitectos, para erigir esta nave de cristal, tras descubrir el Guggenheim bilba¨ªno en 2001. La Fundaci¨®n bordea el Jard¨ªn de Aclimataci¨®n, antiguo zool¨®gico y parque tropical fundado por Napole¨®n III, en el que Proust ambient¨® un cap¨ªtulo de En busca del tiempo perdido. Gehry parece reinventar en ella parte de su lenguaje. ¡°Pero hoy lo cambiar¨ªa todo. Lo dise?¨¦ hace siete a?os y ahora se me ocurren ideas distintas¡±, dijo ayer. ¡°He querido que parezca un edificio no terminado. El mundo cambia y espero que la Fundaci¨®n tambi¨¦n lo haga. Haced lo que os parezca con ¨¦l. Quiero que sea un lugar especial para vosotros¡±.
Babelia
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