Nadie
Se va a producir un relevo en la presidencia de RTVE bajo el paraguas tan c¨®modo de una ley revertida, que evita que el Parlamento alcance un pacto
Igual que Beyonc¨¦ canta en cada concierto con un ventilador hacia la cara para que su pelo tenga vuelo constante y un soplo aer¨®bico, as¨ª nuestra realidad parece abanicarnos los ojos para no ver m¨¢s que un movimiento perpetuo y cambiante sin ninguna esencia nutritiva. Es cansino, pero conviene insistir sobre ello. Se va a producir un relevo en la presidencia de RTVE bajo el paraguas tan c¨®modo de una ley revertida, que evita que el Parlamento alcance un pacto.
Los profesionales de la televisi¨®n p¨²blica han firmado un comunicado en el que denuncian las condiciones period¨ªsticas bajo las que asumen su labor. Y hasta algunos integrantes de la orquesta han desafinado en los pasillos del canal como forma de protesta. Da la sensaci¨®n de que Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, la m¨¢s racional y laboriosa en la c¨²pula del Gobierno, ha tirado la toalla permitiendo el regreso desde el pasado de gente que regula los medios con un perfil pol¨ªtico, asociados adem¨¢s a los d¨ªas penosos que siguieron al atentado del 11-M en Madrid.
Pasaron demasiadas cosas en la televisi¨®n p¨²blica entonces que muchos testigos presenciales comentan en privado. Reproducen escenas, presiones, decisiones, apasionadas apuestas por la mentira, pero nada trasciende a la opini¨®n p¨²blica, salvo el aire en la cara. Ni siquiera la regresi¨®n legislativa que afect¨® a la corporaci¨®n nada m¨¢s comenzar la legislatura. Y es la clave del asunto, porque hasta que no estemos convencidos de que la informaci¨®n necesita un segmento de servicio p¨²blico y que ya que lo pagamos, tenemos derecho a exigir formalidad y b¨²squeda del inter¨¦s general, todo ser¨¢ bald¨ªo.
Si uno viaja por el mundo encuentra noticiarios cansinos con tres informaciones repetidas a lo largo del d¨ªa, peri¨®dicos que han reducido secciones y ambiciones. La televisi¨®n p¨²blica se ha convertido en un medio civilizador y donde existe y es fuerte, independiente y regulada por profesionales, dignifica la democracia, esa democracia que atraviesa por su mayor amenaza en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas. No solo no hemos logrado ganar a los canales auton¨®micos para la causa, sino que han empeorado y se han entregado a la barricada de cada Gobierno mientras el aire de la indiferencia nos sopla en la cara. ?Hay alguien ah¨ª a quien le preocupa esto?
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