I?aki Arteta vuelve a abrir la caja de los recuerdos de las v¨ªctimas de ETA
El realizador se centra con un documental en 1980, el a?o m¨¢s sangriento del terrorismo
95 asesinatos en un solo a?o, uno cada tres d¨ªas, 200 atentados. 1980 fue el m¨¢s sangriento de la larga carrera hacia la muerte del terrorismo etarra. Fue una ofensiva en toda regla contra la entonces joven democracia espa?ola ¨C en 1977 se hab¨ªa aprobado la ley de Amnistia, un a?o despu¨¦s vino la Constituci¨®n y en 1979 sal¨ªa adelante el Estatuto vasco-. La red de complicidades en la sociedad vasca con ETA, representantes de la Iglesia incluidos, era enorme. El silencio ante las v¨ªctimas, aterrador. El documental 1980 del realizador I?aki Arteta, presentado en la secci¨®n Tiempo de Historia de la Seminci (Semana Internacional de Cine de Valladoli), abre la caja de los truenos m¨¢s dolorosos. Lo explica bien Ignacio Ustar¨¢n, el hijo del dirigente de UCD de ?lava, Jos¨¦ Ignacio Ustar¨¢n que una noche de octubre de 1980 fue secuestrado en su propio domicilio, en presencia de sus cuatro hijos peque?os y de su mujer, y asesinado en el extrarradio de Vitoria. ¡°Se abre la caja de los recuerdos y sale todo de nuevo. Nunca se hizo justicia¡±, dice Ignacio hoy ante las c¨¢maras de Arteta. ¡°Me acuerdo de la ¨²ltima mirada que nos dirigimos mi padre y yo, a trav¨¦s de una puerta semiabierta del cuarto donde los asesinos le ten¨ªan retenido¡±, a?ade Ustar¨¢n. Ten¨ªa 13 a?os y cuando los terroristas llegaron a su casa ¨¦l se encontraba estudiando en su habitaci¨®n.
¡°No se puede pasar p¨¢gina tan alegremente porque en esas cajas se guardan cosas terribles. Todos sab¨ªamos lo que pasaba. La sociedad vasca dio la espalda a las v¨ªctimas, pero no solo ellos, tambi¨¦n las instituciones y el Estado. Las v¨ªctimas fueron menospreciadas y olvidadas. Se sab¨ªa todo de los terroristas pero nada de las v¨ªctimas. Todav¨ªa estamos pagando las consecuencias de aquellos a?os. El prop¨®sito de este documental es mirar hacia el pasado y saber si todav¨ªa estamos amarrados a ¨¦l, como los que apoyaron al terrorismo y ahora est¨¢n en las instituciones vascas¡±, explica Arteta (Bilbao, 1959), que con 1980 vuelve a la carga contra el olvido de las v¨ªctimas, tras Voces sin libertad, Trece entre mil y El infierno vasco. El documental, producido gracias al lanzamiento popular del crowdfunding, tiene previsto su estreno el pr¨®ximo mes de noviembre.
?Porqu¨¦? ?C¨®mo lo pudimos soportar? Aurelio Arteta, hoy catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Moral y Pol¨ªtica, ten¨ªa 35 a?os en 1980 y era profesor. ¡°ETA y los abertzales gozaban de cierto prestigio. Cre¨ªamos que la izquierda abertzale luchaba por la justicia social, m¨¢s all¨¢ del pensamiento ideol¨®gico nacionalista, y no solo por la independencia. Esta confusi¨®n la pagamos muy cara, despu¨¦s de darnos cuenta de que no era as¨ª. Tard¨¦ mucho tiempo de darme cuenta de su maldad¡±, se lamenta Arteta.
Una maldad absoluta que empezaba con la muerte sin raz¨®n y se remataba con las acusaciones de chivato. Las familias ten¨ªan que esconderse avergonzadas. Los vecinos les negaban la piedad y el saludo. Como a Francisco Astoy, el hijo del polic¨ªa municipal ?ngel Astoy que cuando mataron a su padre, una noche de febrero de 1980 en O?ate (Guip¨²zcoa) ten¨ªa 19 a?os. ¡°Le necesitaba mucho. Nunca pudo ense?arme esas cosas que no se aprenden en los libros. Le mataron porque hablaba con los guardias civiles del pueblo. Solo por eso. Yo trabajaba en una empresa de 200 trabajadores, solo dos de ellos me dieron el p¨¦same. En el pueblo nos llamaban coreanos. Nos despreciaban. Solo nos quedaba una soluci¨®n marcharnos o callarnos¡±. O como Susana Garc¨ªa, hija de Jes¨²s Garc¨ªa, un hostelero de 43 a?os que mataron en Baracaldo, solo dos d¨ªas antes de su programado viaje a Buenos Aires, tras meses de amenazas y acusaciones de ultraderechista. ¡°Nadie en el instituto me volvi¨® a dirigir la palabra en el a?o y medio que aguantamos en el pueblo antes de que nos march¨¢ramos, buenos nos echaran. El ¨²nico amigo que me qued¨® fue mi hermano. Yo ten¨ªa 14 a?os¡±, cuenta Susana Garc¨ªa en el documental.
V¨ªctimas, muchas v¨ªctimas, que todav¨ªa hoy les dan mil vueltas a las muertes. Arrate Zurutuza es la viuda del enterrador Luis Dom¨ªnguez al que mataron en Vergara (Guip¨²zcoa) ¡°acusado¡± de enterrar a los guardias civiles que la propia organizaci¨®n terrorista asesinaba. ¡°Era el enterrador. Era su trabajo¡±, cuenta Zurutuza a las puertas del cementerio donde reposa el cuerpo del padre de sus cinco hijos.
Arteta est¨¢ decidido a luchar contra el olvido de las v¨ªctimas, a militar para que no quede ni un hueco de silencio. ¡°Ahora nos dicen que tenemos que mirar hacia adelante, olvidando el pasado. No se puede pasar p¨¢gina. La sociedad vasca arrastra todav¨ªa la enfermedad del terrorismo. Hay que mirar de frente el sufrimiento. Todos somos parte de nuestro pasado¡±
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