Asomarse a otras vidas
Las cartas de personajes hist¨®ricos son codiciadas por los internautas. El publicista Shaun Usher re¨²ne un centenar en 'Cartas memorables'
Las fans de Elvis recurrieron al presidente de los Estados Unidos para que ¡ª "?Por favor, por favor!¡±¡ª no le afeitaran el tup¨¦ y las patillas para hacer la mili.Patrick Hitler, ¨²nico sobrino del canciller alem¨¢n, exiliado en EEUU, tambi¨¦n escribi¨® al presidente Roosevelt (lo hab¨ªa intentado antes en Inglaterra y con el ej¨¦rcito canadiense) para que lo dejara combatir con los aliados y darle su merecido a su t¨ªo, al fin y al cabo sab¨ªa bien de lo que hablaba; Clementine Churchill prefiri¨® pedirle por escrito a su esposo que moderara su intratable car¨¢cter con ella y sus colaboradores. Las tres historias forman parte del contenido de Cartas memorables que ahora edita Salamandra y en la que se re¨²nen m¨¢s de cien misivas de personajes hist¨®ricos y an¨®nimos, en un cuidado volumen que sale a la venta el 30 de octubre.
A Shaun Usher (Saint Albans, 1978)? su recopilador, ya lo conocen como el curator de la correspondencia ajena. Sorprende que en plena era del Facebook y del WatsApp haya conseguido vivir de esos papeles amarillentos y arrugados que tanto dicen de las vidas ajenas. Empez¨® por casualidad en 2009, mientras trabajaba en una agencia de publicidad y recibi¨® el encargo de un cliente para promocionar una empresa de papeler¨ªa. Comenz¨® as¨ª a reunir material que tuviera relaci¨®n con la palabra y la escritura en bibliotecas y archivos. En la b¨²squeda de inspiraci¨®n para el art¨ªculo publicitario encontr¨® telegramas y cartas que narraban an¨¦cdotas curiosas. Como la misiva que Isabel II, reina de Inglaterra, le envi¨® a Roosevelt en la que, lejos de los focos y de las declaraciones formales, le pasaba su receta personal de los scones, panecillos con los que se sirve el t¨¦, a base de batir mucho la mezcla y dejarla reposar poco; en otra carta, publicada en TheTimes el 5 de diciembre de 1986, el presidente del London Hospital ped¨ªa ayuda para El Hombre Elefante, en la ruina total, tras una breve carrera como atracci¨®n de feria: la abrumadora y eficaz reacci¨®n de los ciudadanos posibilit¨® que aquel ser atormentado viviera en el hospital hasta el final de sus d¨ªas.
Dar malas noticias, expresar quejas airadas, recrear momentos, ofrecer consejos sentimentales o hacer declaraciones de amor eterno forma parte del contenido habitual de las cartas. Usher ten¨ªa entre manos la constataci¨®n de c¨®mo la correspondencia forma parte de nuestras vidas y de un mundo que parec¨ªa acabarse. El declive comenz¨® a notarse a partir de 2008 con el auge del correo electr¨®nico; las cartas se redujeron en esa fecha un 30 por ciento y a partir de ah¨ª no han dejado de acortarse, seg¨²n datos de Correos. Ahora, en el buz¨®n solo reposan las notificaciones de los bancos o de la Direcci¨®n General de Gesti¨®n y Vigilancia de la Circulaci¨®n, pero Usher ha encontrado la manera de dar a conocer un mundo olvidado. Meses despu¨¦s inaugur¨® el blog Letters of note, una web que colecciona misivas, telegramas, fax y notas y que lleg¨® a registrar hasta dos millones de entradas al mes.
Su trabajo publicitario fue un peque?o desastre; lo ley¨® poca gente pero de aquel fracaso surgi¨® un proyecto gigante. El ¨¦xito del blog le llev¨® a publicar una selecci¨®n de las mejores cartas en papel. Personalmente describe el libro como un museo virtual de correspondencia. En Inglaterra se public¨® con Unbound ¡ªuna p¨¢gina inglesa de crowdfunding (una especie de micromecenazgo) para escritores¡ª.
Cartas memorables incluye fotograf¨ªas y anotaciones al margen de cada misiva poniendo en contexto cada historia. Al recopilador le llev¨® meses buscar los originales y conseguir los derechos para reproducir facs¨ªmiles de los mismos, tal como fueron escritos, a mano o a m¨¢quina, con sus borrones, tachaduras y dem¨¢s imperfecciones. El conjunto ofrece una panor¨¢mica tan variada como curiosa. Por antig¨¹edad se lleva la palma una tabla de arcilla grabada que se remonta al siglo XIV antes de Cristo; la m¨¢s cara ¡°de la historia¡±, seg¨²n sus datos, fue escrita por el cient¨ªfico Francis Crick a su hijo para hablarle de la estructura del ADN, y vendida posteriormente en 2013 en subasta por 5,3 millones de d¨®lares; incluye tambi¨¦n una misiva grabada en corteza de abedul en una ciudad rusa y algunas cartas ya publicadas como la desgarradora despedida de Virginia Woolf a su marido antes de suicidarse: Ya no puedo luchar m¨¢s, o la misiva de Dickens, estupefacto y horrorizado, a The Times quej¨¢ndose del comportamiento del p¨²blico ¡ª "el porte atroz y las bromas brutales de los espectadores¡±, en palabras del escritor¡ª ante la ejecuci¨®n p¨²blica de un matrimonio, el 13 de noviembre de 1847 que fue presenciada por miles de personas.
Le¨ªdas con el paso del tiempo, algunas sugieren peque?as victorias. Desde Dayton (Ohio) Jourdon Anderson escribi¨® el 7 de agosto de 1875 al coronel Patrick Henry Anderson, antiguo amo de su familia de esclavos para el que hab¨ªan trabajado 32 a?os en su plantaci¨®n. La misiva de Jourdon Anderson no dejaba dudas. Necesitaba saber antes de tomar la decisi¨®n de volver a la plantaci¨®n, como le ped¨ªa su antiguo amo, cu¨¢nto iban a ganar y si el coronel estaba dispuesto a enviarle antes el salario correspondiente al tiempo que estuvieron a su servicio: ¨¦l, treinta y dos a?os y su esposa Mandy veinte.
El amor y el odio en todas sus versiones tambi¨¦n han hecho correr r¨ªos de tinta. Las mejores, historias desgarradoras de amantes que no se resignan a la p¨¦rdida o que viendo en peligro sus vidas deciden contarle a su amada todo lo que no le dijeron mientras estaban juntos. Alguien tan racional como el cient¨ªfico Richard Feynman, uno de los participantes en el desarrollo de la bomba at¨®mica y f¨ªsico que investig¨® el accidente del transbordador Challenger e identific¨® la causa, escribe sin direcci¨®n a la que dirigirse, unas letras para su esposa Arlyne; "A mi cerebro le cuesta entender lo que significa amarte cuando has muerto, pero todav¨ªa quiero consolarte y cuidarte, y quiero que me ames y me consueles. Quiero tener problemas que tratar contigo, quiero hacer peque?os proyectos contigo...¡±. Nada que ver con la ¨¢cida respuesta de Bette Davis a su hija acus¨¢ndola de intentar vivir a su costa, a base de falsear sus declaraciones o la sinceridad de Hemingway al juzgar el borrador de Suave es la noche que Scott Fitzgerald le pas¨® para que lo valorara: ¡°La invenci¨®n es lo mejor que hay, pero no puedes inventarte algo que no podr¨ªa pasar¡±.
El libro y el blog forman parte de una proyecto m¨¢s amplio. Usher colecciona membretes y acaba de publicar en ingl¨¦s Lists of note , en el que re¨²ne listas: de la compra, de medicamentos, de tareas¡
Babelia
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