Jamie Cullum, la deslumbrante madurez del antiguo prodigio
Hace casi 10 a?os cuando el m¨²sico dej¨® at¨®nito al mundo de los amantes del jazz
Jugaba el Liverpool de sus amores, pero le tocaba trabajar. Hab¨ªa decidido cargar su reaparici¨®n en Madrid de un ambiente ¨ªntimo. Fue un concierto para elegidos: 600 asistentes disfrutaron como en el sal¨®n de su casa en el Circo Price que cubri¨® parte de su aforo con cortinas para que Jamie Cullum nos trasladara una sensaci¨®n de cercan¨ªa y privilegio que ser¨¢ dif¨ªcil de olvidar.
Hace casi 10 a?os, cuando el imberbe m¨²sico de la campi?a inglesa ¨Cnacido en Rochford, Essex (Reino Unido) hace 35 a?os- dej¨® at¨®nito al mundo de los amantes del jazz como una revelaci¨®n de aut¨¦ntico crooner, Cullum resultaba m¨¢s impaciente, inmaduro a¨²n, un tanto ansioso por el reconocimiento masivo, con todo a punto para triunfar o desviarse.
La solidez de su voz, la intensa formaci¨®n en garitos desde la adolescencia y sobre todo esa primera cautivadora joya que fue ¡®Twentysomething¡¯, su tercer disco, pero impecable carta de presentaci¨®n ante el gran p¨²blico, daban motivos para sospechar lo que una d¨¦cada despu¨¦s se ha cuajado: un artista monumental.
Si la m¨²sica es vocaci¨®n natural, se llama Jamie Cullum; si es juego y dominio del estilo a la vez, tambi¨¦n. Si la m¨²sica es carisma, lleva por nombre, as¨ª mismo, Jamie Cullum, como si hablamos de esfuerzo, gusto y sofisticada diversi¨®n. Si se trata de pureza, tambi¨¦n viene a ser Jamie Cullum, pero, lo mismo, si a la vez, desata todo el eclecticismo de una inabarcable conjunci¨®n de caminos que van desde el jazz al funk, pasando por el pop o la big band, animada en el piano por un inquieto pero elegante virtuoso.
De todo eso dio fe el mi¨¦rcoles, mientras su Liverpool ca¨ªa en Anfield ante el Real Madrid este portento, de bisabuelo sevillano, amante de Paco de Luc¨ªa, que estudi¨® Cine y Literatura en Reading y a quien un icono del jazz cinematogr¨¢fico, como es Clint Eastwood, acogi¨® en su obra ¡®Gran Torino¡¯ para confirmarle ante los amantes del g¨¦nero como uno de los suyos.
La madurez espont¨¢nea de un int¨¦rprete que eleva a los altares al tiempo a Randy Newman, Cole Porter o Radiohead, brill¨® junto a una esplendorosa banda de m¨²sicos con ocho en los vientos dando un repaso a su reciente y m¨¢s antiguo repertorio. De ¡®Twentysomething¡¯ a ¡®Momentum¡¯ o ¡®Interlude¡¯, la todav¨ªa corta pero sugerente y variada gama de su discograf¨ªa, se fue revelando transformada en versiones ¨ªntimas al piano o vestidas con la fuerza de un grupo m¨¢s que contundente. En el centro gobernaba Cullum, ese antiguo prodigio que hoy contemplamos ya cuajado, como uno de los m¨²sicos m¨¢s brillantes de su generaci¨®n.
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