Una estudiosa encuentra la ¡®Magdalena¡¯ perdida de Caravaggio
Una de las mayores expertas en el artista halla la obra en una colecci¨®n privada
¡°Por fin, es ella¡±. Con estas palabras, Mina Gregori dio la b¨²squeda por cerrada, seg¨²n La Repubblica. Ante los ojos de una de las principales expertas en Caravaggio de Italia se hallaba una de las pinturas perdidas del maestro: la Magdalena en extasis, la que llevaba consigo, junto con dos obras m¨¢s, a bordo del barco que le condujo a Porto Ercole, donde falleci¨®. La estudiosa la hall¨® en una colecci¨®n europea, seg¨²n a?ade el diario italiano sin ofrecer m¨¢s detalles, ya que la familia a la que pertenece ha pedido permanecer en el anonimato y no ha querido aclarar si alg¨²n d¨ªa dejar¨¢ que se exponga.
De este cuadro hay varias versiones por el mundo. Sin embargo, una sola es aut¨¦ntica. Y, teniendo en cuenta la cantidad de atribuciones falsas que se asocian al nombre del artista italiano, el anuncio obligar¨ªa cuando menos a la sospecha. Hay, a¨²n as¨ª, varios elementos que permiten confiar en la tesis de La Repubblica.
Ante todo, la propia Gregori es alumna de Roberto Longhi, considerado el estudioso por excelencia de Caravaggio. Ella misma asegura al diario italiano estar segura al 100%: "El cuerpo y sus tonalidades variadas, la intensidad del rostro, las mu?ecas fuertes y las manos de tonos l¨ªvidos con admirables variaciones de color y luz y con la sombra que oscurece la mitad de los dedos son los aspectos m¨¢s interesantes de la pintura. Es Caravaggio¡±. Adem¨¢s, hay otra pista, esta vez detr¨¢s del ¨®leo.
Un papelito colocado en la parte trasera de la obra, con graf¨ªa atribuible a la ¨¦poca del maestro italiano seg¨²n La Repubblica, hace referencia al propio Caravaggio y a una obra que ser¨ªa guardada en el barrio de Chiaia, en N¨¢poles, e ir¨ªa en ¡°beneficio del Cardenal Borghese de Roma¡±. Se trata, seg¨²n Gregori, del detalle definitivo que permite atribuir la obra a Merisi. Pero, ?por qu¨¦?
A 11 d¨ªas del fallecimiento de Caravaggio, el 18 de julio de 1610, el obispo de Caserta, Diodato Gentile, envi¨® una carta al cardenal Scipione Borghese, coleccionista y protector del artista. En la misiva, que sufri¨® un destino parecido al ¨®leo y solo reapareci¨® en 1994, el obispo informaba de la muerte de Merisi. De ah¨ª que las obras que este llevaba consigo acabaran en las manos de Costanza Colonna, marquesa amiga de Caravaggio que viv¨ªa en N¨¢poles, en el barrio de Chiaia, y fue la encargada de cuidar de ellas a la espera de devolv¨¦rselas al cardenal.
La misi¨®n, evidentemente, no dio los resultados esperados. El San Juan que hoy todav¨ªa se expone en la galer¨ªa Borghese s¨ª lleg¨® al destino final. La Magdalena y otro San Juan desaparecieron. Por lo menos, la primera ha vuelto.
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