Valles y colinas
En la b¨²squeda de la literatura profunda bajo la mejor televisi¨®n no conviene olvidarse de que cabe usar la ya publicada como puente para su popularizaci¨®n
Se especula con la profundidad literaria de las series de televisi¨®n. La mayor¨ªa de los rastreos llevan a Shakespeare, porque se centr¨® en las miserias cotidianas del poder, la familia, la ambici¨®n y la fama. Pero hay m¨¢s. Ahora triunfa la serie Leftovers, que es pieza particular de un novelista, Tom Perrota, que en su viaje entre el cine y la literatura dej¨® dos joyas de la tragicomedia costumbrista norteamericana: las pel¨ªculas Election y Little Children. En Espa?a el recurso a la literatura fue una fuente de algunas de las m¨¢s memorables series de televisi¨®n y, sin embargo, la falta de ambici¨®n impide que en la ¨²ltima d¨¦cada se hayan levantado versiones televisivas de cl¨¢sicos como fueron Fortunata y Jacinta, La Regenta, Los gozos y las sombras, La forja de un rebelde, Cr¨®nica del alba.
En la hora de la muerte de Ramiro Pinilla vuelve la sensaci¨®n de sorpresa cuando irrumpi¨® su trilog¨ªa Verdes valles, colinas rojas, con una literatura desbordada, que era fruto del ostracismo elegido, de la dedicaci¨®n y un talento narrativo al alcance de pocos. El exceso era en este caso una virtud, que llegaba de improviso, en un panorama que suele ce?irse a lo prejuicioso. Y desde ese primer instante estaba pidiendo a gritos que el canal vasco levantara un serial magn¨ªfico con esos materiales, ambicioso, rico, ¨¦pico y carnal. Existe demasiada prisa por revertir lo invertido en beneficio, y as¨ª la televisi¨®n espa?ola ya no sabe cocinar a fuego lento, pero qu¨¦ ser¨ªa de la BBC sin su inversi¨®n en grandes documentales rodados en d¨¦cadas de trabajo y la ambiciosa serializaci¨®n de los cl¨¢sicos de su literatura.
En la recuperaci¨®n de la obra de Ramiro Pinilla aparecieron materiales que hab¨ªa autopublicado en cumplimiento de la dulce condena de la insumisi¨®n. Y all¨ª se alzaba de nuevo la peripecia real de Antonio B, el Ruso, que habr¨ªa sido otro serial magn¨ªfico sobre la historia paralela de los espa?oles pobres. Cuenta su editor, Juan Cerezo, que muri¨® feliz solucionando tramas de novelas por venir, porque la narrativa de Ramiro Pinilla delataba un espectador atento de cine cl¨¢sico. En la b¨²squeda de la literatura profunda bajo la mejor televisi¨®n no conviene olvidarse de que cabe usar la ya publicada como puente para su popularizaci¨®n y garant¨ªa de perpetuidad.
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