Apuntes para un mapa del Muro, antes y despu¨¦s
De Heiner M¨¹ller, dramaturgo estelar de la RDA, a un musical con el rockero Udo Lindenberg, el tel¨®n de acero gener¨® su propio repertorio teatral
Existen abundantes piezas teatrales sobre las dos Alemanias y la reunificaci¨®n posterior; muy pocas, sin embargo, se conocen entre nosotros. Se impone, pues, una selecci¨®n telegr¨¢fica. Conocemos a Heiner M¨¹ller, el dramaturgo estelar, aunque controvertido y censurado, de Alemania del Este, siempre escindido entre la esperanza y el cinismo amargo. En 1956 comienza a escribir Germania. Muerte en Berl¨ªn, que acaba en 1971, pero no logra ver la luz hasta 1977, una violenta fantasmagor¨ªa sobre la historia de su pa¨ªs, desde el mito de los nibelungos hasta la construcci¨®n del Muro, con figuras hist¨®ricas (C¨¦sar, Stalin, Hitler) convertidas en vampiros o can¨ªbales. En 1995, gravemente enfermo, aborda Germania 3, mucho m¨¢s enloquecida y apocal¨ªptica, una ronda fantasmal donde danzan el dirigente comunista Walter Ulbricht, las ¡°viudas¡± de Brecht y un serial killer llamado el Gigante Rosa, entre muchos otros. La pieza, ca¨®tica e inacabada, se publica p¨®stumamente y se estrena, poco m¨¢s tarde, en el Berliner Ensemble. En un tono menos desgarrado, mezclando la alucinaci¨®n con la cr¨®nica realista, Botho Strauss public¨® en 1991 Coro final,galer¨ªa de voces en torno a la ca¨ªda del Muro, que Luc Bondy estren¨® en Berl¨ªn al a?o siguiente.
Varias novelas sobre la escisi¨®n subieron con ¨¦xito a la escena. Quiz¨¢ la m¨¢s popular sea Helden wie Wir (H¨¦roes como nosotros, 1995), de Thomas Brussig, una suerte de Lamento de Portnoy en clave c¨®mica, cuyo protagonista, pri¨¢pico y fabulador, narra sus aventuras en el laberinto burocr¨¢tico (Stasi incluida) de la Alemania del Este, y que desde su publicaci¨®n se ha montado repetidas veces como mon¨®logo. Otro ¨¦xito fue la adaptaci¨®n, a cargo del dramaturgo Jens Gross, de Adam y Evelyn, de Ingo Schulze, sobre la apertura de la frontera entre Hungr¨ªa y Austria (y la p¨¦rdida de la imagen idealizada de la Alemania del Oeste), llevada al teatro en 2009, en Dresde. Y una noticia: el pr¨®ximo enero, Armin Petras dirigir¨¢, producida por la Schaub¨¹hne, una versi¨®n de El cielo dividido, de Christa Wolf, una de las primeras en narrar desde el punto de vista socialista (en 1963, dos a?os despu¨¦s de la construcci¨®n del Muro) la ruptura de una pareja alemana separada por sus diferencias ideol¨®gicas.
La ca¨ªda del Muro tambi¨¦n dio pie a un musical, Hinterm Horizont (2011), con canciones del popular¨ªsimo rocker Udo Lindenberg, y a numerosos textos de teatro-documento, como Vom Widerstehen (Sobre la resistencia, 2009), de Clemens Bechtel, relato de siete miembros de los movimientos de resistencia de la Alemania del Este que llevaron a la ca¨ªda del Muro, y Wartesaal Deutschland (Alemania, sala de espera), de Klaus Pohl, de nuevo siete mon¨®logos, esta vez de alemanes de ambos lados que narran sus experiencias, estrenada en Hamburgo el mismo a?o.
Von Mayenburg escribi¨® un sugestivo texto sobre una familia a lo largo de cinco d¨¦cadas con el nazismo de fondo
En 2009 se cumplieron 60 a?os del nacimiento de las dos Alemanias y 20 de la ca¨ªda del Muro. El Goethe-Institut encarg¨® a 17 autores de 15 pa¨ªses europeos un ciclo de piezas en torno al tema, de las que aquel oto?o se representaron siete en el Staatsschauspiel de Dresde y el Theaterb¨¹ro de M¨¹lheim an der Ruhr, bajo el t¨ªtulo de After the Fall. Europa nach 1989. Entre la larga lista de autores seleccionados figuraban Goran Markovic, Theodora Herghelegiu, Almir Imsirevic, Stacey Gregg, Sarah-Jane Dickenson y Asa Lindholm.
Por su parte, el brit¨¢nico Royal Court organiz¨®, bajo el t¨ªtulo Off the Wall, una serie de lecturas e incluy¨® en su temporada dos nuevas piezas: The Stone, de Marius von Mayenburg, dirigida por Ingo Berk y coproducida por la Schaub¨¹hne berlinesa, y Over There, de Mark Ravenhill, en puesta de Ramin Gray. Von Mayenburg escribi¨® un sugestivo texto sobre el eterno tema de la culpa alemana, condensando en 60 minutos la historia de una familia a lo largo de cinco d¨¦cadas. En 1935, Witha y su marido, Wolfgang, compran una casa en Dresde; en 1953 abandonan el lugar al convertirse en zona comunista. En 1993, Witha, su hija Heidrun y su nieta Hannah vuelven para reclamar su posesi¨®n. La nieta descubrir¨¢ que la leyenda antifascista de su abuelo era una mentira: Wolfgang fue un ferviente nazi y se qued¨® con la casa a precio de saldo tras denunciar a la familia jud¨ªa que all¨ª viv¨ªa.
Ravenhill opt¨® en Over There por una alegor¨ªa pol¨ªtica un tanto maniquea, pero con una sencilla y brillante premisa. Franz y Karl, dos gemelos, crecieron separados por el Muro: su madre huy¨® al Oeste con el primero mientras el segundo se quedaba con su padre socialista. Cuando llega la reunificaci¨®n, los hermanos vuelven a encontrarse, y Karl queda fascinado por la Alemania del Oeste: ¡°Vuestra vida es en color, la nuestra era en blanco y negro¡±. Karl, de acuerdo con su hermano, le suplanta en sus reuniones empresariales, pero lo que comenz¨® como juego acaba violentamente por ¡°sobredosis de est¨ªmulos capitalistas¡±. Over There contaba con una baza a?adida: fue protagonizada por dos gemelos reales, los hermanos Harry y Luke Treadaway.
Para acabar esta selecci¨®n, una rareza: la reunificaci¨®n vista desde Estados Unidos. En 1998, el dramaturgo Charles Mee escribi¨® The Berlin Circle, estrenada en el Steppenwolf de Chicago; dos a?os m¨¢s tarde, y bajo el nuevo t¨ªtulo de Full Circle, la obra lleg¨® al American Repertory Theater (Cambridge, Massachusetts). Inspirada en El c¨ªrculo de tiza caucasiano, de Brecht, Full Circle es una farsa que comienza en el Berliner Ensemble, cuando el dirigente comunista Erich Honecker y su amante, Christa, huyen del teatro ante la noticia de la ca¨ªda del Muro, dejando a su hijo reci¨¦n nacido en manos de una millonaria americana, Pamela Dalrymple, y una joven resistente, Dulle Griet: ambas recorrer¨¢n las calles de Berl¨ªn, perseguidas por dos exmiembros de la Stasi que quieren recuperar el beb¨¦. Segunda curiosidad: uno de los personajes secundarios que adquiere inesperada dimensi¨®n protagonista es el dramaturgo (y director del Berliner) Heiner M¨¹ller, al que Charles Mee, a caballo entre el afecto y el vitriolo, dibuja como un sosias del brechtiano juez Azdak durante un c¨ªnico y turbulento mon¨®logo de 20 minutos sobre sus relaciones con el poder.
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