Bromo, el ovejero que espi¨® para todos
Un pastor vizca¨ªno se suma a la lista de agentes dobles espa?oles en la II Guerra Mundial
Al m¨¢s famoso agente doble espa?ol, Joan Pujol, Garbo, le ha salido un competidor. Jos¨¦ Laradogoitia Menchaca ¡ªBromo, seg¨²n el nombre en clave aliado; G, para sus controladores nazis¡ª fue una pieza significativa en la guerra de desinformaci¨®n que ayud¨® a la derrota de Hitler y del imperio japon¨¦s. Los documentos secretos localizados en los Archivos Nacionales de Estados Unidos en Washington permiten reconstruir las peripecias de este agente doble desde Bilbao, un nido de esp¨ªas alemanes durante los primeros a?os del franquismo, hasta Estados Unidos.
Jos¨¦ Laradogoitia decidi¨® abandonar Urduliz, el pueblo donde hab¨ªa nacido en 1912, d¨ªas antes de la Navidad de 1930. Quer¨ªa atravesar el Atl¨¢ntico para reunirse con su hermano mayor, Tony, que trabajaba de ovejero en Idaho, un Estado poco poblado que hab¨ªa atra¨ªdo a pastores vizca¨ªnos desde el siglo XIX. En el tiempo que estuvo all¨ª entr¨® en contacto con la delegaci¨®n del Gobierno vasco y, aunque no ocult¨® sus simpat¨ªas con el Ejecutivo de Jos¨¦ Antonio Aguirre, no despleg¨® un gran activismo pol¨ªtico. A pesar del apoyo familiar, su inadaptaci¨®n le llev¨® a la c¨¢rcel y en el verano de 1941 decidi¨® regresar a Espa?a.
Nada m¨¢s tocar puerto, el jefe de la Gestapo en Bilbao, el capit¨¢n George Lang, que se ocultaba bajo el apodo de Emilio, se interes¨® por ¨¦l. Reun¨ªa todas las cualidades y Alemania necesitaba buenos esp¨ªas para ganar la guerra: hablaba ingl¨¦s y contaba con contactos en EE?UU para poder vivir all¨ª sin levantar sospechas.
En el pueblo de Laradogoitia
Urduliz es un peque?o pueblo vizca¨ªno situado en el verde valle del r¨ªo Butr¨®n a escasamente 20 minutos de Bilbao con la l¨ªnea 1 del metro. Cuenta con 3.770 habitantes esparcidos por un peque?o n¨²cleo urbano y decenas de vetustos caser¨ªos. Si preguntas por el apellido Laradogoitia, todos ponen cara de incredulidad. Ni siquiera le suena al alcalde, Javier Bilbao, que ofrece la ayuda de Koldo Somokueto, quien trabaja en recuperar figuras famosas del pueblo de la Rep¨²blica.
?gil y meticuloso, Somokueto consulta los envejecidos tomos del registro civil y encuentra la respuesta: ¡°Jos¨¦ Laradogoitia Menchaca naci¨® en su casa el 9 de julio de 1912¡±. Se trata del caser¨ªo Antongoena, de dos pisos y construido en la segunda mitad del siglo XVI. Sus actuales inquilinos confirman que son primos de su madre y recuerdan vagamente que en los veranos ven¨ªan familiares de Am¨¦rica.
Lang le reclut¨® y durante los siguientes dos a?os le prepar¨® a conciencia. G (de Gernika), su nombre en clave, fue incorporado a la oficina de Bilbao, donde aprendi¨® a cifrar y descifrar mensajes y cartas, y controlar agentes que trabajaban por toda Am¨¦rica Latina. Seg¨²n sus declaraciones, Lang lleg¨® a reclutar unos 60 agentes en Bilbao y sus alrededores, muchos de ellos marineros que serv¨ªan de correos para el contrabando de informaci¨®n y materias primas. Los barcos con pabell¨®n espa?ol eran de los pocos que ten¨ªan permiso de tocar puertos americanos por ser Espa?a oficialmente un pa¨ªs neutral.
El buen hacer de G impresion¨® tanto que Lang enseguida le present¨® a sus jefes en Madrid y le asign¨® 2.000 pesetas mensuales de sueldo. Su primera misi¨®n fue vigilar el consulado estadounidense en Bilbao y luego infiltrase en ¨¦l como int¨¦rprete, lo que consigui¨® entre diciembre de 1942 y febrero de 1943. Lang decidi¨® entonces que estaba listo para pasar a la misi¨®n principal y enviarle a EE?UU.
Antes de embarcar en el vapor Manuel Calvo, Laradogoitia recibi¨® tres cosas: una lista de objetivos, los sistemas de comunicaci¨®n y un acuerdo econ¨®mico para incentivar la colaboraci¨®n. Los alemanes aseguraron una cantidad mensual que ser¨ªa entregada a sus padres, que adem¨¢s recibieron un adelanto de 25.000 pesetas, ¡°el m¨¢ximo permitido¡±. Adem¨¢s, le ofrecieron 1.000 d¨®lares para lograr la colaboraci¨®n de su hermano Tony y 600 d¨®lares mensuales para sus gastos y compra de lealtades. Tambi¨¦n se le entreg¨® un documento con 15 prioridades informativas, especialmente todo lo referido a la producci¨®n de armamento, unidades del Ej¨¦rcito y f¨¢bricas de guerra, sin olvidar cualquier dato que pudiera ayudar a hundir los convoyes con destino a Europa.
Otro elemento imprescindible para el ¨¦xito de la misi¨®n era asegurar la transmisi¨®n de la informaci¨®n. De otro modo, el esfuerzo no valdr¨ªa para nada. Lang y sus ayudantes no escatimaron en medios. Eran sencillos, bastante m¨¢s que los que utiliz¨® Garbo, pero flexibles y variados. Primero, distintos sistemas de cifrado para encubrir las informaciones en cartas o mensajes inocentes o en comunicaciones secretas telegr¨¢ficas o por radio. Segundo, f¨®rmulas para fabricar tintas invisibles con las que ocultar mensajes en cartas que eran enviadas a varias direcciones postales controladas. A partir de 1944 cont¨® con un tercer m¨¦todo: correos humanos embarcados como marineros en buques espa?oles. Su misi¨®n era recoger la informaci¨®n y llevarle dinero e instrucciones a trav¨¦s de microfotograf¨ªas, un novedoso invento de Berl¨ªn que permit¨ªa incluir una gran cantidad de informaci¨®n en diminutos puntos.
A pesar de todos los esfuerzos de la Abwehr, la inteligencia militar alemana, Laradogoitia estaba decidido a cambiar de bando. Nada m¨¢s bajar del barco en Filadelfia cont¨® toda la historia a los hombres de Aguirre que, en esa ¨¦poca, colaboraban en labores de informaci¨®n con la OSS ¡ªla antecesora de la CIA¡ª y el FBI. Edgar Hoover, director del Servicio Federal de Investigaciones, se dio cuenta enseguida del potencial de Laradogoitia y decidi¨® convertirlo en doble agente, es decir, hacer creer a los alemanes que no hab¨ªa sido descubierto y utilizarlo para transmitirles desinformaci¨®n que confundiera a los l¨ªderes alemanes. Y as¨ª ocurri¨®. A partir de mayo de 1943 y hasta junio de 1945 ¡ªya terminada la guerra en Europa, pero no contra Jap¨®n¡ª envi¨® los mensajes que le prepar¨® el Pent¨¢gono y el FBI sin levantar las sospechas de sus controladores alemanes.
Bromo fue fundamental en el objetivo de desinformar a Tokio. As¨ª, por ejemplo, el FBI hizo creer a Tokio que la Navy construir¨ªa 30 nuevos portaaviones con m¨¢s de 3.000 aviones por si se alargaba la guerra en el Pac¨ªfico. Los controladores aliados fabricaron m¨¢s de una docena de supuestas fuentes de la informaci¨®n.
Aunque el Gobierno estadounidense no revel¨® la identidad de Bromo, Hoover no se resisti¨® a apuntarse un tanto pol¨ªtico y en octubre de 1945 logr¨® que un tribunal condenara por traici¨®n y espionaje a dos de los correos que utilizaba con los nazis. La noticia se public¨® en toda la prensa, incluido The New York Times, como demostraci¨®n de la colaboraci¨®n de la Espa?a de Franco con Hitler, ya que los encausados eran espa?oles, Emilio Ipes y Pablo Mesa. El primero fue condenado a diez a?os de prisi¨®n, mientras que, el segundo, a tan solo un a?o y medio y un d¨ªa gracias a que se declar¨® culpable y colabor¨®.
Una vez terminada la guerra, el rastro de Bromo se desvaneci¨®. Informes del FBI lo sit¨²an en Cuba. En los a?os sesenta y setenta apareci¨® en el sur de Florida, al frente de una constructora. El ¨²ltimo testimonio gr¨¢fico encontrado inmortaliza la visita que realiz¨® junto a familiares en 1991 por Las Vegas y el ca?¨®n del Colorado. Su partida de defunci¨®n se?ala que muri¨® el 11 de diciembre de 2002 y est¨¢ enterrado en la localidad de Sayville, en el Estado de Nueva York.
Cifrado de mensajes
Los nazis confeccionaron para Bromo varios sistemas de cifrado para encubrir sus informaciones. Eran f¨¢ciles de manejo y vers¨¢tiles. Primero se ten¨ªa que decidir si lo quer¨ªa enviar camuflado en una carta inocente o se trataba de una comunicaci¨®n secreta a trav¨¦s de escritura invisible o en cifrada. El mensaje era dividido en grupos de dos letras para luego traducirlas utilizando un cuadro expresamente creado para Bromo. Si el ¨²ltimo grupo ten¨ªa s¨®lo una letra, se repet¨ªa ¨¦sta de nuevo. Cuando se utilizaba para mensajes por radio no se usaban la ? y la Q. La K reemplazaba a la Q y NH a la ?. Cuando la Q estaba omitida, H e I aparec¨ªan en cuadros diferentes. En el caso de una comunicaci¨®n camuflada en el texto de una carta inocente ¨C por ejemplo, a un hermano - requer¨ªa el uso de las siguientes tablas (con o sin la Q):
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
A | B | C | D | E | 1 |
F | G | HI | J | K | 2 |
L | M | N | O | P | 3 |
Q | R | S | T | U | 4 |
V | W | X | Y | Z | 5 |
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
A | B | C | D | E | 1 |
F | G | H | I | J | 2 |
K | L | M | N | O | 3 |
P | R | S | T | U | 4 |
V | W | X | Y | Z | 5 |
S A L E U N / 43 11 31 15 45 33 / Quer/ ido? / h / e /rma / n / o- Te- es/crib / o- esta? / car / ta- c /on ... 4 /3 /1 / 1 /3 /1 / 5 /4 / 5 / 3 / 3 / ...
Los dos d¨ªgitos que representan una letra son determinados al seleccionar primero el d¨ªgito horizontal opuesto a ¨¦l y luego el vertical. Los valores de estos n¨²meros est¨¢n enmascarados en un texto inocente dejando un peque?o espacio entre las letras. Por ejemplo, si est¨¢ escondido en ¡°Querido¡±, la palabra ser¨¢ escrita con una peque?a rotura, la m¨¢s imperceptible posible, despu¨¦s de la cuarta letra (entre la r y la i ¨C Quer ido). Si la ¨²ltima letra de la palabra es la ¨²ltima letra de un grupo num¨¦rico y no es necesario, por tanto, contar m¨¢s letras de la palabra siguiente, entonces la letra debe terminar con un peque?o trazo ascendente (o?). Si la ¨²ltima letra debe unirse a la de la siguiente palabra, ¨¦sta debe terminar con un trazo horizontal (o-).
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