El funambulista Nik Wallenda cruza el cielo de Chicago por un alambre
El treintea?ero bate dos nuevos r¨¦cords mundiales entre los rascacielos de la ciudad
¡°?Qu¨¦ ciudad incre¨ªble y bella es Chicago de noche, absolutamente hermosa!¡±. Nunca antes un hombre observ¨® la metr¨®poli como lo hizo el domingo Nik Wallenda: caminando cuesta arriba sobre un cable de acero tan ancho como una moneda de diez centavos, extendido entre dos rascacielos ¨Centre la torre oeste de Marina City y el edificio Leo Burnett-- a m¨¢s de 180 metros de altura, y con vientos de 30 kil¨®metros por hora bati¨¦ndose contra su cuerpo. ¡°Ustedes, que est¨¢n mirando, pensar¨¢n que estoy loco¡±, explicaba Nik paso a paso a la multitud estupefacta que le segu¨ªa desde las aceras y a las decenas de millones que le ve¨ªan por televisi¨®n. ¡°Pero la realidad es que fui hecho para esto¡±.
Nik Wallenda se describe a s¨ª mismo como un chico de circo, con padres de circo, de quienes hered¨® una vida y una estirpe circense. Los Wallenda ¨C¡®Los fabulosos Wallendas¡¯, ¡®Los Wallenda voladores¡¯-- son una tropa de acr¨®batas, malabaristas, equilibristas, entrenadores de animales, payasos y trapecistas, que parti¨® en 1780 del archiducado de Austria y que en 1920 se instal¨® en Estados Unidos, tras lograr un trato con el circo de los hermanos Ringling. Se instalaron en Sarasota, Florida, entonces capital de la industria, adonde iban los artistas a pasar el invierno y a trabajar sus rutinas. All¨ª naci¨® Nik, hijo de Delilah Wallenda ¨Cequilibrista, trapecista¡ªy de Terry Troffer ¨Cun chico corriente del pueblo, que acab¨® siendo trapecista-atajador.
Su padre es la voz que le gu¨ªa desde la l¨ªnea de meta ¨C¡°vamos, un paso m¨¢s¡±, ¡°desliza¡±, ¡°dos pasos¡±
Cada vez que Nik Wallenda se trepa a la cuerda floja para batir un r¨¦cord mundial de equilibrio o acrobacia ¨Ccon los dos que bati¨® el domingo, ya acumula diez-- la familia entera sube de alg¨²n modo con ¨¦l. Su madre es quien le dise?a los zapatos especiales de piel de alce y gamuza con los que se desliza sobre la soga. Su t¨ªo, Mike Troffer, es el ingeniero que dise?a y perfecciona la estructura de cables y tensores que la sostiene. Su esposa y sus tres hijos, lo empujan, lo tiemplan para poner a prueba su balance y su concentraci¨®n durante d¨ªas enteros de pr¨¢cticas. Su padre es la voz que le gu¨ªa desde la l¨ªnea de meta ¨C¡°vamos, un paso m¨¢s¡±, ¡°desliza¡±, ¡°dos pasos¡±¡ª y que este domingo hizo las veces de sus ojos, cuando Nik camin¨® vendado el segundo tramo de su caminata, entre las torres oeste y este del complejo residencial Marina City de Chicago.
Nik ha realizado haza?as temerarias: cruz¨® el Gran Ca?¨®n y las cataratas del Ni¨¢gara, ha hecho el recorrido m¨¢s largo sobre el cable en moto y bicicleta, y una vez se colg¨® de un helic¨®ptero sosteni¨¦ndose solo con sus dientes. Pero nunca antes hab¨ªa caminado sobre una cuerda con 19 grados de inclinaci¨®n, como la que cruz¨® el domingo, entre la torre oeste de Marina City y el edificio Leo Burnett; ni hab¨ªa llevado nunca una venda en los ojos, como la que us¨® en la segunda parte de su recorrido, en un desaf¨ªo organizado por la compa?¨ªa Discovery y retransmitido a 220 pa¨ªses. En Espa?a se vio en Discovery Max..
Nik tampoco ha ca¨ªdo de la cuerda nunca, ni siquiera durante los ensayos, y en cambio siete miembros de su familia han muerto tratando de mantener el balance. Entre ellos, su tatarabuelo, Karl Wallenda, quien cay¨® al vac¨ªo en marzo de 1978, a los 73 a?os de edad, cuando intentaba cruzar las torres de un hotel en Puerto Rico. Karl pensaba: esto es mi vida, as¨ª comenz¨® y as¨ª es como quiero que termine. Y aunque Nik procura seguir sus pasos, no planea despedirse del mismo modo. ¡°He logrado muchas cosas para tener 35 a?os y siento que he tenido una vida incre¨ªble y que dentro de diez a?os estar¨¦ retirado de estas grandes caminatas por la cuerda floja...aunque tal vez haga una que otra, en un ambiente normal¡±.
Babelia
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