Caballero Bonald y la escritura desatada e indignada
El premio Cervantes recibe un homenaje por sus 88 a?os y publica 'Anatom¨ªa po¨¦tica'
El ni?o que quer¨ªa ser Flash Gordon y que dio paso al adolescente que so?aba con surcar los mares debi¨® conformarse, 80 a?os despu¨¦s, con una oleada de aplausos y elogios por la aventura de una vida dedicada a la palabra. Se llama Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald. Naci¨® en Jerez de la Frontera, C¨¢diz, hace casi 88 a?os, el 11 de noviembre de 1926; ha obtenido los principales premios espa?oles, incluido el Cervantes en 2012 (la Biblioteca Nacional de Espa?a recibi¨® ayer su cuadro pintado por Hern¨¢n Cort¨¦s Moreno que estar¨¢ en la exposici¨®n Retrato y literatura. Los retratos de los Premios Cervantes en la BNE, a partir del 13 de noviembre); hace 62 a?os public¨® su primer poemario, Las adivinaciones, y acaba de editar el ¨²ltimo libro, Anatom¨ªa po¨¦tica (C¨ªrculo de tiza), con Jos¨¦ Luis Fajardo que ha hecho las ilustraciones. "Son poemas dispuestos como si fueran prosa", seg¨²n el poeta.? El petate de inquietudes, enfados, exigencias ¨¦ticas y realidades convertidos en arte por un ciudadano que cree en la libertad, la dignidad y la literatura.
Escenificado eso en el Instituto Cervantes de Madrid, Caballero Bonald escuchaba en silencio lo que dec¨ªan que era ¨¦l. Lo hicieron Fajardo, el pintor y amigo; V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, el anfitri¨®n ("Un libro que es una poes¨ªa contra los desahucios de la raz¨®n"); Antonio Lucas, el periodista y poeta ("Ha vuelto a lanzar las palabras m¨¢s lejos que la vida"); y Jos¨¦ Mar¨ªa Pozuelo Yvancos, el cr¨ªtico literario ("Un libro de escritura desatada. Un libro indisciplinado y rebelde contra las asambleas de gregarios"); y, dando voz a unos y otros, Juan Cruz, el periodista y escritor. Cinco voces desde cinco esquinas que conformaron y agradecieron el rastro del autor de obras como Campo de Agramante, Descr¨¦dito del h¨¦roe, La noche no tiene paredes, Mar adentro, Manual de infractores, Entreguerras y, su preferido, ?gata ojos de gato, un h¨ªbrido de poes¨ªa y prosa, hace ya 40 a?os.
Esta Anatom¨ªa po¨¦tica es el segundo di¨¢logo entre el escritor y el pintor. Primero en 1986 cuando el poeta coment¨® unas pinturas del artista en Los personajes de Fajardo; y, ahora, por iniciativa de Juan Cruz que un d¨ªa les solt¨® la idea de que se volvieran a juntar. Entonces al poeta se le ocurri¨®, recuerda Cruz en el pr¨®logo, ¡°escribir otros textos donde la ira se encuentra con la ra¨ªz misma del individuo que es, ciudadano abrumado por la hipocres¨ªa de un mundo que no le gusta, que le sume en un 'estado de irritaci¨®n permanente', y a Fajardo le vino a la cabeza toda la fantasmagor¨ªa que habita de suyo en su pintura y que tanto se da la mano con el fuego que est¨¢ en la naturaleza de la poes¨ªa humana de Caballero Bonald¡±.
No existen memorias emparentadas con la p¨¦rdida de la inocencia
Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald
Palabras nuevas, palabras rejuvenecidas, palabras en¨¦rgicas, palabras que dialogan con el lector. Palabras que no dejaron por fuera a Juan Carlos Onetti, su ¡°m¨¢ximo maestro¡±. Por eso Onetti aparece aqu¨ª a trav¨¦s de dos personajes cuya historia palpita en esta obra de Caballero Bonald, donde se muestra una realidad ante ¡°la poderosa atracci¨®n del abismo¡±. La vida como un galimat¨ªas que de cuando en cuando concurre al orden, pero en medio el fracaso que es lo que ¡°junta en una misma franja la experiencia humana: todos estamos marcados por el signo cong¨¦nito de las p¨¦rdidas. Apenas se encuentran ya ant¨ªdotos capaces de sustituir la raz¨®n por la locura. Tampoco puede ya la realidad interceptar la libre ejecutoria de la imaginaci¨®n¡±. De esas sustituciones y de esas presencias recreadas por el escritor jerezano hablaron los invitados. El homenajeado, en silencio. Su voz amable de palabras bien vocalizadas a¨²n no se escuchaba. Pero sus palabras escritas ya estaban ah¨ª y ped¨ªan, a lo Onetti, un dejemos hablar a Caballero Bonald:
La alegr¨ªa est¨¢ hecha de un material maleable y el menor roce con la intemperie la desfigura?
Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald
De la memoria: ¡°No existen memorias emparentadas con la p¨¦rdida de la inocencia¡±.
De utop¨ªas: ¡°Nunca est¨¢ de m¨¢s reiterar que la utop¨ªa es una esperanza consecutivamente diferida, una especie de obstinada promesa que se ha ido demorando en virtud de alguna continuidad argumental no precisamente encomiable¡±.
De la patria: ¡°Patria, palabra triste como term¨®metro o ascensor', dijo un testigo eminente¡±.
De la alegr¨ªa: ¡°La alegr¨ªa est¨¢ hecha de un material maleable y el menor roce con la intemperie la desfigura hasta hacerla irreconocible, o la fragmenta en m¨²ltiples suced¨¢neos emparentados con la barbarie¡±.
De aduladores: ¡°El atributo que mejor define a estos personajes quiz¨¢ sea el de haber contribuido notablemente la proliferaci¨®n del ya nutrido censo de mediocres encumbrados".
Del miedo: ¡°Hay miedos contagiosos, miedos de obligado cumplimiento que ponen en circulaci¨®n los potentados de un turno para controlar las adversidades"
De la realidad: ¡°Nada es ya subalterno: todo retorna una vez m¨¢s a su matriz. No sin ser deformada puede la realidad exhibir sus enigmas¡±.
Realidades que en Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald se hacen literatura. Habl¨® de ellas al final de su homenaje por los 88 a?os y su Anatom¨ªa po¨¦tica. Confes¨® que con los a?os ha tenido la posibilidad de experimentar una nueva noci¨®n de la energ¨ªa: "Cuando me levanto no hablo, pero s¨ª escribo. Y estoy sorprendido y alarmado". Sigui¨® el poeta y narrador hablando de cosas como que la moral y la literatura combinan mal y de los males que asedian a la sociedad, mientras, muy cerca de all¨ª, en la Biblioteca Nacional, ya estaba su retrato para la posteridad.
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