Y se hizo la luz artificial en la joya visig¨®tica de san Pedro de la Nave
La iglesia de San Pedro de la Nave estrena iluminaci¨®n led a los 14 siglos de ser levantada
Cuando la d¨¦bil luz del sol de invierno se apague por la tarde, ser¨¢ posible seguir contemplando los bellos capiteles historiados de Daniel en el foso de los leones y El sacrificio de Isaac tallados en las piedras del interior de la iglesia de San Pedro de la Nave. Con casi catorce siglos de historia en los que solo la ha iluminado el sol, esta cumbre del arte visig¨®tico espa?ol, situada en la localidad zamorana de El Campillo, estrena instalaci¨®n el¨¦ctrica con 13 luminarias de luz led unidas al suelo y que se asemejan a cirios. Estas l¨¢mparas se han disimulado detr¨¢s de las columnas, en las naves laterales y el altar y recrean el recogimiento con que fue erigida esta obra en torno al 673.
"La nueva iluminaci¨®n alumbra, con solo 91 vatios, zonas estrat¨¦gicas del templo de forma tamizada y c¨¢lida", se?ala en una de las naves laterales el arquitecto Jes¨²s Castillo, de la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa la Real, entidad que promueve la recuperaci¨®n del patrimonio art¨ªstico y ha acometido las obras. Adem¨¢s, los cristales de las ventanas se han sustituido por l¨¢minas de alabastro que irradian la luz misteriosa y difusa que hab¨ªa en la antig¨¹edad. "Entonces, se colocaban finas pieles de animal para dejar pasar la claridad pero no la lluvia", a?ade antes de explicar que "en alg¨²n momento hubo instalaci¨®n el¨¦ctrica, pero se retir¨® r¨¢pidamente porque romp¨ªa el ambiente intimista, no quedaba bien".?
La intervenci¨®n en este monumento nacional desde 1912 ha incluido la construcci¨®n a unos metros de un centro para informar a los turistas, que en breve pagar¨¢n un euro por persona para el? mantenimiento del templo. Este nuevo espacio est¨¢ soterrado "porque se ha querido que no rivalice con la iglesia", dice Castillo. El centro de interpretaci¨®n acabar¨¢ con la imagen del vecino abrigado dentro de la iglesia, encargado de abrirla a los visitantes. Desde finales de noviembre, con la inauguraci¨®n, esa persona estar¨¢ en el punto de informaci¨®n, ayudado por paneles y folletos.
"En San Pedro de la Nave nos encontramos con bastantes problemas de humedad, provenientes sobre todo del suelo porque hab¨ªa un encintado de losas de hormig¨®n y piedra enterrado alrededor de la iglesia, lo que imped¨ªa la evaporaci¨®n. Esto se realiz¨® en una rehabilitaci¨®n de 1976 para paliar un problema que al final increment¨®". Adem¨¢s, cuando llov¨ªa, la iglesia era como un embudo. "Ahora hay un nuevo drenaje bajo el terreno que recoge y desv¨ªa el agua".
Las humedades tambi¨¦n se notaban en el techo: "Las vacas pod¨ªan pastar en el tejado, hab¨ªa una cuarta de hierba", cuenta Braulio Prieto Mac¨ªas, alcalde de El Campillo, pueblo a 20 kil¨®metros de Zamora y en el que viven unas 40 personas. "En las cubiertas se generaba condensaci¨®n, as¨ª que se han hecho unas nuevas, ventiladas, que dejan circular el aire", agrega Castillo. En el interior se han instalado ocho sensores para vigilar la temperatura y la humedad.
La Junta de Castilla y Le¨®n ha pagado dos tercios de los 600.000 euros que ha costado este proyecto, el resto lo ha aportado la Fundaci¨®n Iberdrola, mientras que la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa la Real ha puesto la tecnolog¨ªa para remozar un monumento conocido fuera de Espa?a, como bien sabe su p¨¢rroco, Luis Santamar¨ªa. "Vienen de otros pa¨ªses, por ejemplo EE UU, para celebrar misas y peregrinaciones, y en dos ocasiones han acudido parroquias de Rusia. Para ellos es especial porque es un templo anterior a la separaci¨®n entre ortodoxos y el resto de cat¨®licos".
"Las vacas pod¨ªan pastar en el tejado, hab¨ªa una cuarta de hierba por la humedad", dice el alcalde de El Campillo
Es f¨¢cil imaginar que esta iglesia que ahora ve la luz ha vivido de todo. Castillo rememora que se levant¨® gracias a un noble, pero la construcci¨®n se par¨® por unos litigios de este con el rey visigodo Wamba, que llev¨® la corona entre 672 y 680. Fueron los herederos de aquel personaje ilustre quienes reanudaron los trabajos trayendo maestros de Toledo. "Por eso se aprecian dos estilos y hay influencia bizantina", apunta Castillo. Aunque en el siglo X se vino abajo, quiz¨¢s el momento m¨¢s delicado lleg¨® a mediados de los a?os veinte del pasado siglo, cuando la entonces compa?¨ªa Saltos del Duero proyect¨® una presa en el r¨ªo Esla. Era necesario anegar varios peque?os pueblos, entre ellos San Pedro de la Nave, donde estaba el templo. Tras un intenso debate entre pol¨ªticos e ingenieros sobre qu¨¦ hacer con la iglesia, el Ministerio de Instrucci¨®n P¨²blica y Bellas Artes oblig¨® a la hidroel¨¦ctrica, mediante un real decreto en 1926, a costear el traslado piedra a piedra del monumento a su nuevo hogar, a¨²n por decidir.
El Archivo Hist¨®rico de Iberdrola ¡ªsucesora de Saltos del Duero¡ª atesora en su sede de Muelas del Pan (Zamora) un entretenid¨ªsimo informe titulado Edificios urbanos que se inundan, del 1 de marzo de 1930 ¡ªmeses antes del traslado¡ª, escrito por Vicente Machimbarrena, ingeniero de Caminos de la compa?¨ªa. "Machimbarrena cuenta que entre las diversas opciones se pens¨® incluso en transportar la iglesia en una balsa gigantesca por el r¨ªo hasta su definitiva ubicaci¨®n. Llegaron a calcular el peso del edificio, unas 300 toneladas", explica la directora del archivo, Yolanda Diego Mart¨ªn. Al final, el empe?o del director general de Bellas Artes, Manuel G¨®mez Moreno, y el buen hacer del arquitecto del Tesoro Art¨ªstico Nacional, Alejandro Ferrant, consiguieron trasplantar la iglesia sana y salva un par de kil¨®metros, hasta El Campillo.
Cae la noche y un peque?o mando a distancia apaga las nuevas luminarias. Ma?ana da igual que luzca el sol o pintee con un cielo oscuro. La luz artificial permitir¨¢ disfrutar del ornamento interior: cruces, flores, c¨ªrculos, aves que picotean racimos, un calendario... Y hasta un alquerque?¡ªun juego parecido a las tres en raya¡ª que grabaron en la piedra los artistas de San Pedro de la Nave.
Un traslado piedra a piedra en carros
El reto de trasladar en 1930 piedra a piedra San Pedro de la Nave por la construcci¨®n de una presa suscit¨® pol¨¦mica debido a las dudas de que se llegase a buen puerto. Testimonio de aquella haza?a son las cartas que se cruzaron el director general de Bellas Artes, Manuel G¨®mez Moreno, defensor de que el templo no acabara bajo las aguas del embalse, y el ingeniero jefe de obras de Saltos del Duero, Ricardo Rubio. "Le agradecer¨ªa que diese ¨®rdenes para que unos obreros hagan zanjas a todo el rededor de la iglesia [¡] hasta descubrir el cimiento del edificio", le pide G¨®mez el 31 de julio de 1930. El 13 de agosto Rubio le dice: "De medios de transporte no hemos decidido nada hasta conocer la nueva ubicaci¨®n [¡]. Es f¨¢cil ponerlo en condiciones de buen tr¨¢nsito para carros, los cuales convenientemente almohadillados quedar¨¢n en condiciones de transportar los materiales sin que reciban da?o". El 27 de ese mes, Rubio escribe que "el edificio est¨¢ en condiciones de que se comience a desmontar".
Sin embargo, las obras se retrasan, a tenor de una carta manuscrita de G¨®mez de principios de octubre: "Estoy muy disgustado [¡] apenas se adelanta, las ¨®rdenes no se cursan ni las promesas se cumplen. Estamos en oto?o y puede de un d¨ªa a otro hacerse imposible la permanencia all¨ª. Entonces habr¨ªa que dejarlo para el verano siguiente". Las quejas surten efecto y a finales de mes Rubio le informa: "Se ha desmontado una tercera parte del edificio [¡] puede confiarse en que la obra estar¨¢ terminada antes de finalizar el verano pr¨®ximo".
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