Manchas en el cuadro
La inocencia fue lo primero que perdimos los veintea?eros que nos encontr¨¢bamos del lado desventajoso del Muro. Por fin podr¨ªamos so?ar en voz alta. Pero cuando los sue?os se transformaron en luchas reales no est¨¢bamos preparados. Una cosa es imaginar, otra es vivir la imaginaci¨®n.
Los 45 a?os de estar separados por un muro real y miles invisibles hab¨ªan creado un abismo cultural. Nos sentimos acomplejados y menospreciados en aquel nuevo mundo. Busc¨¢bamos una realizaci¨®n y una riqueza que consider¨¢bamos natural para los otros. Pens¨¢bamos que nos pertenec¨ªan. Pero ¨¦ramos unas manchas que sobraban en un cuadro ya terminado antes de nuestra llegada. Nos volvimos una generaci¨®n arrancada: sin una nueva tierra compatible en donde plantarse.
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