Mu?oz Molina, libre de pudor
El novelista explora en su intimidad mientras narra la huida del asesino de Luther King en Lisboa. ¡°He aprendido que se puede escribir con franqueza de la propia vida¡±
"Pocas veces me he visto tan arrastrado por una historia¡±, dice Antonio Mu?oz Molina (?beda, Ja¨¦n, 1956) en su casa de Madrid. ¡°Ha sido un a?o de intensidad¡±. El a?o es lo que ha tardado en escribir su nuevo libro, Como la sombra que se va (Seix Barral), que se publica el martes que viene. La historia es, resumiendo mucho, esta: 4 de abril de 1968. James Earl Ray, de 40 a?os, asesina en Memphis a Martin Luther King y huye. Entre el 8 y el 17 de mayo se esconde en Lisboa, donde trata de hacerse con un visado para Angola, para Rodesia, para donde sea.
Diciembre de 2012. Mu?oz Molina espera en un caf¨¦ del Chiado a su hijo, que vive en la capital portuguesa. El muchacho cumple 26 a?os y el padre recuerda las dos noches que ¨¦l mismo pas¨® solo en la ciudad en enero de 1987, cuando el ni?o ten¨ªa un mes. Sobreponi¨¦ndose a la mala conciencia de dejar atr¨¢s a la familia, iba buscando inspiraci¨®n para una novela que empez¨® llam¨¢ndose El invierno en Florencia y termin¨® siendo El invierno en Lisboa. Galardonado con el Premio de la Cr¨ªtica y el Nacional de Literatura, fue el libro que cambi¨® la vida a su autor, que por entonces era un funcionario raso del Ayuntamiento de Granada dividido entre la vocaci¨®n literaria y las ataduras dom¨¦sticas, y hoy es acad¨¦mico de la RAE y premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras. El catedr¨¢tico de historia contempor¨¢nea Justo Serna acaba de dedicar un libro a su obra: Antonio Mu?oz Molina. El tiempo en nuestras manos (F¨®rcola).
Octubre de 2013. Mu?oz Molina y Elvira Lindo, su segunda esposa, pasan un mes en Lisboa. ?l va a trabajar en una novela de la que lleva escritas 120 p¨¢ginas y que nada tiene que ver con todo lo anterior. Sin embargo, cuando se pone a ello, la memoria y la imaginaci¨®n se desatan. La obsesi¨®n por Ray ¡ªpisar las calles que pis¨®, leer las novelas baratas que ley¨®, fatigar los archivos del FBI¡ª se cruza con su propio pasado y se lanza a escribir. El resultado es una absorbente reconstrucci¨®n de los d¨ªas del asesino en Lisboa y, paralelamente, el descarnado examen de conciencia de un autor que habla crudamente del hombre que era hace casi tres d¨¦cadas: un ¡°adolescente tard¨ªo¡±, un novelista que ¡°tocaba de o¨ªdo¡±. Elvira Lindo ¡ªcuya presencia atraviesa todo el relato¡ª fotografi¨® durante meses los escenarios de esa escritura. Algunas de sus instant¨¢neas, comentadas por ella misma, forman ahora parte del volumen Memphis-Lisboa, publicado por Oficio Ediciones.
PREGUNTA.??Cuenta con que el lector puede sentir empat¨ªa con el asesino? Aislado y perseguido, a veces uno casi desea que se vaya a Rodesia y lo dejen tranquilo.
RESPUESTA.?Eso no se calcula. Cuando eliges escribir sobre un personaje as¨ª es porque hay algo que te atrae, claro, aunque sea algo no s¨¦ si morboso. Existe ese dicho franc¨¦s de ¡°tout comprendre c¡¯est tout pardonner¡±, y aunque no es exactamente as¨ª, t¨² quieres comprender. Sobre todo cuando se trata de gente de la que tienes mucha informaci¨®n, pero de la que te falta la informaci¨®n fundamental. Porque Ray nunca confes¨®. Los testimonios que hay sobre su racismo vienen de terceros. Si te acercas mucho a una vida ves que es muy compleja y que no puede resumirse en una caricatura. Sientes un profundo rechazo a lo que hizo, pero si comparas la infancia de este hombre con la de Martin Luther King, la de King es bastante mejor. La novela como arte tiene la pasi¨®n por mostrar, quiere mostrarlo todo desde todos los puntos de vista.
P.?Hay quien piensa que comprender es justificar.
R.?Yo creo que no. Tenemos el instinto de querer comprender lo que sucede en la mente de los dem¨¢s. Es uno de nuestros rasgos fundamentales como especie, pero eso no puede llevarte al relativismo de decir: sufri¨® tanto...
P.?Visto tan de cerca, el asesino es un tipo mani¨¢tico pero educado. Tambi¨¦n Martin Luther King era normal. El malo no es el demonio y el bueno no es un ¨¢ngel.
R.?El bueno es una persona extraordinaria que se ha visto llevado por las circunstancias. Y eso lo hace m¨¢s interesante. Lo curioso de King es que se convirti¨® en un h¨¦roe porque lo mataron. En 1968 estaba siendo muy contestado. En esos meses es un hombre cansado y asediado. Por la izquierda, por los Panteras Negras; por el lado m¨¢s templado, debido a su evoluci¨®n hacia la reivindicaci¨®n de la justicia social ¡ªno solo de los derechos civiles¡ª y contra la guerra de Vietnam. Para unos es un burgu¨¦s traidor; para otros, un extremista peligroso.
P.??Al escribir pensaba en un hipot¨¦tico lector americano? Martin Luther King no significa lo mismo para un europeo que para un estadounidense.
R.?Es un ejercicio mental complejo. Por una parte, no puedes escribir pensando en un tipo determinado de lector porque el proceso de escribir tiene que ser soberano. Por otra, es inevitable. Ya me pas¨® con La noche de los tiempos. Ten¨ªa que escribir pensando que hab¨ªa lectores que necesitaban m¨¢s informaci¨®n que otros. Ten¨ªas que tener esa astucia en la cabeza, pero eso no pod¨ªa llevarte a simplificaciones pedag¨®gicas. Hay una cosa que he aprendido y es que el lector de literatura se parece mucho universalmente. Dejando aparte el grado de informaci¨®n que se tenga, el lector es bastante homog¨¦neo. Uno alem¨¢n se parece bastante a uno espa?ol o ingl¨¦s. El texto final lo somet¨ª a un lector cualificado americano para evitar meter la pata en cosas que son mucho m¨¢s delicadas para un americano que para un espa?ol. Cuestiones raciales, por ejemplo. Nosotros somos mucho m¨¢s laxos.
P.??Y hab¨ªa acertado con el tono?
R.?En algunos casos se me hab¨ªa ido un poco la mano. Aqu¨ª todo el mundo se r¨ªe de la correcci¨®n pol¨ªtica, pero en sitios donde la gente conserva la memoria de la discriminaci¨®n hay que ser m¨¢s cuidadoso.
P.?Otra de las precauciones que toma es usar iniciales para un personaje, la prostituta que conoce a Ray.
R.?Esta mujer fue prostituta y muy probablemente todav¨ªa vive. Te mueves en la tensi¨®n entre contar con naturalidad y no invadir la vida de otros.
P.?Las iniciales son un recurso de la no ficci¨®n, pero usted habla de novela. Todos los personajes son reales, ?por qu¨¦ no es un libro de no ficci¨®n?
"Ficci¨®n no es solo inventar, ficci¨®n es organizar de una cierta manera. Muchos rasgos que se dice que son de la novela de ahora han estado ah¨ª desde el Quijote"
R.Pues no lo s¨¦. De lo que estoy seguro es de que cualquier elemento de ficci¨®n colocado en un texto lo convierte todo en ficci¨®n. ?Por qu¨¦ esto es ficci¨®n? Porque me atrevo a hablar desde el interior de la conciencia de los personajes. Lo que cuento est¨¢ muy contrastado, pero no s¨¦ si estaban pensando lo que yo digo que estaban pensando. ?Y sabes lo que es m¨¢s ficci¨®n? El todo. Ficci¨®n no es solo inventar, ficci¨®n es organizar de una cierta manera. Muchos rasgos que se dice que son de la novela de ahora han estado ah¨ª desde el Quijote. El l¨ªmite borroso entre lo inventado y lo no inventado, por ejemplo. El Lazarillo se presenta como una autobiograf¨ªa. Paco Rico lo dice siempre: el Lazarillo no es an¨®nimo, es ap¨®crifo. Esa es una intuici¨®n admirable.
P.?Quiz¨¢ se piensa en la novela del XIX.
R.?Cuando se habla de la novela del XIX me quedo estupefacto. Hay tantas novelas distintas en el siglo XIX, tan radicalmente experimentales en muchos casos. Oyes eso y te imaginas una novela robot, convencional, costumbrista. ?D¨®nde est¨¢ esa novela? Porque La educaci¨®n sentimental no es as¨ª.
P.?Tal vez novela es lo que leemos como novela. Su libro cambia si el lector sabe mucho de Martin Luther King o de usted.
R.?En el mundo anglosaj¨®n est¨¢ m¨¢s claro porque se presta mucha m¨¢s atenci¨®n a la veracidad comprobable de los hechos. Hay un pacto. La no ficci¨®n tiene muy limitada su libertad. Tienes libertades formales, pero no con los hechos.
P.??Y no sucede que el autor quiere que lean su libro como novela porque el lector le da m¨¢s valor? En la presentaci¨®n de Lo que me queda por vivir, usted record¨® haberle dicho a Elvira Lindo que no hablara de los cap¨ªtulos como de cuentos porque la gente lo iba a valorar menos.
R.?Es que somos as¨ª de simples, sobre todo en un pa¨ªs como el nuestro en el que todo el mundo est¨¢ buscando siempre motivos para no leer. La gente dice: ¡°?Cuentos? No me interesa¡±. ?C¨®mo puedes, hablando de literatura, decir ¡°no me interesa¡±?
P.?Para mucha gente no es lo mismo una novela de Mu?oz Molina que un libro sobre el asesino de Martin Luther King.
R.?Claro. En Espa?a hay mucho menos respeto a la no ficci¨®n porque parece que no es literatura. Tenemos muy enraizado que en el fondo lo que es literatura es la novela. Parece que la no ficci¨®n tiene siempre una categor¨ªa menor. Eso en un pa¨ªs en el que han escrito Josep Pla y Chaves Nogales.
P.?El libro tiene mucho de examen de conciencia cuando habla de 1987. Queda usted bastante mal en su autorretrato. ¡°Ahora es cuando siento verg¨¹enza¡±, llega a decir.
R.?Es que es as¨ª. La novela surgi¨® de esa contraposici¨®n repentina. Me dije: estuve aqu¨ª hace muchos a?os, en un viaje medio furtivo con este ni?o, que ahora tiene 26 a?os, reci¨¦n nacido. Al principio eso iba a tener un sentido estrictamente literario: ver c¨®mo cambia la idea que uno tiene sobre la ficci¨®n. Pero empiezo a escribir y me acuerdo del d¨ªa en que naci¨® mi hijo y del disco que estaba escuchando en ese momento. Eso desat¨® algo que yo no ten¨ªa previsto y me puse a explorar por ah¨ª, con mucho desconcierto. No quer¨ªa hacer un juego metaliterario. Fue saliendo esa parte y muchas veces era dif¨ªcil, pero si quieres ser honrado hay cosas que tienes que contar. Para que tenga sentido la construcci¨®n total.
P.??No es arriesgar mucho?
R.?No. Una de las cosas que he aprendido en Estados Unidos es que se puede escribir con franqueza sobre la propia vida, y que ese ejercicio puede ser valioso. Nosotros somos muy pudibundos. Lo que yo he contado en comparaci¨®n con las memorias de un americano o de un ingl¨¦s... No es que ellos sean desvergonzados, es que tienen una integridad y esa idea de que las cosas tienen que ser contadas. Eso me ha alentado mucho. En un cap¨ªtulo cuento que de repente me suceden cosas que no me hubieran sucedido si no hubiera escrito El invierno en Lisboa y que cambian mi vida. Ya alguna vez hab¨ªa contado que hab¨ªa visitado a Onetti, pero es que no solo hab¨ªa visitado a Onetti, es que la noche antes hab¨ªa tenido un deslumbramiento amoroso. T¨² cuentas lo de Onetti y est¨¢s en un territorio seguro, porque es literario, pero las personas no somos solo literatura. ?Que eso tiene ciertos riesgos? Tiene un riesgo literario no ya por c¨®mo ser¨¢ juzgado, sino porque puede no sostenerse.
P.?Y personal, ?no? Uno va leyendo y se pregunta: ?qu¨¦ pensar¨¢n sus hijos?
R.?Eso tambi¨¦n est¨¢ muy medido. Ah¨ª es donde tienes que tener m¨¢s cuidado. Lo que no voy a hacer es arriesgarme a hacer da?o a las personas que m¨¢s quiero. Pero tambi¨¦n las personas adultas tienen que enfrentarse a las cosas. Qu¨¦ le vamos a hacer, hemos sido as¨ª. Somos as¨ª.
P.?Del autor de El invierno en Lisboa dice que ¡°escrib¨ªa de o¨ªdas¡±.
R.?No creo que una verdad contada honradamente haga da?o. Queda da?ada una visi¨®n edulcorada y rom¨¢ntica del escritor, pero no tenemos ninguna necesidad de ella.
P.??Y ahora c¨®mo toca? ?Se aprende a tocar?
R.?Aprendes a considerar cada cosa que pones con mucho m¨¢s cuidado, aprendes una especie de integridad.
P.??Ha rele¨ªdo El invierno en Lisboa?
R.?No way. La le¨ª por ¨²ltima vez por obligaci¨®n har¨¢ como 15 o 16 a?os, para revisar una traducci¨®n. No puedes arreglar un libro como no puedes arreglar el pasado.
P.??Y qu¨¦ impresi¨®n le dio hace 15 a?os?
R.?[Sonr¨ªe. Silencio] No s¨¦¡ Hab¨ªa demasiado humo. En muchos sentidos.
P.?Es curioso releer las cr¨®nicas de 1987: la presentaci¨®n del libro en un bar, la expectaci¨®n despu¨¦s del ¨¦xito de Beatus Ille¡
R.?Un ¨¦xito muy relativo, retrospectivo sobre todo.
P.?Bueno, publicar en Seix Barral despu¨¦s de pagarse usted la edici¨®n de su primer libro¡
"No he vuelto a leer 'El invierno en Lisboa'. No puedes arreglar un libro como no puedes arreglar el pasado"
R.?Es un salto tremendo, s¨ª. En esa ¨¦poca hubo una serie de ¨¦xitos repentinos de libros literarios de gente desconocida. Hab¨ªa empezado con El misterio de la cripta embrujada. Mendoza hab¨ªa publicado antes el Savolta, pero su ¨¦xito vino con La cripta. Aparecieron Ferrero, Llamazares, Mar¨ªas lleg¨® a m¨¢s lectores, Soledad Pu¨¦rtolas, Mart¨ªnez de Pis¨®n, Garc¨ªa S¨¢nchez¡Cuando publiqu¨¦ El invierno en Lisboa pas¨¦ por Madrid y fui a la Feria del Libro con la ilusi¨®n de ver mi novela. No estaba. De pronto la gente empez¨® a leerla. Luego dicen que todo est¨¢ planificado. Hab¨ªa escritores, pero lo que empezaba a haber era un p¨²blico. Los escritores creaban el p¨²blico al hacer la novela.
P.?En una entrevista de aquel a?o, dice que la narrativa joven era un invento.
R.??Sabes lo que era un invento? Esa impaciencia por crear caracteres comunes. Me llamaba la atenci¨®n que se insistiera tanto en que ¨¦ramos j¨®venes. ?Qu¨¦ m¨¦rito tiene serlo? Yo pensaba en la edad a la que se hab¨ªan escrito grandes libros. Entonces El gran Gatsby tambi¨¦n es narrativa joven.
P.?El invierno en Lisboa gan¨® el Premio Nacional de Literatura. Luego volvi¨® a ganarlo El jinete polaco. ?Qu¨¦ piensa de los que est¨¢n renunciando a esos premios?
R.?Que todo el mundo tiene que hacer aquello que en conciencia cree que tiene que hacer, pero tambi¨¦n pienso que los gestos de uno tienen que ser coherentes. Pensemos en Jordi Savall. El jurado del Premio Nacional de M¨²sica es gente de primera fila, y algunos se sintieron muy ofendidos. Si t¨² recibes el Premio de la Generalitat y lo agradeces y, a continuaci¨®n, recibes el Nacional y dices que no, ?qu¨¦ pasa? ?Que la Generalitat tiene una gran pol¨ªtica cultural, que no tiene recortes? Hay que protestar contra la pol¨ªtica de este Gobierno, que es brutal y destructiva, parecida a la de otros Gobiernos y no solo centrales. Pero ?y si recibes el premio y lo donas? Adem¨¢s, uno puede, honradamente, necesitar el dinero. A lo mejor a mucha gente, tal y como est¨¢n los trabajos art¨ªsticos, el premio le resuelve una parte de la vida. Eso es muy respetable. Cuando yo gan¨¦ el Planeta me preguntaban en qu¨¦ vas a gastar el dinero. Pensaba: ?por qu¨¦ no se lo preguntan a los arquitectos? Como te dedicas a estos trabajos parece que tienes que vivir miserablemente.
"La renuncia de Jordi Savall al Premio Nacional de M¨²sica ha ofendido a algunos miembros del jurado, gente de primera fila"
P.??Le cambi¨® m¨¢s la vida el Premio Nacional o el Planeta?
R.?El Nacional, vamos, el ¨¦xito comercial que desat¨®, porque me permiti¨® algo a lo que aspiran las personas honradamente: a mejorar de posici¨®n y a tener una temporada de desahogo. Eran dos millones y medio de pesetas, pero si trabajas de auxiliar administrativo y ganas 60.000 pesetas al mes¡
P.?Cuando el a?o pasado public¨® Todo lo que era s¨®lido hubo quien dijo que su cr¨ªtica a la degradaci¨®n de la vida p¨²blica quedaba algo desautorizada porque hab¨ªa ganado un premio tan rodeado de sospechas como el Planeta.
R.?Mira, yo hice una novela bastante poco comercial, me present¨¦ a un premio porque en ese momento, por razones biogr¨¢ficas, me ven¨ªa bien poder tener un poco de holgura econ¨®mica, lo gan¨¦ y, a lo largo de los a?os, de sobra he cubierto el adelanto que me pagaron.
P.??No se la encargaron? Suele decirse que por pol¨ªtica editorial y de promoci¨®n...
R.?Es un premio comercial, claro que s¨ª. Yo no s¨¦ en otros casos, en el m¨ªo no tengo nada que disimular. Cuando gan¨¦ ese premio hubo gente a la que yo ten¨ªa afecto que incluso me neg¨® el saludo. Luego, curiosamente, alguno de ellos se present¨® y lo gan¨®. Yo dec¨ªa: ¡°Esperad a leer la novela¡±.
P.?Pero no es un premio cualquiera. Se presentan 500 personas y se le supone una buena fe que est¨¢ muy en entredicho.
R.?S¨ª, pero imag¨ªnate una novela como El jinete polaco las posibilidades que tiene de ser una novela de encargo.
P.?En Todo lo que era s¨®lido planteaba la necesidad de una rebeli¨®n c¨ªvica. ?Se ha producido?
R.?Creo que se est¨¢ produciendo. Lo que m¨¢s esperanza me da es que la corrupci¨®n ya no es impune.
P.??Y el 15M y Podemos? Al leer rebeli¨®n tiende a pensarse en ellos, no en los jueces que hacen su trabajo.
R.?Es que eso era lo que yo dec¨ªa, que cada uno hiciera lo que ten¨ªa que hacer. Esa es la parte que me interesa. Me parece cansino que se hable siempre de lo mismo. Hay aspectos de la realidad sobre los que nunca se dice nada: la educaci¨®n, el medio ambiente¡Hay una inflaci¨®n verbal a la que no quiero sumarme.
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