La ruina de Oscar Wilde
Denis Rafter lleva a escena en el Teatro Espa?ol un mon¨®logo sobre los tr¨¢gicos ¨²ltimos a?os del autor de ¡®El retrato de Dorian Gray¡¯
Nada fue lo mismo para ¨¦l. No se recuper¨® nunca. Fue su final. Los dos a?os de trabajos forzados en la c¨¢rcel que sufri¨® Oscar Wilde fueron su ruina. Se qued¨® sin amigos, sin dinero y nunca m¨¢s le dejaron volver a ver a sus dos hijos. Ten¨ªa 46 a?os cuando sali¨® de la prisi¨®n de Reading y solo sobrevivi¨® tres a?os m¨¢s. Muri¨® abandonado e incomprendido un 30 de noviembre de 1900 en el hotel Alsace de Par¨ªs. Denis Rafter, actor y director irland¨¦s, ve al autor de El retrato de Dorian Gray como un h¨¦roe griego. ¡°Es un gran hombre al que una debilidad le lleva al fracaso¡±, explica Rafter, que ayer estren¨® en el Teatro Espa?ol, de Madrid, en la sala peque?a, Beloved Sinner, un mon¨®logo sobre los ¨²ltimos a?os de Wilde, en un montaje basado en los propios textos que escribi¨® el autor de Salom¨¦, La importancia de llamarse Ernesto o la celebrada carta De Profundis.
En un escenario en el que impera la sensaci¨®n de frialdad y recuerda a un parque parisino, mesas redondas y peque?as, pero con hojas de ¨¢rboles oto?ales recogidas en Madrid, Rafter, de 72 a?os, conversa con el p¨²blico a lo largo de una hora y casi veinte minutos, frente a una copa de absenta. Lo hace en ingl¨¦s, con sobret¨ªtulos en espa?ol. Es la confesi¨®n sin freno de un hombre que dijo de s¨ª mismo que era ¡°brillante, fant¨¢stico e irresponsable¡±, pero que tuvo que ocultarse bajo otro nombre ¡ªSebastian Melmoth¡ª para poder hacer frente al esc¨¢ndalo que provoc¨® en la estricta sociedad victoriana su homosexualidad y ese c¨ªrculo de vicio a su alrededor por el que fue condenado. ¡°Siempre voy perdiendo dinero, perdiendo amigos, perdiendo la inspiraci¨®n, perdiendo el aliento y perdiendo la vida.... O quiz¨¢s es la vida la que me pierde a m¨ª¡±, susurra triste Rafter-Wilde, con elegante abrigo negro, cuello de piel, y un sombrero que deja sobre la mesa.
¡°Muri¨® en Par¨ªs, m¨¢s que en la pobreza, en el desprecio¡±
¡°Hace unos treinta a?os ya hice un mon¨®logo enfocado a la comedia de Oscar Wilde. Ahora, con la experiencia de mi vida, sobre la reflexi¨®n que simboliza el fracaso y el ¨¦xito, he querido ofrecer el aspecto m¨¢s humano de un hombre que lucha entre el bien y mal, como todos nosotros. He aprendido a enfrentarme a m¨ª mismo a trav¨¦s de Wilde¡±, dice Denis Rafter, un dramaturgo afincado en Espa?a desde hace muchos a?os. ¡°La condena para ¨¦l fue un castigo incre¨ªble porque la aristocracia de Inglaterra viv¨ªa en los mismos c¨ªrculos viciosos que ¨¦l. Sin embargo, ¨¦l acept¨® su culpabilidad con tremenda dignidad, algo que es muy meritorio por su parte. Muri¨® en Par¨ªs , m¨¢s que en la pobreza en el desprecio, considerado como un lastre para la sociedad. Un malo es el que comete algo malo y no se arrepiente. Este no es el caso de Oscar Wilde que fue un pecador arrepentido, amable, toda una contradicci¨®n¡±, a?ade Rafter, que se confiesa admirador de los santos-pecadores, como ¡°San Ignacio, San Francisco o San Agust¨ªn¡±. ¡°Creo que el hombre es una mezcla de santo y pecador¡±.
¡ª?Fue Wilde un imcomprendido?
¡°?l acept¨® su culpabilidad con tremenda dignidad, algo muy meritorio¡±
¡ªTodos los genios son incomprendidos en la ¨¦poca que les toca vivir. He reflexionado mucho sobre el sufrimiento que padecieron grandes nombres de la historia de la literatura o el arte y que a?os m¨¢s tarde gozan de admiraci¨®n. Wilde fue uno de ellos, pero tambi¨¦n S¨®crates o Alejandro el Grande, o incluso el mismo Shakespeare, que no conoci¨® la fama que tiene ahora.
Y mientras bebe sin parar absenta ¡ª¡±La absenta te destruye. Yo ya he destruido mi familia, mi vida, mi genio y, ahora, finalmente, estoy destruyendo mi mente y mi cuerpo¡±¡ª Wilde habla de la p¨¦rdida de la inocencia, de la fatalidad de la vida, del juicio en el que fue condenado, de las profec¨ªas de su propio desastre ya contenidas en El retrato de Dorian Gray y hasta del suicidio por la verg¨¹enza provocada en su familia. ¡°He tenido grandes ¨¦xitos. He conocido grandes fracasos. He aprendido el valor de ambos. Y ahora s¨¦ que el fracaso significa m¨¢s... siempre debe significar m¨¢s que el ¨¦xito. ?Porqu¨¦ habr¨ªa pues de lamentarme?¡±. As¨ª finaliza este grito amargo de un hombre cuyo nombre completo Oscar Final O'Flaherty Wills Wilde, tiene, recuerda divertido, dos oes, dos efes y dos uves dobles.
Babelia
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