El deseo insaciable
Honor¨¦ de Balzac escrib¨ªa sin detenerse 15 y 18 horas diarias para pagar a sus acreedores
Piel de Zapa es la obra que sella el ¨¦xito de Balzac. La novela fue elogiada incluso por Goethe en sus ¨²ltimos d¨ªas. En la obra un joven recibe un trozo de piel de zapa que tiene poderes m¨¢gicos y que cumple cada uno de sus deseos. Sin embargo, con cada deseo concedido, la piel se encoge y consume parte de la energ¨ªa vital de su propietario. El ¨¦xito literario lleva a Balzac a recibir grandes sumas de dinero en esos a?os, pero lejos de satisfacerse, sus deseos de riqueza lo empujan, como al protagonista de Las ilusiones perdidas, a aventurarse en pintorescos negocios que lo conducen a la ruina y a amor¨ªos rocambolescos con damas de la nobleza que no cesaron ni cuando por fin pudo a?adir la codiciada part¨ªcula ¡°de¡± a su apellido. Para compensar la falta de pompa a la que aspiraba, escrib¨ªa en las paredes, de las habitaciones desprovistas de muebles, lo que anhelaba tener y que seg¨²n ¨¦l comprar¨ªa cuando por fin se enriqueciera. En un muro ten¨ªa escrito con carb¨®n: ¡°Cuadro de Rafael¡±, en otra ¡°Tapiz de Gobelinos¡±, en otra ¡°Espejo de Veneciano¡±, en otra ¡°Biombo de palisandro¡±. Su enso?aciones llegaron incluso a los libros que premeditaba escribir pues esa obra admirable por extensa, no le era suficiente. De todos ellos ten¨ªa las maquetas, eran libros encuadernados con las p¨¢ginas en blanco en cuyo lomo y cuya portada aparec¨ªa el t¨ªtulo de la obra y su nombre en letras doradas.
Obligado a escribir sin detenerse durante 15 y 18 horas diarias para pagar a sus acreedores fue constituyendo, en ese entorno de lujo imaginario, una obra colosal que hoy en d¨ªa se considera el inicio de la novela moderna, por la forma de retratar a la sociedad pero tambi¨¦n porque utiliza la experiencia personal para otorgar credibilidad a sus personajes. As¨ª, tanto en La comedia humana como en Las ilusiones perdidas ¡ªen las que retrata con un realismo admirable los excesos burgueses de su ¨¦poca, el arribismo y la constante inconformidad de quienes aspiran al ascenso social¡ª, encontramos a este hombre bul¨ªmico e insaciable que ¨¦l mismo era. No en vano escribi¨® Jules Renard en su diario el 3 de octubre de 1895: ¡°Balzac es aut¨¦ntico al por mayor, al detalle no lo es¡±.
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