¡°Todos los d¨ªas recibo correos con el mismo lamento: ¡®Leemos basura¡±
A sus casi 85 a?os, Harold Bloom sigue siendo un coloso entre los cr¨ªticos
A sus casi 85 a?os, Harold Bloom sigue siendo un coloso entre los cr¨ªticos, a¨²n pleno de la floreciente excentricidad y del genio legendario que lo ha erigido en uno de los pocos eruditos c¨¦lebres de nuestro tiempo. A pesar de su mala salud de hierro, acaba de entregar a sus editores un libro sobre lo sublime en Estados Unidos que se publicar¨¢ en primavera: The Daemon Knows: Literacy, Greatness and the American Sublime (El daimon sabe: alfabetizaci¨®n, grandeza y sublimidad en Estados Unidos) que coincidir¨¢ en Espa?a con la edici¨®n de Poetas y poes¨ªas (P¨¢ginas de Espuma). Est¨¢ enfrascado tambi¨¦n en otro ensayo sobre Shakespeare, tema de uno de sus libros m¨¢s renovadores, Shakespeare, la invenci¨®n de lo humano.
Bloom, ¡°secularista con inclinaciones gn¨®sticas¡±, persiste en el asedio permanente al modo en que la influencia se ejerce en la literatura de imaginaci¨®n, y la idea de que bulle entre el conflicto y la tensi¨®n. Mucho m¨¢s que dispuesto a comentar el estado de la cr¨ªtica literaria actual que su propia obra, recibi¨® a EL PA?S en su hogar en New Haven, Connecticut.
No creo que en la literatura actual haya nada radicalmente nuevo
La presencia de Bloom ha sacudido profundamente las torres de la academia, a pesar de haber cumplido ya su sexag¨¦simo a?o en la Universidad de Yale, en su ¡°departamento de una sola persona¡±. ¡°Dej¨¦ el departamento de Literatura Inglesa y me convert¨ª en profesor Sterling del departamento Bloom en 1976¡±, recuerda. Desde esa atalaya ha levantado una fortaleza en torno a El canon occidental, una de sus obras m¨¢s influyentes, contra los usurpadores de la primac¨ªa est¨¦tica: cr¨ªticos marxistas, feministas, historicistas de nuevo cu?o, todo aquel que lea un poema como documento social o mezcle pol¨ªtica o ideolog¨ªa con la literatura. Denomina ¡°escuela del resentimiento¡± a esta lectura tendenciosa, y a sus practicantes, pues sostiene que la lectura ¡°cuidadosa y escrupulosa, desinteresada¡± es un arte que agoniza.
Bibliograf¨ªa seleccionada
C¨®mo leer y por qu¨¦ (Anagrama, 2000).
El futuro de la imaginaci¨®n (Anagrama, 2002).
El canon occidental: la escuela y los libros de todas las ¨¦pocas (Anagrama, 2005).
Jes¨²s y Yahv¨¦ (Taurus, 2006).
Cuentos y cuentistas. El canon del cuento (P¨¢ginas de Espuma, 2009).
Ensayistas y profetas. El canon del ensayo (P¨¢ginas de Espuma, 2009).
Anatom¨ªa de una influencia (Taurus, 2011).
Jeanne, su esposa, estaba el d¨ªa del encuentro en la cocina y Bloom se sent¨® ante una gran mesa de madera, un tanto quebradizo, con una taza infantil de agua y el andador a su vera.
A la pregunta sobre la erosi¨®n de la lengua en la era de Internet, que redefine a los rese?istas y redactores de bit¨¢coras autodenominados cr¨ªticos, responde: ¡°La mayor¨ªa de los que se llaman a s¨ª mismos poetas s¨®lo son versificadores. Y la mayor¨ªa de los que se llaman a s¨ª mismos cr¨ªticos no lo son de ning¨²n modo, se trata de periodistas, o de ide¨®logos o propagandistas¡±. Bloom cita el doctor Johnson: ¡°Sigue siendo el mayor cr¨ªtico literario de Occidente y mi h¨¦roe: la funci¨®n de la verdadera cr¨ªtica es enaltecer la mera opini¨®n en conocimiento. No me interesa la gente que ostenta una opini¨®n sin conocimiento¡±.
?Y qu¨¦ hace a un verdadero cr¨ªtico? ¡°Un profundo conocimiento de la filolog¨ªa, del griego y del lat¨ªn, del provenzal y del hebreo, adem¨¢s de las lenguas romances, y la historia del idioma ingl¨¦s. La gente ignora estas cosas, y no parecen preocuparles. Le digo a mis alumnos que se a¨ªslen cuando un poema o un pasaje de prosa los encuentre o los enaltezca hasta el conocimiento, y lean en voz alta, canten hasta que lo posean, lo hagan suyo de memoria. Ese es el verdadero conocimiento en el campo de la literatura. La memoria es en verdad la madre de las musas. Nunca he escrito un poema porque no puedo olvidar que yo mismo soy una encarnaci¨®n de la memoria¡±.
Soy un profesor, y estoy muy agotado, pero no voy a retirarme¡±
Las personas parecen estar buscando heraldos de lo nuevo, comisarios del conocimiento verdadero, pero el comercio parece preferir otra cosa, ?estamos viviendo el ocaso de las humanidades, de los peri¨®dicos y las revistas serias? ¡°Todos los d¨ªas recibo correos electr¨®nicos de personas de todo el mundo y su lamento es el mismo: ¡®leemos basura¡±. ?As¨ª que un cr¨ªtico verdadero es una suerte de profeta y acaso asistamos a una inminente edad en que los profetas vuelvan? ¡°Los buenos lectores saben por instinto qui¨¦n es y qui¨¦n no es un cr¨ªtico. Hay millones de personas que me llaman maestro, lo cual es una lecci¨®n de humildad, pero comprendo lo que quieren decir. Para m¨ª la ense?anza, la lectura y la escritura son tres nombres de una sola actividad. Soy un profesor, y estoy muy agotado, pero no voy a retirarme. Bloom se levanta una vez m¨¢s y se excusa, arrastrando los pies por el pasillo en su andador hasta el cuarto de ba?o: "Estoy sometido a di¨¢lisis", dice casi en tono de disculpa. Pregunto sobre el pensamiento m¨¢gico en la literatura: ¡°Es una modalidad distinta de la poes¨ªa, pero es poes¨ªa. Lo m¨¢s pol¨¦mico que he dicho o escrito ofende a los ortodoxos de la fe, ya sean cristianos, musulmanes o jud¨ªos, y es que Yahveh, Jes¨²s y Al¨¢, son personajes literarios. Y por ello la noci¨®n de matar a la gente en nombre de un personaje literario es una obscenidad. Pero lo hacemos, eso es lo que est¨¢ pasando en la actualidad sin cesar en Siria e Irak, en Palestina¡±.
En primavera se publicar¨¢ en Espa?a su libro 'Poes¨ªa y poetas'
Sobre el estado de la literatura dice: ¡°No me parece que en la literatura contempor¨¢nea, ya sea en ingl¨¦s, en Estados Unidos, en espa?ol, catal¨¢n, franc¨¦s, italiano, en las lenguas eslavas, haya nada radicalmente nuevo. No hay grandes poetas como Paul Val¨¦ry, Georg Trakl, Giuseppe Ungaretti y mi predilecto entre los espa?oles, Luis Cernuda, o novelistas como Marcel Proust, James Joyce, Franz Kafka y Beckett, el ¨²ltimo de la gran estirpe. Borges era fascinante, pero no un creador¡±. ?Y qu¨¦ piensa de la obra de Bola?o, con el que mantuvo correspondencia? ¡°Hay algo ah¨ª, ya veremos. Tuvimos nuestras diferencias, aunque dijo que ejerc¨ª influencia sobre ¨¦l. Algunos de los poetas sudamericanos son muy vigorosos, ¨¦se que es incluso mayor que yo, Nicanor Parra. Y Vallejo es un poeta notable. Y, por supuesto, Octavio Paz, un escritor muy vigoroso tanto en prosa como en verso, y un amigo muy querido¡±.
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