Monstruo

Los partidos en el Gobierno son devorados por su discurso cuando eran opositores. Suena a maldici¨®n, pero as¨ª de atravesada es la pol¨ªtica. Desde la oposici¨®n, Rajoy fabric¨® un monstruo con el que atacar a Zapatero a costa de la negociaci¨®n con ETA. Se dirigieron contra la acci¨®n de gobierno los peores calificativos que se escucharon con respecto a la lucha contra el terrorismo en toda la democracia. Se les llam¨® c¨®mplices de los asesinos, se denunci¨® cada excarcelaci¨®n y se moviliz¨® a las v¨ªctimas para aprisionar a un poder que la econom¨ªa tumbar¨ªa de inmediato cuando pint¨® en bastos. Pero ya en el comienzo de su legislatura, Rajoy tuvo que afrontar la excarcelaci¨®n de Bolinaga por raz¨®n de enfermedad y trag¨® su propia medicina.

Logra mantener en la c¨¢rcel a Arnaldo Otegi, en un movimiento err¨®neo de cara al futuro pol¨ªtico vasco, pero el Gobierno no puede interferir del todo en las normas carcelarias, por m¨¢s que presuma de hacerlo cuando est¨¢ en la oposici¨®n. La excarcelaci¨®n de Santi Potros y el acercamiento de presos llegan sin una pedagog¨ªa hecha en tiempos de oposici¨®n, sino despertando a la fiera que se aliment¨® con toda la demagogia disponible. Aviso, pues, para la oposici¨®n que alimenta el sue?o de llegar al poder: m¨¢s vale ser prudente que masticar tus propias pedradas. Para los que no aspiran a llegar de inmediato al poder queda, para ellos s¨ª, una impunidad en la que refocilarse. Adelante.

A ese monstruo fabricado alrededor del terrorismo, que lleg¨® a amenazar la unidad democr¨¢tica contra el asesinato, se ha sumado recientemente la obsesi¨®n por morder a Podemos. No importa que sus miembros hayan carecido de poder ni representaci¨®n; se les prejuzga con una contundencia que es fallida, porque el espectador de los medios solo percibe ganas de da?ar y un desesperado ataque sin excesivo fundamento. Por ah¨ª se equivoc¨® Sergio Mart¨ªn, tantas veces acertado, en su entrevista a Pablo Iglesias y naufragan aquellos periodistas que apuestan a ese n¨²mero la cr¨ªtica a la nueva oposici¨®n.

El l¨ªder de Podemos sabe defenderse de un ataque m¨¢s furioso que razonable y hasta ganar puntos con ¨¦l. Otro es el flanco que desnudar de un partido en oposici¨®n, aunque el verdadero nudismo se alcanza con el poder.