Un eremita en la vor¨¢gine de los Premios Nobel
Patrick Modiano rompe su aislamiento para recoger el galard¨®n literario en Estocolmo
Al fallecer en 1895, ese exc¨¦ntrico llamado Alfred Bernhard Nobel dej¨® a su familia casi sin herencia. Qu¨ªmico, fabricante de armas e inventor de la dinamita, prefiri¨® legar su fortuna a una fundaci¨®n encargada de conceder anualmente una serie de premios al conocimiento. Entre ellos, uno destinado a ¡°la persona que haya producido, en el campo de la literatura, el trabajo m¨¢s destacable en una direcci¨®n ideal¡±. Patrick Modiano responde desde ayer a esa imprecisa definici¨®n. El escritor franc¨¦s recibi¨® el Premio Nobel de Literatura, dotado con 8 millones de coronas suecas (860.000 euros), en una solemne ceremonia celebrada en la Sala de Conciertos de Estocolmo. Se pleg¨® a las tradicionales tres reverencias ¡ªante el rey Carlos Gustavo, la Academia y el p¨²blico¡ª mientras sonaba una frase musical orquestada por trompetas y trombones, antes de seguir observando el vac¨ªo con indudable emoci¨®n.
El escritor conclu¨ªa as¨ª una semana agitada en Estocolmo, que le ha llevado a escapar a su sosegada rutina. Reacio a la exposici¨®n medi¨¢tica y al¨¦rgico a las multitudes, Modiano vive encerrado en su biblioteca, una habitaci¨®n con vistas a un patio arbolado que le sirve de espacio de trabajo, en un apartamento dieciochesco pegado a los Jardines de Luxemburgo. En octubre, cuando supo que le conced¨ªan este premio, Modiano se encontraba paseando por Saint-Germain, donde tiene a Catherine Deneuve y Milan Kundera por vecinos. ¡°Estaba en la calle y segu¨ª caminando¡±, cont¨® horas despu¨¦s, en una rueda de prensa a la que se present¨® con cara de susto. ¡°Por supuesto, todo esto es un poco complicado. Cuando uno escribe, est¨¢ acostumbrado a una especie de soledad¡±.
Siento una aprensi¨®n certera
Patrick Modiano, durante su discuro en Estocolmo
A los 69 a?os, Modiano es conocido en su pa¨ªs por sus balbuceos y frases sistem¨¢ticamente inacabadas, un persistente seseo de inseguridad y alg¨²n que otro tic nervioso, que han llevado a proclamarlo campe¨®n franc¨¦s de la hesitaci¨®n. ¡°No ser¨¢ f¨¢cil para Patrick, porque hay que conversar mucho¡±, hab¨ªa advertido su predecesor J.M.G. Le Cl¨¦zio sobre su paso por Estocolmo. La sobreexposici¨®n a la prensa le preocupaba, pero se ha desenvuelto mucho mejor de lo previsto. El fin de semana pasado, durante la rueda de prensa y el discurso oficial de aceptaci¨®n pronunciado en la Academia Sueca, Modiano triunf¨® con un parlamento de los que hacen historia. ¡°Es la primera vez que debo pronunciar un discurso ante una asamblea numerosa y siento una aprensi¨®n certera. Podr¨ªamos creer que, para un escritor, es natural abandonarse a este ejercicio. Pero un escritor, o por lo menos un novelista, tiene a menudo una relaci¨®n dif¨ªcil con la palabra. En la distinci¨®n escolar entre oral y escrito, est¨¢ m¨¢s a gusto con lo segundo¡±, confes¨®.
¡°Fue un bell¨ªsimo discurso que ley¨® sosegadamente, pese a su timidez patol¨®gica¡±, afirma su editor en Espa?a, Jorge Herralde, que cuenta con 12 t¨ªtulos contratados en Anagrama y ha seguido sus pasos en Estocolmo durante esta semana. ¡°Ha estado radiante de felicidad. Ha venido rodeado de su tribu y existe una gran armon¨ªa entre ellos¡±. Habla de su esposa Dominique Zehrfuss, ilustradora y dise?adora de joyas, y sus dos hijas: Zina, que prepara un documental sobre El Retiro y que acudi¨® a Estocolmo junto a su compa?ero madrile?o, y Marie, cantante de ¨¦xito, que lleg¨® acompa?ada de su pareja, el m¨²sico sueco Peter von Poehl.
Los ganadores
Nobel de F¨ªsica: Isamu Akasaki, Iroshi Amano, Shuji Nakamurapor su invenci¨®n de la luz azul eficiente emisora de diodos.
Nobel de Qu¨ªmica: Eric Betzig, Stefan W. Hell, William E. Moerner por desarrollar la microcospia fluorescente.
Nobel de Medicina: John O'Keefe y May-Britt Moser y Edvar I. Moser por sus hallazgos de c¨¦lulas que constituyen un sistema de posicionamiento en el cerebro.
Nobel de Ciencias Econ¨®micas: Jean Tirole por sus an¨¢lisis sobre mercados.
Nobel de la Paz: Kailash Satyarthi y Malala Yousefzai por su lucha en pro de la educaci¨®n infantil.
El secretario perpetuo de la Academia Sueca, Peter Englund, se mostraba ayer sorprendido por el car¨¢cter afable y voluntarioso del ganador. Dice no haber detectado en ¨¦l ¡°la fobia social¡± de otros distinguidos, como Elfriede Jelinek o J.M. Coetzee. ¡°Me hab¨ªan advertido que iba a ser dif¨ªcil, pero ha estado muy a gusto. Pertenece a una generaci¨®n marcada por el sentido del deber. Siente que uno debe hacer las cosas, le guste o no", afirmaba ayer, a pocas horas de la ceremonia. ¡°Su mujer es quien lo protege. El otro d¨ªa ella me dijo que era su rottweiler¡±.
En su larga bibliograf¨ªa, iniciada con El lugar de la estrella en 1968, Modiano ha desarrollado una obra ambientada en un Par¨ªs envuelto en la nebulosa de la memoria y obsesionada con el trauma (no vivido) de la ocupaci¨®n nazi, que propici¨® el encuentro entre dos progenitores ¡ªjud¨ªo de origen italiano y flamenca¡ª que le abandonaron y a los que no ha vuelto a ver desde los 17 a?os. ¡°Novela tras novela, ha desarrollado una capacidad para usar documentaci¨®n casi no existente ¡ªviejos n¨²meros de tel¨¦fono, direcciones callejeras¡ª y dotar as¨ª al pasado de una vida deslumbrante¡±, proclam¨® ayer el poeta y acad¨¦mico sueco Jesper Svenbro en su discurso para el premio, que justific¨® por ¡°su arte de la memoria¡±.
En esa biblioteca hogare?a, Modiano juraba en 2009 que el Nobel ¡°no significaba nada¡± para ¨¦l, siendo incapaz de razonar en t¨¦rminos de posteridad. ?Cambiar¨¢ este ba?o de masas al erem¨ªtico escritor? ¡°No puede ser indiferente a la avalancha que todo esto representa¡±, opina Herralde. En su ¨²ltima novela, Pour que tu ne te perdes pas dans le quartier, publicada en Francia pocos d¨ªas antes del anuncio del premio, un p¨¢rrafo resulta casi premonitorio. ¡°Ah¨ª fuera, se sent¨ªa m¨¢s despreocupado que los d¨ªas anteriores. Tal vez se equivocaba al sumergirse en ese pasado lejano¡±, escribe sobre su protagonista y alter ego. ¡°Puede que hubiera llegado, gracias a una amnesia voluntaria, a protegerse definitivamente de ese pasado, o que el tiempo hubiera atenuado sus colores y asperidades demasiado vivas¡±.
Babelia
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