El paciente pintor de planos
El director argentino Lisandro Alonso filma en ¡®Jauja¡¯ un viaje por la soledad de la Patagonia y pide ¡°dejarse llevar¡± por las pel¨ªculas sin cuestionarse sus motivos

Se mueve por la curiosidad, por aquello que no sabe si va a funcionar o ya ha sido comprobado antes por otros cineastas. Lo que le causa placer a Lisandro Alonso, quiz¨¢s el director argentino vivo m¨¢s personal y rompedor, es la b¨²squeda de nuevos lenguajes cinematogr¨¢ficos, de diferentes formas de narrar, de plantear interrogantes que ni ¨¦l sabe c¨®mo terminar¨¢n de cerrarse, de mutar de g¨¦neros en la misma pel¨ªcula. No tiene necesidad de demostrar nada a nadie. ¡°Cuanta m¨¢s curiosidad me genera el medio en el que trabajo, m¨¢s me seduce intentar cosas. Hago el cine que quiero y que puedo¡±, explica Alonso (Buenos Aires, 1975), un tipo afable e inteligente, que estrena hoy en Espa?a Jauja.
El experimento con Jauja, su sexto largometraje, ha sido a lo grande. Ha roto con una m¨¢xima hasta ahora en su cinematograf¨ªa, la de trabajar siempre con actores no profesionales, para hacerlo con toda una estrella de Hollywood, Viggo Mortensen. No es Mortensen un actor al uso. Y su participaci¨®n en este filme tan singular lo demuestra. Alonso lo sabe. ¡°Hasta ahora, cada pel¨ªcula me abri¨® la oportunidad de hacer una nueva. Yo ya con eso me siento realizado, afortunado y exitoso y si he traicionado mi propia experiencia para dar el paso de trabajar con un actor tan reconocido como Viggo Mortensen es una suerte para m¨ª. Se ve que las pel¨ªculas que hicimos generan cierta confianza o curiosidad al menos en actores con ganas de tomar ciertos riesgos como Viggo¡±, explicaba el realizador en San Sebasti¨¢n, en cuyo festival de cine present¨® el pasado mes de septiembre el filme.
Por primera vez el director trabaja con una estrella como Viggo Mortensen
Jauja, una oda al paisaje solitario y des¨¦rtico, a la soledad del hombre, narra el viaje de un capit¨¢n dan¨¦s que emprende un viaje por la Patagonia. El guion, escrito por el poeta argentino Fabi¨¢n Casas y el propio Alonso, contiene m¨¢s palabras que todos los filmes anteriores junto del realizador. Y en Jauja son bien pocas. El filme viaja del pasado al presente, va mutando de un g¨¦nero a otro, empieza de una forma, se convierte en western, luego tiene toques de ciencia ficci¨®n y termina en el presente en Dinamarca. Rodado en 35 mil¨ªmetros, Alonso busc¨® para su filme la dureza y artificialidad del director de fotograf¨ªa finland¨¦s Timo Salminen, asiduo colaborador del realizador Aki Kaurismaki. Todo en un formato como de fotograf¨ªa de Instagran y con apenas 100 planos. Alonso pone la camara lo m¨¢s lejos posible y se detiene sin prisa. ¡°Creo que cuanto menos se manosea la mirada del espectador mejor. Quiero que cada uno tenga tiempo de ver lo que quiera o lo que pueda¡±.
Premio Fipresci en el ¨²ltimo Festival de Cannes, Alonso tuvo que escuchar algunos pitidos, tambi¨¦n t¨ªmidos aplausos, en la proyecci¨®n al p¨²blico en San Sebasti¨¢n. ¡°No me siento incomprendido. No me hago mucho eco, sobre todo en una pelicula como Jauja con la que soy muy honesto al decir que todav¨ªa yo mismo no he terminado de cerrar, que todav¨ªa me sigue haciendo ruido en la cabeza. Tendr¨¢n que pasar un par de a?os hasta que entienda el porqu¨¦ tom¨¦ ciertas decisiones y dej¨¦ abiertas otras. Es como cuando a un pintor se le pregunta porqu¨¦ us¨® el rojo o el azul. Jauja es m¨¢s pict¨®rica que narrativa. Hicimos este filme para causar placer y lo mejor que uno puede hacer es dejarse llevar, sin preguntarse el porqu¨¦. No me interesa preguntarme los porqu¨¦s. Quiero crear una ilusi¨®n para dejarse llevar por ella¡±.
Alonso no tiene prisa ninguna. Es paciente. Han pasado siete a?os desde su ¨²ltimo filme, Liverpool. Volvi¨® al campo a sembrar soja y maiz y arreglar tractores en el negocio familiar. Tiene su propia velocidad. ¡°El tiempo dir¨¢ si el trabajo de uno tiene cierto valor aunque sea para unos pocos¡±. Siempre le quedar¨¢ la agricultura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
